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Juan Carlos Flores-Gispert
Jueves, 16 de junio 2016, 11:53
En la larga lista de edificios vacíos en Santander, cuatro salen a la venta por valor de doce millones de euros. Son propiedad del Gobierno de Cantabria y forman parte de la historia de la ciudad. La residencia de la tercera edad La ... Pereda antes fue la exitosa Residencia del Tiempo Libre Francisco Marcano, con gran demanda por encontrarse cerca de la playa y nada que ver con el político del PRC, a pesar de la coincidencia del nombre.
La Quinta Labat fue residencia de familia, más tarde escuela de hostelería Santa Marta y, después, concienzudamente restaurada para devolverle su esplendor y, finalmente, acoger la Consejería de Turismo e Industria, con visita del Príncipe de Asturias Felipe de Borbón incluida en 1999. El palacete de la calle de El Sol, frente a la iglesia de los carmelitas, fue residencia de familia de don Valeriano López Dóriga en el siglo XIX y durante la Guerra Civil, terrible checa de tortura. Y, finalmente, está la nave en los patios de las calles Menéndez Pelayo-El Sol-Santa Lucía, que fue escuela de música y más tarde dependencias de juventud del Gobierno regional. Los cuatro edificios están vacíos, conservan algo de mobiliario y son almacenes o zonas de archivo de la administración. Hoy sale a la venta en subasta este último espacio.
propiedades del gobierno regional
El Gobierno regional tiene otros bienes susceptibles de posible venta varios garajes, una finca en la calle de San Martín, tres solares en Puertochico (parcela Juan de la Cosa-Casimiro Sainz-Barcelona) y la discoteca Aqua en el puerto de Raos. Los tres solares de Puertochico donde se ideó levantar la gran sede del Ejecutivo fueron puestos a la venta «a precio a convenir», se dijo durante el Gobierno de IgnacioDiego. La discoteca Aqua ha salido a la venta cuatro veces, pero el Gobierno no se la ha conseguido colocar a nadie, a pesar de que es un saldo de 256.745 euros.
Quinta Labat, Avenida de los Infantes
Antiguo palacete de familia
La Quinta Labat es uno de los más importantes bienes que posee la comunidad autónoma. Por su naturaleza artística y por su ubicación, aunque no por su precio. Saldrá a la venta en 3.381.837 euros.
Es un edificio a conservar, no se puede tocar nada de la fachada, pero es que no hace falta. El edificio fue diseñado en el año 1895 por el arquitecto Casimiro Pérez de la Riva. Está casi en perfecto estado y en la actualidad ha sido alquilado a una productora para rodar en parte de sus salones la serie La Verdad. Con la planta baja perfectamente amueblada como casa burguesa del XIX luce en todo su esplendor. En realidad nunca ha estado así en la época moderna. Restaurado en la década de los ochenta, fue dotado de mobiliario de diseño moderno y aún conserva las lámparas del techo. De la época de construcción tiene la escalera de hierro fundido, parte de las molduras de escayola del techo y las grandes puertas de los salones de la planta baja. Se pensó, antes de ser sede de la Consejería de Industria, en convertirlo en residencia del presidente de Cantabria o alojamiento de personalidades ilustres. La idea no cuajó por las críticas públicas.
La finca linda con la Fuente de Cacho y mide 4.884 metros cuadrados según el Registro de la Propiedad. En ella hay dos edificaciones, el palacete y una más pequeña denominada de los guardas (250 metros cuadrados), totalmente restaurada y que fue sede de las oficinas el Sicán (Suelo Industrial de Cantabria). En ella hay muebles en buen estado, archivadores y elementos de oficina listos para ser usados cuando se decida retirarlos de allí. Incluso hay un cartel de Feliz Navidad y su espumillón decorativo.
La Quinta Labat es propiedad del Gobierno de Cantabria desde el año 1986, por transferencia del Gobierno de la nación. La superficie total construida es de 1.031 metros cuadrados y tiene sótano, planta baja y dos plantas. Ni tiene ascensor ni se le puede instalar. No cabe por el hueco de la escalera y para colocarlo habría que destrozar el diseño original del edificio. Destaca su elegante torre y la entrada de carruajes. Al fondo de la finca, junto a La Fuente de Cacho hay una superficie plana, sin jardines, con suelo de cemento. Quizá se pudiera construir ahí un nuevo edificio de vecinos, «pero es cuestión de tratarlo con el Ayuntamiento», se asegura desde el Gobierno de Cantabria al hablar sobre las posibilidades de la propiedad.
La parcela ajardinada es de las escasas de ese tamaño que quedan en El Sardinero en una zona que fue de palacetes y en la que quedan muy pocos, puesto que las edificaciones fueron destruidas y sustituidas por bloques de vecinos.
Residencia La Pereda
Centro para la tercera edad
En varias de las dependencias de este gran edifico aún cuelgan los calendarios, con el mes y el año a la vista, septiembre-octubre 2012. En esa fecha fue desalojado de sus residentes y empleados, que fueron distribuidos por otros centros de la tercera edad de Cantabria. La decisión del Gobierno de Ignacio Diego fue muy controvertida, pero de nada sirvieron las protestas. Saldrá a la venta en 6,5 millones de euros, pero su reforma para reconvertirlo en moderna residencia de ancianos o en colegio mayor (por ejemplo) supondrá una inversión de otro tanto.
Ha recibido numerosos pretendientes. Les gusta la ubicación del edificio a pocos metros de la playa, pero les echa para atrás la reforma que hay que realizar. Quizá saldría más barato tirarlo todo, dejarlo en esqueleto y reconstruirlo.
Una treintena de habitaciones se ajustan a la actual normativa para centro de la tercera edad, después de ser reformadas bajo la primera presidencia de Miguel Ángel Revilla. El resto de habitaciones no cumplen con la normativa (puertas estrechas, pasillos por los que cabe una camilla, escalones en la habitación para alcanzar la ventana y tener buenas vistas de la playa...).
El edificio pasó a manos de la Comunidad Autónoma en la transferencia realizada por Real Decreto número de 24 de julio de 1982 e inscrita en el Registro el 27 de mayo de 1986. Ubicada en la Avenida de Cantabria número 12, Barrio de La Pereda, (Cueto, Santander). El gran edificio tiene una superficie construida de 15.706 metros cuadrados y la finca es de 10.717 metros. El edificio tiene seis plantas que tienen una superficie de 3.471 metros cuadrados la baja y 2.447 las restantes cinco.
En el traslado se quedaron muchas cosas en la residencia de ancianos. Desde ropa de trabajo de los empleados con anagrama en el pecho de Gobierno de Cantabria, hasta decenas de películas de vídeo que se proyectaban en el cine que aún conserva sus butacas. También hay sillas, mesas de comer, una mesa de billar, material de limpieza, decenas de libros incluidos los Pliegos de Poesías Peña Labra, material de oficina, antiguas sillas de ruedas, microondas televisores viejos. Las cocinas y el bar aún conservan platos, tazas y botellas de refrescos. En los pasillos hay antiguos pósters y las jardineras con sus potos secos (como disecados) olvidados a su suerte. Se nota que no fue un edificio construido para tercera edad, sino para residencia del tiempo libre, por la estructura de sus escaleras y su distribución. Las residencias de hoy son otra cosa. Marcano-La Pereda tal como está hoy sería plató de nivel para la realización de un película. En sus dependencias hay almacenado material tan diverso que tal parece que el paseante entre en una nave de Reto.
Calle de El Sol, 789 metros
Palacete de López Dóriga
Este singular edificio ubicado entre bloques fue transferido a la comunidad autónoma en el año 2007, junto con las competencias en materia de Justicia, pues esta ha sido su última dedicación: tribunales. Saldrá a la venta en el segundo semestre del año en la cantidad de 1,5 millones de euros. La superficie total construida es de 789 metros cuadrados.
Es de estilo francés, con su chaflán y su torrecilla. Conserva la escalera original de madera, parte de las puertas de la planta baja y algo de su decoración modernista. Ha sufrido varias transformaciones, pues antes de juzgados acogió dependencias policiales. Hoy, por la docena de habitaciones hay algunas sillas, calefactores, carteles de horario de atención al público, el gran cartel que anuncia la distribución por plantas y otros que informan quiénes y qué ocupaban los espacios de lo Contencioso Administrativo (secretario general, magistrado, archivo...).
El edificio fue construido a finales del XIX por don Victoriano López Dóriga y Sañudo, para residencia familiar con su esposa doña Matilde López Dóriga y López Dóriga. Los nietos y bisnietos López Dóriga no saben decir qué pasó, pero los azares del destino y la fortuna hicieron que este edificio y los contiguos en la calle de Lope de Vega (otros palacetes de esta misma familia), cambiaran de manos y acabaran en manos del sanguinario Manuel Neila, que dirigió una checa de triste recuerdo. Dicen que, desde ese lugar, ese personaje salió hacia el barco prisión Alfonso Pérez atracado en el puerto para acabar con la vida de 170 personas en uno de los más tristes capítulos de la historia de Santander.
Menéndez Pelayo, 420 metros
Antigua escuela de música
Entre los patios de las calles Menéndez Pelayo, El Sol y Santa Lucía (con entrada por un portalón por Menéndez Pelayo número 8) se encuentra la nave de dos plantas y 420 metros cada una. La planta baja la ocupa un centro artístico privado y la primera es propiedad del Gobierno de Cantabria. Hoy sale a la venta en pública subasta en el Palacio Macho (calle de Hernán Cortes) en la cantidad de 657.492 euros. Es propiedad de la Comunidad Autónoma desde el año 1985. Además de ser escuela de música (aún conserva la numeración de aulas en las puertas y sus ventanitas acristaladas para ver a los alumnos con discreción), fue sede de la Dirección General de Juventud (allí están todavía los carteles) y conserva elementos publicitarios de la Dirección General de Asuntos Europeos y Cooperación al Desarrollo. Además de numerosas cajas con documentación en papel de varias consejerías del Gobierno de Cantabria.
Si este almacén de cosas varias del Gobierno no consigue ser vendido hoy en subasta pública al alza se ofrecerá una segunda vez con una rebaja del 15% y en una tercera con otro 15% menos de precio. El local, así como los otros que serán vendidos en fechas sin determinar por el Ejecutivo regional, ha recibido varios visitantes interesados.
Como explicó ayer uno de ellos, que representa a una empresa de construcción de Santander, en esta nave «el derecho de suelo está consumido. No se puede construir nada más sobre ella, solo reformarla». Y como las otras tres propiedades de próxima venta, está calificada como edificio para oficinas, dotaciones o centros públicos. Para hacer en ellos pisos hay que cambiar su calificación en el Plan General de Ordenación Urbana de Santander. Y eso lleva su tiempo. Así que con más inconvenientes que ventajas (dicen los entendidos en construcción), los edificios con los que el Gobierno regional espera hacer caja tardarán tiempo en cambiar de manos.
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