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Enrique Munárriz
Lunes, 22 de agosto 2016, 18:37
Ocho años después de que estallara la crisis, se reactiva el apetito por el ladrillo, aunque esté a medio hacer. El conocido como banco malo, la Sareb, acaba de poner a la venta más de una decena de "esqueletos de hormigón" que yacen en suelo cántabro a su particular campaña para intentar deshacerse de las promociones urbanísticas que quedaron paralizadas a causa de la crisis. Esta vez son de uso residencial y una vez finalizadas sumarían 517 viviendas. Son 12 promociones repartidas por casi toda Cantabria, a excepción de Santander y Torrelavega, y en las que se puede encontrar desde pisos prácticamente terminados a solares con estructuras de hormigón abandonadas durante años.
El municipio de El Astillero destaca en este terreno sobre todos los demás. De momento, el denominado banco malo ha puesto a la venta en esta localidad dos promociones urbanísticas que nunca llegaron a buen puerto: dos bloques ubicados en la calle Clara Campoamor. Uno de ellos consta de 52 viviendas construidas al 75% y la otra es de 78 pisos al 15%, con un primer piso acabado. En ambos bloques el precio es "a convenir". El conjunto fue tasado por última vez en 16 millones de euros. Hoy esas cifras son muy inferiores pero Adolfo Blázquez, director de la gestión de ventas de la Sareb, confía en que se pueda vender.
"Hemos elegido este momento porque vemos que hay una demanda real tanto de suelo como de obra parada, no solo en Madrid y en Barcelona, donde la reactivación ya había empezado, sino en otros territorios de España".
Cadáveres de hormigón en manos del banco malo buscan comprador en otras nueve localidades de la provincia: Udías, Suances, Bezana, Los Corrales de Buelna, Miengo, Ogarrio, Piélagos, Reocín y Santiurde de Toranzo. Tanto en estos casos como en otras promociones a la venta, la Sareb ha optado por no publicar un precio fijo de venta y ha informado de que negociará la cifra final con los promotores interesados. Como referencia pueden servir los dos millones de euros que piden por las 47 viviendas de Udías, construidas al 60%.
¿Quién querría comprar alguna de estas promociones? "Para los fondos de inversión es un activo demasiado complicado, tendrían que calcular cuánto costaría terminarlas, el precio de venta", explica Blázquez. "Estas operaciones no son para ellos, sino para promotores, constructores y cooperativas locales", subraya.
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