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José María Gutiérrez
Martes, 17 de mayo 2016, 21:06
A Miguel Ángel Revilla le temblaban este martes las piernas cuando subía las escaleras del instituto Santa Clara. No es que se notara a la vista de los demás, sino que lo confesó minutos después ante los alumnos y profesores que llenaban ... el salón de actos, donde el presidente cántabro se sometió a las más variopintas preguntas de los estudiantes en un acto organizado con motivo del centenario del actual edificio del centro educativo santanderino.
Revilla, tras recorrer previamente el instituto de la mano de su director, Silvino Corada, confesó las razones de este nerviosismo, desvelando un secreto que, según él, solo conocían sus más allegados. Hay que retrotraerse en el tiempo hasta los años 50 del pasado siglo para contextualizar la historia, digna de formar parte de su próximo libro: entonces, cuando el instituto Santa Clara aún se llamaba José María Pereda, el pequeño Miguel Ángel, de 12 años, realizó allí el examen de ingreso al Bachillerato, que cursaría en los Salesianos. Pero sus nervios no venían provocados por recordar aquellas pruebas, que superó con nota alta. Ni por pisar una ciudad como Santander por primera vez, procedente de su Polaciones natal. Ni por descubrir el mar del que hasta entonces solo había oído hablar. No. Los nervios procedían de recordar que, unos meses después, volvería a realizar dicha prueba suplantando a su hermano Jaime, pero que apenas había estudiado nunca porque sus padres habían preferido que se dedicara a echar una mano en tareas ganaderas.
Sus opciones de aprobar aquellas pruebas eran nulas, por lo que la madre de ambos, maestra de Polaciones, decidió que, aquel día, Miguel Ángel fuera Jaime. «A una madre, a un hermano, no se les puede decir que no», relataba Revilla, enfatizando las veces que se tuvo que decir así mismo ese día «yo soy Jaime, yo soy Jaime, yo soy Jaime...».
Días después, la familia Revilla recibió una carta donde el centro les citaba a una reunión. A los padres... y a Jaime. «Pensábamos que habían descubierto el fraude», cuenta Miguel Ángel, que, de nuevo, tuvo que hacer de su hermano en esa cita. Pero no, el objeto de aquella reunión era para felicitarles y alabar el nivel que había demostrado su hijo en las pruebas. «Ustedes tienen un niño prodigio, un superdotado» y «en este niño hay un escritor en ciernes» fueron algunos de los elogios que parece que le dedicaron.
«Aquello fue un delito venial», resumió Revilla, que se mostró convencido del que ya está «limpio» al haber pasado «seis veces» por la Puerta del Perdón del Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Admitiendo que aquel fraude «no estuvo bien», aseguró que, en cualquier caso, es «menos grave» que el «choriceo a lo grande» del que se acusa a personas como Miguel Blesa, Rodrigo Rato o Iñaki Urdangarín, a los que, a su juicio, no les debe vale con pasar por la citada Puerta del Perdón, sino pasar una temporada en el «limbo» y devolver el dinero que, supuestamente, se han llevado.
Algunos años más tarde, Miguel Ángel Revilla volvería a este instituto, esta vez como si mismo, para realizar el antiguo Curso Preuniversitario, o PREU, del que se examinaría en Valladolid. Fue la última vez que había visitado el Santa Clara, hasta este martes, cuando, más de medio siglo después, regresó a un centro que «marcó su vida».
Repaso a la actualidad
La anécdota marcó el inicio de un acto en el que los alumnos le cuestionaron a Revilla sobre la Lomce, el AVE, el posible convenio con el Racing, Podemos, las basuras de Guipúzcoa y hasta de Donald Trump, a quien calificó de «xenófobo», «fantoche» y «gordinflón». «Sería muy útil eliminarlo de la vida pública», comentó el responsable del Ejecutivo cántabro sobre el candidato republicano a la presidencia de EE UU. «Es un hombre xenófobo, que quiere hacer barreras, que cree que su raza es la mejor y que tiene todas las connotaciones peyorativas posibles», por lo que le parece «incomprensible» que sea candidato. Revilla confía en «la sensatez» y «el suficiente juicio» de los estadounidenses para «mandar» a Trump «a que siga ganando dinero» y «a decir tontadas por ahí», no desde la Casa Blanca. «No sería bueno para la Humanidad», sentenció. Él apuesta por el demócrata Bernie Sanders, porque tiene un año más que él. «Como ya me llaman viejo, si hay en EE UU un presidente mayor que yo, podré decir que yo no voy a ser menos que ése».
Mucho más favorable fue su opinión sobre Pablo Iglesias, líder de Podemos, al que ve como un «hombre sensato». «Dicen que es un peligro, pero yo no lo veo por ningún lado», compartió. El presidente no rehusó ninguna pregunta, pese a que «muchas están siendo más complicadas que las que me hacen en la tele», bromeó ante un aforo entregado a su dialéctica. Y sobre la independencia de Cataluña, defendió el «cumplimiento» de la ley, al recordar que no está permitido convocar un referéndum unilateral, aunque piensa que el pueblo catalán «jamás va a votar mayoritariamente irse de España».
El presidente regional abogó por «cambiar» la Lomce porque «no tiene el consenso necesario» y recomendó que el Gobierno que salga tras las elecciones de junio diseñe una nueva ley educativa «estable», que «dure más de cinco años», y que sea «la misma» en todos los sitios, salvo en lo que se refiere a cuestiones específicas como la lengua.
Revilla defendió por razones de «solidaridad» el traslado de residuos de Guipúzcoa al vertedero de Meruelo, que, además, «no tendrá un impacto significativo en la vida útil del vertedero y servirá para evitar un ERE en la empresa MARE». «Mi concepto de España es muy diferente al de ésos que van llenos de banderas y que muchas veces tienen el dinero en Belice, Panamá o Andorra», señaló con el dedo acusador. También recordó que Cantabria traslada residuos «mucho más tóxicos» a Vizcaya y a Castilla y León. «Imaginaros qué pasaría si nos dicen a nosotros que nos comamos esos residuos».
A preguntas de otro joven alumno, el presidente cántabro recordó todos los avatares que sufrió el AVE a Cantabria tras la anulación del proyecto en 2011 por parte del entonces ministro de Fomento, Pepe Blanco, y explicó el actual plan alternativo acordado con el Gobierno central, el de un tren mixto de mercancías y viajeros para hacer el trayecto con Madrid en tres horas. El proyecto está en fase de redacción y la previsión es que se entregue en diciembre de este año, para en junio de 2017 poder adjudicar los tramos Santander-Torrelavega y Monzón de Campos-Alar. El compromiso es esté finalizado para la primavera de 2020.
Hora y media después, Revilla puso fin al distendido repaso de la actualidad que mantuvo con la comunidad educativa del Santa Clara. «Veo que os quedáis con ganas», apostilló. «Que me llamen otro día, porque no hay nada que me guste más que hablar», concluyó.
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