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Víctor Puente
Sábado, 21 de mayo 2016, 20:26
La señora del traje blanco entró con el bolso bien agarrado con las dos manos. Una pareja con más de cuarenta años de matrimonio a sus espaldas no se soltó de la mano durante la hora que duró la charla. El jubilado del chandal rojo ... no hacía otra cosa que cubrir su reloj cada vez que movía sus brazos y la joya delataba que era de oro. El compañero que tenía sentado a su lado no se sacó las manos de los bolsillos, en los que guardaba la cartera y las llaves de casa, ni para cubrirse la boca cuando tosía. La señora que ocupaba una de las sillas más cercanas al proyector no se quitó el abrigo en ningún momento y eso que la temperatura en la sala era más que tirando a sofocante.
Una de las salas del centro cívico Callealtero de Santander se llenó esta semana de las secuelas que los ladrones dejan a su paso por la ciudad que acaban de 'limpiar'. 25 pisos forzados y desvalijados en las últimas semanas por diferentes zonas de la ciudad. En el extrarradio, en el centro, en la zona noble. Los cacos no hacen diferencias. Eligen y actúan. Ésta fue de las lecciones que transmitieron los responsables de la Unidad de Participación Ciudadana de la Policía Nacional a los 25 asistentes, en su mayoría personas mayores de 65 años, que acudieron al centro cívico para enterarse de los peligros que les acechan por ser el colectivo más vulnerable a sufrir un robo o un fraude, y así de paso memorizar los consejos que los agentes enumeraron de manera clara y pausada.
"Hemos venido a ofreceros una serie de pautas de comportamiento como medida preventiva de cara a los delitos que se producen en la calle y de los que vosotros representáis el colectivo más vulnerable y al que más hay que proteger". Con este claro mensaje comenzó la agente policial su charla. Les habló de los peligros que acechan en la calle y los consejos que deben tener en cuenta para no convertirse en víctimas de un delito. Lo primero no sorprendió a los veteranos ciudadanos. Algunos de ellos han vivido robos en sus propias carnes. "En Carrefour me hicieron el timo de la muletilla. Estaba mirando una estantería, vino una señora que me pasó la mano por la cara y me tuve que retirar. Cuando me di la vuelta había una señora agachada en el suelo y yo llevaba el bolso abierto. Cuando me quise dar cuenta ya se habían escapado con mi billetera". Es fue la primera vez de María Luz. Esta vecina de 71 años volvió a darse de bruces con los cacos cuando compraba en el mercadillo de su barrio. Esa fue peor. Me abrieron las dos cremalleras del bolso y se llevaron 500 euros.
Lo vivido por María Luz sirvió a la uniformada ponente para dar rienda suelta a su lista de consejos preventivos. Para la calle, ante tanto tironero, timador y carterista, les recomendó llevar la documentación y el dinero encima de uno mismo. Lo llevo los billetes en el sujetador, le interrumpió con el destape de este secreto una señora del público. Y para las que llevan bolso, la hoja de ruta tiene que quedar bien clara. El bolso siempre cerrado, a la vista de los ojos y andar por la cera siempre de frente a los coches para evitar los tirones que algunos ladrones realizan desde los vehículos.
Los bancos también son una plaza fuerte para los cacos. Allí suelen dar rienda suelta a su habilidad y su ingenio para engañar a los mayores. Que si me acerco para darle un abrazo solidario y de paso le quito el colgante de oro del cuello. Que si le intento quitar una mancha de la ropa y en ese contacto físico le cojo la cartera recién cargada de billetes. Las peripecias son miles, la Policía se las sabe pero la primera que tiene que darse cuenta a tiempo es la posible víctima. "Las personas mayores son muy entrañables y probablemente confíen en la gente. Son los que más sufren el famoso abrazo solidario precisamente por esa confianza que depositan en las personas". La receta preventiva en estos casos pasa por ir siempre acompañados de alguien de confianza a los bancos, domiciliar todos los pagos que se puedan y evitar el contacto físico con personas extrañas. Eso y que como dijo una mujer del público "que los bancos pongan de su parte y no dejen sacar más de mil euros en los cajeros. Así lo único que hacen es incitar a los ladrones a pescar en las sucursales".
La Policía tomó nota pero prefirió incidir en reducir el exceso de confianza que más de un mayor reconoció tener. Soy un poco confiada. Hasta que no le tengo encima no tengo miedo. Sin ir más lejos. El otro día subí con un señor en el ascensor de la plaza México y me preguntó si era rica. Le dije que no y entonces me respondió que no me iba a robar. Al principio me tomé como una broma pero luego me entró pánico y me puse muy nerviosa, relataba Clara Luz, de 81 años de edad.
"Siempre hay que cerrar la puerta de casa con llave"
Pero los amigos de lo ajeno no solo actúan en la calle. Las viviendas son otra de sus plazas fuertes. Revisores del gas o de otras compañías llamando a los timbres para intentar entrar en las casas y engañar a sus dueños. Ladrones sigilosos que antes de actuar estudian el terreno unos días antes llamando a las casas para ver si hay alguien o dejando marcas en los telefonillos. Toda una serie de pautas de conducta que obligan a los residentes a mantener los ojos bien abiertos durante las 24 horas del día y seguir las directrices de la Policía. La llamada al 091 ante todo. No subir al ascensor de casa con personas desconocidas. Llamar a la Policía si hay gente desconocida pululando por el edificio. Cerrar la puerta de casa con llave, incluo cuando se está dentro. Cambiar la cerradura de la puerta si perdemos las llaves. No abrir a desconocidos. "¿Y al cartero le abrimos?", preguntaban desde las últimas filas. La respuesta, de sentido común. "Los de Correos siempre vienen a la misma hora y suelen llamar al mismo siempre".
Igual de contundente fue la respuesta de los agentes cuando les preguntaron por lo que hay que hacer cuando llegas a tu casa y ves que te han robado. "Lo que nunca hay que hacer es enfrentarse en caso de que dudéis de que haya alguien dentro". Para resolver esa duda, la Policía aconseja no entrar en la vivienda en ninguno de los casos, no perder la calma, llamar a la Policía y una vez que lleguen los agentes ayudarles a cuantificar las perdidas. En esto último, es muy recomendable tener fotografías de las pertenencias o tener apuntados los números de referencia de los objetos para que su búsqueda tenga más éxito.
Tras una hora de charla, los asistentes salieron con buen poso del centro Callealtero. Instructiva, perfecta, interesante. Fueron los calificativos más repetidos en el grupo. Pero lo importante, para los agentes, es que su público tomara conciencia de las medidas preventivas. "Lo que hay que hacer cuando te enfrentas con un robo es aguantar bien la cartera. Si vienen a violarme que me violen pero que no se lleven la cartera". Hasta ese punto caló el mensaje policial en Aurian Díaz, de 76 años de edad.
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