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karen márquez
Domingo, 24 de julio 2016, 08:12
Para algunos el calor asfixiante del inicio de semana fue una auténtica pesadilla. Los agricultores de las localidades de Güemes (Bareyo) y Gama (Bárcena de Cicero) son sólo un ejemplo de quienes trabajan en el sector agroalimentario y que vieron con pesar como sus frutas y hortalizas cayeron rendidas ante la ola de calor que padeció Cantabria el pasado lunes y martes. El propio consejero de Medio Rural, Jesús Oria, confirmó esta semana los estragos del calor en el campo y, en concreto, se refirió a las consecuencias que las altas temperaturas provocaron en las plantaciones de arándanos, aunque, de momento, afirmó que desconocía si algún agricultor se había acercado a los servicios técnicos.
Uno de esos agricultores afectados es Eduardo López, a quien el sol ha acabado «achicharrando» sus arándanos. Campoberry, la empresa que fundó hace tres años y que se ha convertido en una de las principales productoras de arándano ecológico de España, no vive su mejor momento por culpa de las altas temperaturas. «Las pérdidas económicas no están estimadas aún, pero son importantes», reconoce López. Afirma que se han estropeado casi 10.000 kilos que «ya no tienen ninguna utilidad y hay que destruirlos». Es la primera vezdesde que comenzó la empresa en 2008 que sucede esto con el cultivo.
El arándano es una fruta de zonas climáticas templadas y húmedas; por ello, el calor vivido el lunes y el martes los dañó tanto. Sin embargo, comenta que podrán abastecer al mercado hasta noviembre. Ahora, «la fruta se ha arrugado y no hay más que hacer». Esperará a que acabe la temporada para ver la repercusión que tendrá esta situación en su negocio. Y la siguiente, para recoger nuevamente los arándanos. Campoberry además de esta fruta, siembra también fresas, frambuesas y moras en las que según López no se presentan daños tan significativos.
Maduración forzada
Y es que, «así como los humanos se sienten cansados y no quieren hacer nada más que beber agua cuando pega mucho el sol», a los tomates de Ignacio Parraza, gerente de Hortalizas La Colina, les pasó lo mismo. Confiesa que el calor de esos días les «ha afectado bastante. La excesiva temperatura ha hecho que el tomate entre en un período de insolación y se madure de manera forzada».
así fue la ola de calor
así fue la ola de calor
Parraza afirma que el deterioro se nota básicamente en el color de las hortalizas y en su textura. «El tomate se torna más rojo cuando debería quedarse rosadito y la pulpa se siente diferente». La lechuga, otro de los productos cultivados en La Colina, también «se ha quemado».
El responsable de la finca-invernadero en la que se siembran y cosechan más de dieciocho hortalizas diferentes, todas de temporada, afirma que «el daño actual no se traduce en inmediatas pérdidas económicas». Eso sí, en el caso del tomate se mostrará ahora un «parón productivo» y en el de la lechuga, la baja producción se notará dentro de un mes. No obstante, las hortalizas que se encuentran aún en tierra «se pueden comercializar pero no como premium, sino con otro tipo de calidad». Parraza explica que, aunque las temperaturas sin duda fueron muy elevadas, sabe que Cantabria es susceptible de padecerlas. «Hace un tiempo, después de una primavera lluviosa, recuerdo que vivimos treinta y tres días de calor y sequía», añadió. En la empresa, que cuenta con una superficie de 1,2 hectáreas de invernadero y dos de cultivo al aire libre, también se siembran pepinos, perejil y repollos que también experimentaron aunque en menor medida las consecuencias del intenso calor. Además, muchas judías se tuvieron que tirar «debido a la deshidratación sufrida». Sin embargo, cita Parraza uno de los productos que se ofrecen dentro de La Colina al que «le vino bien el sol»: la cebolla. «Es la única que se ha beneficiado, porque se encuentra en su ciclo final y ha ayudado a secarse», explica.
Seguros contra el sol
Aunque la ola de calor no representa un periodo de sequía, el consejero de Medio Rural aseguró que, de darse el caso, los agricultores saben que cuentan con una ayuda oficial. Jesús Oria mencionó que sería «como cuando en sus primeros años al frente de la Consejería se habilitaron ayudas porque la sequía era de manera generalizada en algunas zonas concretas».
Oria sostiene que «los agricultores saben que existen unos seguros agrarios que sirven tanto para estos soles como para granizadas que acaben con una cosecha de ese tipo», en referencia a los cultivos que no se realizan bajo plástico como puede ser los viñedos. «Ante esos riesgos existen seguros amparados por el propio Ministerio a los que el sector agrario puede acceder», afirmó durante una rueda de prensa con motivo de la presentación del mercado campurriano.
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