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Mario Cerro
Domingo, 28 de agosto 2016, 10:08
Toparse con un conductor kamikaze en la carretera puede tener un desenlace fatal. Y eso es lo que ocurrió en la madrugada de ayer en la A-67, a la altura de Barreda. Marcos Sarmiento Villegas, un joven de 34 años, vecino de Tanos (Torrelavega), ... circulaba de forma correcta en sentido Santander cuando tuvo la desgracia de encontrarse de frente con un conductor que iba en dirección contraria y al que no pudo esquivar. El impacto fue tan brutal la distancia entre ambos coches tras el choque era de 15 metros que Marcos murió en el acto y el presunto kamikaze resultó herido grave y está ingresado en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. El suceso se registró al filo de las 5.30 horas de la madrugada en el punto kilómetro 184,8.
Al parecer, el conductor que circulaba en sentido contrario, en un Citroën Berlingo, entró en la autovía en la salida de Boo de Piélagos y continuó la marcha pese a las advertencias de otros conductores con los que se topó de frente. Así durante nueve kilómetros hasta que impactó con el Peugeot que conducía Marcos Sarmiento.
Al parecer, el kamikaze entró a la autovía en dirección contraria en la salida de Boo de Piélagos; y continuó la marcha pese a las advertencias de otros conductores con los que se topó de frente.
Hasta el lugar de los hechos se desplazaron los servicios de emergencias. Los Bomberos de Torrelavega tuvieron que excarcelar a ambos conductores, aunque previamente el 061 ya había certificado la muerte del joven, cuyo funeral se celebrará hoy, lunes, a las seis de la tarde, en la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves de Tanos. La capilla ardiente se ha instalado en el Asilo San José de Torrelavega.
El kamikaze provocó la muerte de Marcos Sarmiento, pero en los nueve kilómetros que transcurrió en dirección contraria pudo haberlo hecho con otros conductores que sí pudieron eludirle. Por ejemplo, el hombre que conducía el primer coche con el que se cruzó cuando entró en la autovía: «Venga a darle las luces y pitarle y no hizo nada ni por detenerse ni por apartarse. Si yo no giro el volante me hubiese chocado de frente. No hizo nada por quitarse o aminorar la marcha, sino todo lo contrario, iba aumentado la velocidad», relató aún con el susto en el cuerpo. Este testigo fue quien se puso en contacto con el 112, que a su vez remitió la llamada a la Guardia Civil de Tráfico, a la que explicó lo que estaba sucediendo. Una vez dado el aviso, este conductor relata que volvió a entrar en la autovía en dirección a Torrelavega, pero al ver que varios coches circulaban con normalidad pensó que habían esquivado al kamikaze y que éste se habría detenido. «Entonces me di la vuelta a la altura de Mogro», explicó. A las nueve y media de la mañana, la Guardia Civil se puso en contacto con él para comunicarle el trágico desenlace y que les contara lo sucedido. «Después, cuando lo he visto en la web de El Diario he identificado perfectamente el coche que esquivé», aseguró.
El accidente de ayer es el segundo con víctimas mortales que se produce en las carreteras de Cantabria en menos de una semana. El pasado miércoles, un hombre de 43 años que viajaba de acompañante en el coche que conducía su hermano falleció en un accidente de tráfico ocurrido en la carretera comarcal CA-151, a su paso por el barrio de Rioseco, en Guriezo, a escasos 400 metros de la casa en la que ambos residían. Con ese suceso se rompió la racha de dos meses sin accidente mortales en vías interurbanas. Hasta ese momento, el último fue el fallecimiento de un joven de 21 años en Vega de Pas, también a escasos metros de su casa, el 25 de junio.
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