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José Emilio Pelayo
Jueves, 12 de mayo 2016, 21:23
Hay aniversarios que prefieres no celebrar. No hay nada que festejar. Y sumas décadas de recuerdos en esa zona dónde habitan los corazones negros que te devuelven al horror. Recuperas rostros preñados de sufrimiento. Las lágrimas de una madre, hoy ya ausente, Dolores Mier; los ... lloros de una hermana, y también los de por entonces un niño de 10 años que había hecho la primera comunión casi en silencio porque sus padres y su hermano, de nombre Juan, no llegaron a la ceremonia. El recuerdo del Caso Almería aquí
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