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Un ‘4X4’ de los bomberos enfrenta un obstáculo.
Volantazo de emergencia

Volantazo de emergencia

Los bomberos del Servicio 112 Cantabria perfeccionan sus técnicas de conducción

Nacho gonzález ucelay

Sábado, 26 de marzo 2016, 08:21

La plantilla del Servicio de Emergencias 112 Cantabria está realizando un curso de perfeccionamiento en la conducción organizado por el Gobierno regional para aumentar la capacidad de respuesta de sus efectivos en aquellas situaciones de riesgo en las que el éxito o el fracaso de una misión puede depender, precisamente, de la destreza que tengan al volante. El ejercicio, en el que están participando los 123 bomberos adscritos a los seis parques de emergencias, se desarrolla en las instalaciones del Karting La Roca.

Los bomberos que dan por concluido el cursillo recibirán una clase teórica en la que el formador Fermín Villegas les explicará todo cuanto deben conocer sobre este tipo de conducción antes de salir al circuito.

«Aquí trabajamos la actitud del conductor», resume el instructor. «Intentamos enseñar a los conductores de vehículos de emergencias cual es la actitud que deben tener, aquella que les reportará más beneficios cuando se pongan al volante» y que no es otra que la serenidad. «A veces, explica, el estrés que estas personas soportan realizando su actividad les lleva a cometer errores o tomar decisiones incorrectas». Para evitar que esto se produzca «solo tienen que echar mano a su sentido común».

Utilizando este valor, a su juicio, «pueden llegar a comprender que determinadas actitudes al volante, como por ejemplo la agresividad, no son ni positivas ni necesarias ni inevitables sino todo lo contrario, son un auténtico lastre».

Villegas, un profesor que condiciona el éxito de su aula formativa a la participación de los alumnos, «y yo me lo estoy pasando genial», admite, dice que la mayoría de ellos «ha venido buscando una varita mágica que les garantizara la seguridad y se están marchando con la sensación de que, para este objetivo, era necesario un aprendizaje de estas características».

A los circuitos

Una vez recojan las «pistas» que Villegas les deje en el aula formativa, los bomberos iniciarán sus prácticas sobre sendos circuitos previamente preparados para provocar una conducción en condiciones meteorológicas y orográficas adversas que les llevarán a ellos y a sus vehículos al límite de su capacidad.

En uno, de asfalto, los participantes entrenarán diversas maniobras. «Aquí practicamos dos ejercicios», dice el formador Fernando Lledra. «El primero consiste en una frenada de emergencia con esquiva de obstáculos en mojado y sin visibilidad y el segundo en un subviraje. Con el primero trabajamos la vista y con el segundo la destreza del conductor al volante», explica Lledra. «Además, este tipo de maniobras les sirven para comprobar por sí mismos cual es la capacidad de su vehículo y la suya propia cuando se les pone al límite».

Muy poco acostumbrados a realizar bruscas maniobras al volante, «la mayoría se quedan muy sorprendidos», dice Lledra, que estos días ha tenido que azuzar a los bomberos desde el asiento del copiloto, igualmente provisto con mandos, para que los ejercicios salieran bien. «No se atreven a pisar el acelerador porque les da miedo la velocidad, así que a veces tengo que hacerlo yo por ellos» hasta que le cogen el truco a la maniobra. Entonces, afirma, «no solo la hacen a la perfección sino que la disfrutan».

Y en el otro, una pista forestal, harán el resto del adiestramiento. «Aquí es donde muestran más carencias, porque la inmensa mayoría no ha conducido por un terreno así», asegura el formador Adrián Llata. Enfangado, angosto, retorcido y en algunos trechos con pendientes que solo se salvan a bordo de un 4x4, el circuito pone a prueba los nervios no solo del conductor sino de todos sus acompañantes.

«En este recorrido les enseñamos a encontrar el punto límite lateral para evitar el vuelco del vehículo, a asegurarlo utilizando la dirección o a buscar entre vegetación espesa un camino por el que puedan acceder al lugar de la incidencia o evitarla si fuera necesario», explica Llata, al que los bomberos le han admitido «graves carencias» en el manejo de los todoterrenos. Por lo demás, «son alumnos muy predispuestos, son gente valiente, sin miedos... son bomberos», recuerda el instructor, que les anima a todos a seguir practicando una vez hayan concluido sus prácticas en un curso dirigido y supervisado por el propietario de las instalaciones.

Padre de uno de los mejores pilotos de rallyesque ha dado esta tierra, Daniel Sordo recibirá hoy a los últimos 25 bomberos de un curso «que sirve para minimizar los riesgos que el personal de este servicio corre cuando debe realizar salidas de emergencia a una gran velocidad, cuando tiene que adentrarse en lugares en los que van a encontrarse obstáculos que les impiden llegar (argayos, árboles, maleza espesa...) o cuando tienen que desplazarse por una pradera húmeda».

Al paso de un centenar de cursillistas por el karting de La Roca, Sordo cree cumplido el fin último de un curso intensivo que pretendía colocar la capacidad de respuesta de los bomberos a la altura real de las amenazas que enfrentan con la carretera de por medio.

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