El universitario no vota

Llama la atención que al colectivo más numeroso de la Universidad de Cantabria, el de los estudiantes, apenas le interese quién va a ser su nuevo rector. Al menos, eso parecen sugerir las cifras de participación de las últimas elecciones, donde ha resultado elegido Ángel Pazos. De los 11.002 alumnos, solo votaron 1.657. Apenas un 15%, casi tres puntos y medio menos que en 2012 (un 18,4%) cuando salió elegido José Carlos Gómez Sal.

El censo de la UC se divide en cuatro sectores. El de los alumnos, que es el más numeroso. Los profesores doctores permanentes suman 623 electores potenciales, mientras que el resto de docentes y el personal investigador contabilizaron 1.396 posibles votantes, y el personal de administración y servicios (PAS), 607. Sin embargo, no todos los votos valen lo mismo.

De los citados cuatro sectores, cada unos cuenta con su correspondiente porcentaje de ponderación del voto, según aparece recogido en el artículo 33.2 de los estatutos de la UC, a partir de la orden 20.3 de la Ley Orgánica de Universidades (LOU). Las papeletas con más valor son las de los profesores doctores permanentes, con un porcentaje de ponderación del 55% sobre el total. Los estudiantes suponen el 19%, pese a que es el colectivo numeroso. El resto de profesorado e investigadores recibe el 17%; y los miembros del PAS, tan solo el 9%.

Esta puede que sea otra de las razones que expliquen la baja participación de los alumnos, sentir que su papeleta vale poco y que el resultado queda siempre, al final, en manos del profesorado. Así, el sector que más acudió a las urnas el jueves fue el de los profesores doctores permanentes, con un 86% de participación, seguido por el personal de administración y servicios, con un 76,1%. El resto de profesores e investigadores votaron en una proporción del 39,68% y, finalmente, los alumnos solo acudieron a las urnas en el citado 12%.

Opiniones

Sea como fuera, visto desde fuera resulta extraño que los universitarios ignoren las elecciones rectorales, puesto que los estudiantes son los que vertebran el día a día de la institución, que tiene por principal objetivo su formación. Y ahí tiene mucho que decir la figura del rector, obviamente.

Tanto el colectivo académico como el alumnado coinciden en el diagnóstico. Y entonan el mea culpa, también. El nuevo rector está "preocupado". "Hay un déficit de información", admite Ángel Pazos. "Es un problema de comunicación, tanto de la Universidad como nuestro propio", admite Jairo Díaz, presidente del Consejo de Estudiantes. "Otra de las razones está vinculada a la concienciación: igual que saben que el decano de su facultad sí va a definir su día a día, hay alumnos que piensan que el rector es una figura lejana", recalca Pazos. Algo que corrobora el presidente del Consejo de Estudiantes.

Y eso que tanto los estudiantes como los dos candidatos al cargo (Ángel Pazos y Pablo Coto) se han reunido en varias ocasiones antes de las elecciones. Pazos se ha comprometido "a que las primeras medidas urgentes que pacté con los alumnos se cumplan de forma inmediata". Eso es lo que espera el Consejo de Estudiantes, que tiene muy claro cuáles fueron sus dos promesas: "Por un lado, el fraccionamiento en las tasas de las matrículas. Por otro, aunque no depende directamente de la Universidad de Cantabria, tender a la igualdad de costes en las tasas de las segundas y terceras convocatorias".

Una de las vías que quiere explorar Ángel Pazos para elevar la cifra de estudiantes que voten en los próximos comicios, aunque ahora suene demasiado lejano, es su compromiso hacia este colectivo. "Van a estar siempre presentes en las decisiones, que se sientan que son protagonistas fundamentales". Por eso, se marca un ambicioso objetivo. "Nada me gustaría más que dentro de cuatro años la participación de los estudiantes fuera de un 40%". Todo un logro, si lo consigue.