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Enrique Munárriz
Martes, 9 de agosto 2016, 11:46
El próximo mes se conocerá el fallo del jurado que otorga el premio Pueblo de Cantabria 2016. Un concurso que no deja perdedores tras de sí porque el mero hecho de participar ya convierte a los aspirantes en ganadores. Seis localidad pugnarán por este galardón, que ha multiplicado por diez su dotación después de haberse visto afectado por los recortes durante de la pasada legislatura. Naveda (Campoo de Suso), Cosío-Rozadío (Rionansa), Loma-Somera (Valderredible), Mogrovejo (Camaleño), Ruiloba y Villacarriedo han oficializado su candidatura y aspiran con ilusión a este reconocimiento que invita a mejorar la calidad de vida de sus vecinos al mismo tiempo que se respetan los valores tradicionales y el patrimonio de la región.
Para animar a participar al mayor número de entidades locales, esta novena edición está dotada con 120.000 euros (108.000 euros más que la última, del año 2014). La finalidad del galardón, destinado a poblaciones de menos de mil habitantes, es costear y reconocer aquellas actuaciones en materia de infraestructuras que destaquen por su valor cultural, histórico, etnográfico o artístico, que respeten valores patrimoniales y tradicionales, así como la rehabilitación y recuperación de zonas y entornos deteriorados, y la utilidad para el uso público y calidad de los trabajos realizados.
Aunque el premio está enfocado a pueblos pequeños, preferiblemente de menos de 1.000 habitantes que no tengan la repercusión turística de otras localidades como Santillana del Mar o Comillas, más de cincuenta localidades han participado en el galardón desde que se creó en el año 2005. Lo han ganado ocho, entre ellas Novales, que fue la primera, Mazcuerras y Barcenaciones. Puente Viesgo añadió el río Pas, además de su turismo, sus cuevas y su naturaleza, y Udalla sumó al palmarés la cuenca del Asón. La distinción a Caviedes sirvió para recordar que no sólo es el Cofiño, y hasta el balcón de Picos de Europa, Tudes, aprovechó para volver a situarse en el mapa. El último ganador fue Villaescusa del Bardal (Campoo de Enmedio) en 2014.
«Los 120.000 euros del premio no son una maravilla, pero sí un incentivo para realizar mejoras en los pueblos, así como para aumentar la participación», resalta el consejero de Obras Públicas y Vivienda, José María Mazón, padre político de este proyecto durante su anterior etapa en el bipartito. Señala el consejero que pueblos «que nadie conocía» o «aldeas perdidas, como Tudes, en Vega de Liébana (ganadora en el año 2010)», reciben ahora numerosos turistas. También «se valorará la implicación de los vecinos», que, recordó, en anteriores ediciones «se ocuparon de adornar los balcones y ventanas con flores o de mantener el pueblo limpio».
Desde Ruiloba aseguran que todo aquel que los visita «está ansioso por volver». El alcalde, Gabriel Pérez, destaca que se ha presentado una iniciativa para restaurar el empedrado del barrio de La Iglesia y devolver la «belleza original» que antaño tuvo. Naveda ha crecido de la mano de Alto Campoo, con infraestructuras hosteleras y viviendas de segunda residencia, todo en un ambiente «de alto valor paisajístico». Restos de castros protohistóricos y arquitectura señorial, son otras de sus señas de identidad.
Villacarriedo presenta diversas obras de embellecimiento de su núcleo urbano y creación de espacios de ocio en los barrios de El Palacio, La Pesquera y Quintanal. Valderredible apuesta por Loma Somera, que lo componen una docena de casas formando un enclave singular. La fuente, en el centro del pueblo, donde solo te puedes encontrar con el alcalde pedáneo Fernando Fernández, que a la vez lo es de todo Valderredible, habla de que en 1913 trajeron el agua comunitaria.
Por último, Mogrovejo aprovecha el tirón de haberse convertido en el escenario de Heidi y su repercusión mundial y presenta actuaciones para poner en valor su patrimonio. Mogrovejo cuenta con una figura de protección de BIC con categoría de conjunto histórico desde 1985.
El jurado comenzará a visitar ahora cada localidad para tener el resultado listo en septiembre. Lo forman, además del consejero de Obras Públicas, los directores generales de Cultura, Desarrollo Rural y Cooperación Local, los jefes de Obras y Arquitectura del departamento dirigido por Mazón, un alcalde en representación de la Federación de Municipios de Cantabria, un representante del Colegio de Economistas y otro de la Fundación Botín.
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