«Es imposible que un oso trepe por esta valla electrificada, pero...»

En el pero de Miguel Otí, director del parque de la Naturaleza de Cabárceno, están todas las preguntas y prácticamente ninguna respuesta. En el recinto no se explican cómo tres jóvenes de Pámanes pueden estar tan seguros de que el miércoles por la noche vieron un plantígrado «marrón, grandote» y a cuatro patas en dirección al río. Aunque sus responsables tampoco quieren dar carpetazo a su historia sin más, «porque mientras haya una duda, tendremos que seguir buscando».

Por eso no afloja la preocupación, que es «enorme». Por eso sigue en marcha el operativo montado con miembros del Seprona de la Guardia Civil (Servicio de Protección de la Naturaleza) y con guardas del Servicio de Montes, a quienes apoyan efectivos del propio Cabárceno, pese a que no se ha detectado ni una sola evidencia de que el oso ande suelto por ahí.

«Esperemos que todo acabe pronto y bien», dice el director del parque mientras explica las medidas de seguridad del recinto de los plantígrados. Las contó el viernes varias veces en presencia de distintos medios de comunicación nacionales, llegados al parque atraídos por la historia del posible oso fugado. Algunos cámaras de televisión tuvieron suerte: mientras estaban grabando, se acercó un animal de buena envergadura a la zona en que se encontraban.

En la parte baja del vallado metálico que se instaló hace 25 años se contabilizan cinco hilos eléctricos, que son independientes de los tres alambres, también electrificados, de la parte más elevada. Todos dan una pequeña descarga a quien se acerca, pero lo más importante «es que están montados de forma independiente». Es decir, pueden estropearse los de abajo y seguirían funcionando los superiores, y viceversa. «Son un sistema de pulsómetro: da una sacudida y suelta, y así de forma intermitente. La intensidad de la descarga está calculada para disuadir a cualquiera de acercarse pero no para causar un daño excesivo».

Otí asegura que, en las últimas semanas, no ha saltado la alarma en ninguna ocasión. Ha habido alguna incidencia «sin importancia» en los últimos meses, «como una rama arrastrada por un fuerte viento que sí la hizo saltar porque el sistema es muy sensible».

Hay que seguir buscando

Esos incidentes se comprueban sobre la marcha, «sean grandes o pequeños», porque en el parque la seguridad está activada 24 horas, 365 días al año. «Los agentes responsables comprueban de oficio un par de veces al día los recintos. Su trabajo es ver si un oso está escarbando cerca de la verja, como ha ocurrido alguna vez, y estar pendientes de todo lo anómalo que puedan detectar. Creemos que lo tenemos todo bajo control, pero....»

Al tener noticia en la noche del miércoles de que unos chicos declaraban haber visto a un oso cerca de su vivienda en Casas del Monte de Pámanes, los empleados de Cabárceno hicieron una primera comprobación a todo el vallado. Era medianoche y no encontraron ningún agujero en el sistema de seguridad, relata del director. «El jueves al amanecer se hizo otra revisión completa, por dentro y por fuera del espacio de los osos, y también fue negativa».

Y si todo está en orden, ¿por qué se sigue buscando? Porque los jóvenes que dieron la voz de alarma contaron una historia fiable y se les concede el beneficio de la duda. No tenían ánimo de engañar y dijeron que lo vieron correr con claridad por una pradera, cerca del río. «Hay que ser cautos, seguir con las rondas y esperar a posibles nuevos avistamientos», señaló el jueves Santiago Borragán, director veterinario del parque. En ello están, porque «hay que seguir mientras haya duda», corrobora Otí.