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José María Gutiérrez
Lunes, 4 de julio 2016, 07:16
El 93,6% de los alumnos presentados en Cantabria han aprobado la última convocatoria de junio de la histórica Selectividad, que después de 40 años examinando a millones de españoles dará paso, a partir del próximo curso, a la nueva reválida de Bachillerato de la Lomce. Y en la cúspide de la pirámide, las cinco mejores notas de la región tienen este año nombre de mujer: Carmen, Candela, Gabriela, Inés y Natalia. «¡Las chicas al poder!», bromea Carmen Landeras. «Quizás a estas edades las chicas somos un poco más responsables que ellos, pero hay de todo, tampoco hay que caer en estereotipos», defiende Gabriela Abascal. «Es una casualidad que las mejores seamos todas chicas», sentencia Natalia Sánchez.
Todas ellas coinciden en que sus altas calificaciones son fruto de «un trabajo constante» y de «la buena preparación» que han tenido en sus respectivos centros. Aún así, consideran que la educación española «necesita mejorar», dando más importancia a los idiomas, enfocando la enseñanza de forma más práctica, desterrando las asignaturas puramente memorísticas, racionalizando los horarios y las cargas de trabajo para poder disfrutar de más tiempo libre y fomentando más el trabajo en equipo, entre otras medidas.
Las cinco abandonarán Cantabria para realizar sus estudios universitarios y asumen que, dentro de unos años, quizás también tengan que dejar España en busca de una oportunidad laboral en sus respectivos campos, aunque preferirían no tener que hacerlo, por lo menos por obligación. «Ojalá la situación mejore en el futuro cercano», anhelan.
Carmen Landeras | Las Esclavas
«Me gustaría mucho ser diplomática»
Carmen Landeras ha sido la número 1 de la última prueba de Selectividad en Cantabria. La historia lo contará así. Su 9,980 fue la nota más alta en la fase general, rozando el 10, que luego aumentó hasta 13,810 en la fase específica concebida para subir nota. «Es un orgullo y, sobre todo, una recompensa al trabajo hecho», asegura. Una calificación excepcional con la que espera acceder al Doble Grado de Derecho y Economía que quiere cursar en la Universidad Carlos III a partir del próximo curso, una carrera que considera idónea para enfrentarse con posterioridad a las oposiciones a diplomática, el objetivo final al que enfoca sus estudios. «Quiero ser diplomática», asegura. ¿Las razones? «Me gustan los idiomas, las relaciones internacionales... Y me gustaría centrarme en la cooperación internacional», explica desde Berlín, donde hizo parada en el viaje a bordo del interrail que realiza por Europa.
Una buena forma de celebrar su gran nota en las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), a las que cree que ha llegado «muy bien preparada» porque en las Esclavas «nos han enseñado muy bien» y «yo he intentado aprovecharlo al máximo». Reconoce que su mayor preocupación antes de enfrentarse a los siempre temidos exámenes de Selectividad era que no la diera tiempo a terminar, pero que una vez superado con buenas sensaciones el primero, «me vine arriba».
Satisfecha de la enseñanza recibida, aún así reivindica que en España la educación «debe dar mucha más importancia a los idiomas, dar cabida a más prácticas y fomentar dinámicas de trabajo en equipo» para estar «mucho mejor preparados para el futuro».
Candela Marcos | La Paz
«Es la recompensa a añosde trabajo constante»
«Iba con confianza, pero no me esperaba una nota tan alta. Es una gran recompensa a años de trabajo constante, por lo que es muy gratificante», señala Candela Marcos. Tiene razones para estar contenta: su 9,884 la convierten en la segunda mejor calificación de Cantabria, que luego subió a 13,750 en la fase específica. «Era la primera vez que nos enfrentábamos a algo externo al instituto y pasas muchos nervios, pero cuando superas el trago del primer examen, luego ya lo ves todo de otra manera».
Candela coge el teléfono en Madrid, tras acabar en la Complutense el examen de ingreso al grado de Traducción e Interpretación que quiere cursar. No era el primero, ya que también le ha hecho en la Autónoma de la capital y en la Universidad de Salamanca. Cuantas más opciones para poder elegir, mejor. «Para estos estudios te exigen además pruebas de ingreso para ver si tienes las aptitudes adecuadas», relata.
La elección de la carrera de Traducción e Interpretación se debe a que «tiene un poco de todas las cosas que me gustan: hablar, leer, escribir, expresarme...». También valoró como opciones Periodismo, Ciencias Políticas o Relaciones Internacionales, pero al final eligió la alternativa que considera «más completa» y la que cree que la ofrece «un gran abanico de posibilidades» de cara al futuro. Sabe que eso, el futuro, es complicado tal y como está España, pero espera que la situación «mejore de aquí a cinco años». A esta alumna del centro Nuestra Señora de La Paz de Torrelavega le gustaría trabajar en nuestro país, pero asume que quizás se vea obligada a emigrar para poder vivir de lo que la gustaría. En eso caso, el manejo de los idiomas es algo que llevará seguro en la maleta.
Gabriela Abascal | LaPaz
«Los gobiernos deberían invertir más en educación»
Gabriela Abascal ha empezado el verano en Dublín realizando un curso para mejorar su inglés, una forma más de prepararse para un mundo «cada vez más globalizado» como el que la toca vivir. Compañera de clase de Candela Marcos en La Paz, admite que los exámenes de Selectividad han sido tal y como los esperaba, «porque los habíamos preparado muy bien en clase», lo cual, asegura, no resta ni nervios ni presión cuando llega la hora de la verdad, «sobre todo si necesitas una nota muy alta». Era su caso, porque su objetivo es cursar el doble grado de Estudios Internacionales y Administración de Empresas en la Universidad Carlos III de Madrid, y las notas de corte de los dobles grados «están muy caras». Pero su 13,640 (9,840 en la fase general) abre muchas puertas. «Tenía dudas antes de decidirme, pero estos estudios encajan en el perfil de lo que más me gusta los idiomas, viajar... y además me abren distintas posibilidades de trabajo: en una empresa internacional, en una embajada...».
«Muy contenta» con la educación recibida, porque «me ha hecho ser quien soy», Gabriela Abascal pide a los distintos gobiernos «invertir más en educación, porque los jóvenes de hoy somos los que el día de mañana vamos a sacar adelante el país». Inversiones con las que cimentar un mejor futuro que, hoy en día, ve «muy incierto». «Me gustaría trabajar en España, pero si no se produce un gran cambio, muchos jóvenes me temo que nos veremos obligados a emigrar».
Inés Torres | Santa Clara
«Lo mejor es la libertad que me da para elegir carrera»
«Me hace mucha ilusión estar entre las mejores notas de Selectividad, por un lado porque es un reconocimiento al trabajo realizado y, sobre todo, por la libertad que me da para elegir carrera». Y la suya será el doble grado de Matemáticas y Estadística y Economía en la Universidad Complutense de Madrid. «Espero poder entrar...», reflexiona. Sus notas en la Selectividad 9,815 en la fase general y 13,635 en la específica son su mejor carta de presentación. «Sientes tensión, nervios, porque son pruebas en las que se va a decidir tu futuro, pero hay que perderlas el miedo. Hay mucho de mito alrededor: si has trabajado durante el curso, no tienes problemas», asevera.
Esta estudiante del IES Santa Clara piensa que la PAU debería ser una prueba única, con un mismo examen en todas las asignaturas y en todas las comunidades, «porque así la valoración sería más uniforme». Recomendaciones que extiende a la estructura del Bachillerato, que cree que tendría que ser una enseñanza «más amplia», no únicamente enfocada a la preparación de la Selectividad y con un carácter «más práctico y menos teórico».
La ilusión de quien va iniciar una nueva y apasionante etapa se nota en las detalladas explicaciones que aporta sobre la carrera elegida. «Es un doble grado que tiene un carácter muy científico, y a mí siempre se me han dado muy bien las ciencias, y luego además posee una aplicación social muy interesante. Creo que es carrera muy útil y muy necesaria en el mundo actual».
Natalia Sánchez | La Marina
«Me he sentido muy bien preparada»
La Universidad de Oviedo será la siguiente parada en la trayectoria académica de Natalia Sánchez tras la sobresaliente Selectividad realizada (9,796 en la fase general y 13,756 en la específica). «Me esforcé al máximo para que la nota no me condicionara a la hora de elegir». Y no lo hará: en la comunidad vecina estudiará Biotecnología, cumpliendo así su deseo. «En la ESO, cuando empecé a dar Genética en Biología, me gustó mucho. Mi profesora en el IES La Marina me dijo que me veía capacidades para la investigación y me recomendó que enfocara hacía ahí mi carrera», relata. Y entre las distintas opciones de esta rama, ha terminado decidiéndose por la Biotecnología por delante de alguna Ingeniería Genética.
Feliz al ver cómo el esfuerzo tiene recompensa «es lo que más me satisface», Sánchez da por bien invertidos los esfuerzos realizados durante un curso «largo y duro». «En La Marina, los alumnos nos solemos quejar de que nos exigen mucho, pero al final lo que hacen es prepararte en condiciones, aunque a lo mejor en ese momento no te des cuenta. Yo me he sentido muy bien preparada al llegar a la PAU», sostiene. «Me asustaban mucho los exámenes de letras, pero al final el que más difícil me pareció fue el de Matemáticas».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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