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Enrique Munárriz
Lunes, 13 de junio 2016, 07:36
Cuando parecía que los acordes del Himno de Cantabria habían vuelto a afinarse y la polémica por su reforma estaba enterrada, el arreglista Manuel López Fernández, a la sazón exdirector de la Banda Municial de Música de Santander, ha vuelto a abrir la caja de ... Pandora al solicitar en la Comisión de Peticiones del Parlamento de Cantabria que se retome el proyecto de ley para modificar la norma que regula su uso e introducir una versión reducida. El maestro López Fernández mandó un contundente escrito en el que califica la suspensión del proyecto hace casi un año de un «vergonzoso sabotaje sin razonamiento jurídico» e insta a la Cámara regional a dar marcha atrás al estar «cometiendo un presunto delito de infracción continuada contra la legalidad vigente».
El arreglista fundamenta su solicitud en que la norma en vigor, que data de 1987, se trata de «una ley fantasma que está causando un daño moral y material permanente a sus legítimos dueños».
En informes previos que llegó a mandar a la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, por el agravio al que se sentía sometido, lo cuantificó incluso en cerca de un millón de euros -858.619 euros por daños materiales y 180.000 por morales-, aunque nunca ha realizado una reclamación judicial de esta cantidad.
la cuestión del himno
López Fernández apela a sus señorías para que solventen esta «ancestral injusticia», ya que «solo existe un himno legalmente en la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE): el mío». Por ello, no reformar la ley supone, a su juicio, «mantenerse permanentemente frente al Estado de Derecho, defraudando a los ciudadanos». A su entender, solo quedan dos opciones: «Derogar la norma del año 1987 o reformarla conforme a derecho».
La ofensiva del exdirector de la Banda Municipal en la Cámara regional llega un año después de que las invectivas de Pilar Guerrero de la Serna, hija del compositor del Himno de Cantabria, contra la modificación legislativa que pretendía el Gobierno para interpretar una versión reducida de la partitura en determinados actos protocolarios, amedrentaran al Ejecutivo.
El compositor, que fue director de la Banda Municipal de Santander entre los años 1979 y 2003, desdeña así las amenazas vertidas por la hija de Juan Guerrero Urreisti, que amagó con llevar a los tribunales al Gobierno si tocaba «algo» del Himno a la Montaña que había compuesto su padre, una partitura estrenada en 1926 que en 1987 se convirtió en himno regional. Las declaraciones de la heredera no sólo encerraban un desafío a las instituciones, sino que desacreditaban al autor de la nueva orquestación.
Marcha atrás
El Gobierno reculó y retiró el proyecto de reforma del debate parlamentario, pero López Fernández ha plantado cara a Pilar Guerrero. Dice que los arreglos sinfónicos tienen el mismo amparo que la obra original, que él es el propietario de sus derechos y que puede explotarlos sin contar con el consentimiento de los herederos de Guerrero Urreisti. Invoca para ello una sentencia del 1 de febrero de 2002 de la Audiencia Provincial de Madrid que subraya que «las orquestaciones o arreglos sinfónicos realizados suponen la creación de dos obras musicales diferentes, resultando que la propiedad intelectual de la obra transformada corresponde al autor de esta transformación, a quien se protege del mismo modo que al autor de la obra original o preexistente».
López Fernández acusa a la heredera de «prepotencia y despotismo», y de «tratar de amedrentar» al Gobierno y al Parlamento, «atribuyéndose unos derechos que la ley y la jurisprudencia sólo me otorgan a mí». En un comunicado enviado a este periódico, el compositor subraya que nunca quiso «alardear» de esos derechos «por afecto y gratitud a usted y a su padre, del que fui colega profesional», pero se ha visto obligado a ponerlos de manifiesto ante «sus incomprensibles ataques».
Ahora la pelota vuelve al tejado del Gobierno de Cantabria. Tendrá que decidir si retoma la idea de meter la tijera al himno y aprobar la versión reducida o, por el contrario, deja el asunto correr en un momento en el que el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, en la noche de gloria que le regaló Bertín Osborne en Telecinco, confesó su deseo personal de que la canción 'Viento del Norte' de Nando Agüeros «sea en un futuro el himno de Cantabria».
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