"En Canadá no nos asusta la situación política de España"

«Hay un pacto en Cantabria y aquí tienen experiencia en ello», dijo en este sentido durante la visita a las instalaciones de El Diario Montañés tras el encuentro con el presidente de Cantabria. «Hablamos de política, de economía... De Cantabria y de España. Es buen amigo de Canadá. Su hija estuvo allí el verano pasado estudiando». También intercambio de obsequios: un libro y anchoas de un lado y vino de hielo, del otro. Encuentros profesionales y personales. Allen estuvo el fin de semana de turismo por toda la región con unos amigos un exembajador de Irlanda casado con una española tiene una casa en Cos.

«Entre la Universidad de Cantabria y algunas universidades canadienses hay colaboraciones» y también contactos entre «Vancouver o Toronto y Santander en el ámbito de las ciudades inteligentes», repasó a la hora de hablar de nexos entre ambos territorios. Pocas novedades sobre asuntos que sí trató en su última visita, hace justo un año (Puerto, Banco Santander, tanque de mareas...). Pero Allen habló, sobre todo, de temas de actualidad como la aprobación del tratado de libre comercio entre su país y la Unión Europea (la firma está prevista para octubre). «Hemos modificado algunas cosas para tratar de responder a las críticas. Es más democrático y hemos hecho previsiones para clarificar los asuntos que generaban controversia», destaca el embajador, que reitera los beneficios que producirá este acuerdo en cuanto a «acceso a contratos para infraestructuras a nivel municipal o regional, para productos como el vino o el jamón español...». «Y no solo para las grandes empresas, que a veces no necesitan ayuda, sino para las pymes, muy necesitadas de esa ayuda».

Allen, al hablar de la polarización en las posturas en torno a estos acuerdos, desmarca el que puede firmarse con su país del que está en plenas negociaciones con Estados Unidos. «Canadá asegura no es una amenaza para la Unión Europea. Somos un país con 36 millones de habitantes». Y más. Porque insiste en que algunos de los asuntos en los que los críticos han incidido «están ya en más de doscientos tratados, no son nuevos y fueron sugerencia de la UE, no nuestra».

Temas de la agenda, como los refugiados. «Hemos decidido recibir 25.000 y estamos en proceso de aceptar 15.000 más», explica. A través de una combinación de la acción pública y de la privada (asociaciones o entidades pueden sufragar directamente la acogida de grupos). «Hemos elegido nuestros refugiados a través de Acnur. Si hay programas y maneras de diferenciar las situaciones, planes para integrarles y unidad en todos los países europeos, es otra posibilidad de actuar, otro modelo». Allen contextualiza todo eso en la política del nuevo gobierno de su país, bajo el lema estamos de vuelta, que representa una apertura de Canadá hacia el mundo y cambios en las políticas. Inversiones públicas a costa de asumir cierto déficit en los próximos años, medidas contra el cambio climático...