Ganadería estudiará hoy soluciones a los ataques de los buitres a reses vivas

A los ganaderos les preocupa cada vez más lo que está sucediendo en el campo, donde colonias de buitres están atacando a los animales, especialmente a las vacas cuando paren y están indefensas, buscando una comida que el equilibrio biológico les niega. Las últimas e impactantes imágenes que captan los propios ganaderos -el sábado en Hoz de Anero participaron en un ataque a una res y a su cría «doscientos» ejemplares- están movilizando a todos los sectores. De hecho, hoy mismo, el consejero de Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Oria, ha convocado una reunión con su equipo inmediato y los directores generales para, «entre otros asuntos», tratar de buscar una solución a esta amenaza que va creciendo.

Todos parecen encontrarse en un punto de común acuerdo: los buitres, que pueden ser muy agresivos en un momento hostil, devoran al ganado cuando se encuentra indefenso porque tienen hambre. «La única solución es, por una parte, controlar el crecimiento de las colonias de buitres, que cada día son más grandes e imponentes, y, por otra, llevar a los animales muertos, que hayan estado sanos, a los comederos (muladares) porque dentro de poco, y ya se verá, los buitres pueden terminar por atacar a alguna persona». Así lo explica Lorenzo González, presidente de la asociación de cría de Raza Tudanca y alcalde de Valdáliga. Este ganadero sostiene que «da hasta miedo verlos como se agrupan en manadas grandes buscando comida. Se les ve agresivos y no es por otra razón que porque no tienen qué comer».

Cuando a un ganadero se le muere una vaca o cualquier otro animal, empleados de la empresa Tragsa, lo que ellos conocen popularmente como «los operarios del camión verde», acuden a la explotación y se llevan el ganado muerto para incinerar. «Lo que se debería hacer, en vez de llevarlos a quemar, es dejarlos en los comederos, como siempre se hizo, y que allí se alimenten los buitres», sostiene González.

Que se cumpla la ley

El presidente de los veterinarios de Cantabria, Juanjo Sánchez Asensio, precisa que hasta 2011, por la falta de información técnica y precisa sobre los efectos y la extensión de las 'vacas locas', «se ordenó que todos los animales muertos fueran incinerados, prohibiéndose que fueran dejados en los campos como alimento de las aves carroñeras». En 2012, recuerda este técnico, «Cantabria fue de las primeras comunidades en crear una ordenanza delimitando los muladares para dejar los animales muertos para que sean devorados. Por qué no se está haciendo es algo que habría que analizar entre todos y remover los obstáculos, si es que existen, para que los buitres estén alimentados, porque será la única forma de evitar que se repitan estos ataques». Lo que sí determina Sánchez Asensio es que «quizás puede haber un motivo económico detrás del problema, porque sanitario ya no existe».

Por su parte, el veterinario Santos de Argüello, director del Centro de Inseminación Artificial y de Trasplantes de Embriones de Torrelavega y exdirector general de Ganadería, se abona a la idea de su colega y añade que «el buitre es, en estos momentos, una especie que no corre peligro de extinción en Cantabria ni en España, luego quizás haya llegado el momento de controlar su crecimiento y equilibrar su censo. De todos modos, la solución es sencilla: cuando los buitres tengan carroña dejarán de atacar al ganado». Sánchez recuerda que «para un ganadero que le maten un animal es algo más que el dinero que deja de ganar porque pierde un animal integrado en el medio y que le ha costado mucho criarlo».