El hospital de Liencres asumirá toda la cirugía ambulatoria de Valdecilla

Y de nuevo, la Consejería de Sanidad, ahora dirigida por la socialista María Luisa Real, busca alternativas para la eterna pregunta que en algún momento se han planteado sus antecesoras en legislaturas anteriores. ¿Qué hacemos ahora con Liencres? Los gerentes del Servicio Cántabro de Salud y de Valdecilla, Julián Pérez y Julio Pascual, respectivamente, son plenamente conscientes de que hay que rescatar a este edificio del que parece su sino, la infrautilización, y encontrar fórmulas que permitan amortizarlo.

La primera decisión para impulsar su revitalización y, a la vez, descongestionar el overbooking quirúrgico de Valdecilla, ya está en marcha. A la vuelta del verano, Liencres empezará a asumir toda la cirugía mayor ambulatoria la que no requiere más que unas horas de ingreso (el paciente llega por la mañana al hospital y por la tarde vuelve a su casa). Sanidad confía en que este nuevo cambio, que se aplicará de forma progresiva, esté culminado para principios de 2017. El objetivo es tan ambicioso como multiplicar por cinco la actividad quirúrgica de Liencres para el próximo año.

En la actualidad, el centro situado en el municipio de Piélagos dispone de cinco quirófanos, «perfectamente equipados», aunque en funcionamiento sólo tiene cuatro. En ellos se realizaron en 2015 un total de 702 intervenciones programadas de cirugía ambulatoria, a cargo exclusivamente de las unidades asistenciales de Artroscopias, Unidad de mano y Ortopedia, la parte del servicio de Traumatología y Ortopedia que ha permanecido en Liencres desde el fatídico derrumbe de la fachada en 1999 y hasta su retorno a Valdecilla el pasado mayo.

En los últimos meses, a los quirófanos de Liencres sólo han entrado pacientes de Oftalmología, servicio que protagonizó un polémico traslado al verse relegado a Liencres, justo cuando entraba en funcionamiento el edificio de las Tres Torres, después de 16 años en obras.

Qué se operará en Liencres

El plan en ciernes es que, «además de las intervenciones programadas de Oftalmología, durante el último trimestre de este año se proceda a realizar allí la cirugía mayor ambulatoria del resto de servicios quirúrgicos», explica Pérez.

Eso implica que, aparte de la vista, se operará en Liencres patología del ámbito de Dermatología, Cirugía General, Cirugía Plástica y, de nuevo, Cirugía Ortopédica y Traumatología. Incluso recibirá pacientes de Otorrinolaringología y Urología. Se está organizado la transición coincidiendo con los meses de otoño, antes de que el invierno eleve la presión asistencial. No obstante, hay otro factor que marcará el ritmo de este transbordo, que son las listas de espera.

La previsión de la actividad quirúrgica que debería acoger Liencres para 2017, según el SCS, es de alrededor de 3.800 intervenciones. El grueso de ese volumen seguirá siendo la patología oftalmológica, con unas 2.300 operaciones. Pero el gerente considera que «la cirugía mayor ambulatoria del resto de servicios debería llegar a las 850 intervenciones, que se sumarían a las 600 de la cirugía menor ambulante (local)». A su juicio, esta estrategia va unida a otra de mayor calado, que es la de solventar «una de las grandes asignaturas pendientes de Valdecilla, que es su baja tasa de cirugía mayor ambulatoria, de apenas el 33%, cuando la mayoría de hospitales de su mismo nivel llegan al 50%».

Como apunte comparativo, resalta que «Sierrallana alcanza el 60%». Por ello, el reto que se ha marcado el Servicio Cántabro de Salud es buscar la fórmula para mejorar las cifras actuales. «Creo que es lo que más falla de Valdecilla, junto con la hospitalización a domicilio, que también se debe potenciar», sostiene.

El gerente de Valdecilla, Julio Pascual, ya anunció meses atrás su firme intención de convertir a Liencres en centro de referencia de cirugía ambulatoria. Fue uno de los argumentos que esgrimió cuando le tocó defender por qué llevar a Liencres las consultas y la actividad quirúrgica de Oftalmología no era una idea descabellada, como apuntaba la oleada de detractores.

Ahora las explicaciones que se le demandan se refieren a los planes de la hospitalización geriátrica, hasta ahora centralizada en la tercera planta de Liencres, bajo la gestión del médico Jesús Pérez del Molino, más aún tras trascender que una vez sean evacuados los últimos pacientes ingresados (previsiblemente en la jornada de mañana), la asistencia se trasladará al nuevo Valdecilla, bajo el mando de Medicina Interna.

La mudanza, paso a paso

Esta mudanza sigue los pasos de los otros dos servicios desplazados del centro cabecera por la falta de espacio durante el largo periodo de la reconstrucción: Ortopedia, desgajado de Traumatología desde el derrumbe de la fachada de 1999, y Medicina Interna, que también contaba con camas en la vieja Residencia Cantabria.

Con su retorno a Valdecilla, desaparece toda la hospitalización de Liencres. «Es lógico que teniendo espacio disponible en el nuevo Valdecilla, se concentre aquí la hospitalización», defiende Pérez Gil. Y más teniendo en cuenta el «perfil común» de paciente que atienden los equipos de Geriatría y Medicina Interna, que «requiere de servicios de apoyo que en Liencres no hay», como Cuidados Intensivos.

La Gerencia insiste en que esta decisión reportará «un importante beneficio para el paciente mayor hospitalizado», facilitando una atención transversal que se extenderá a otros servicios médicos y quirúrgicos, siempre con la meta de «mejorar la calidad de la asistencia a los mayores».

La medida se encuadra dentro del plan de atención a la cronicidad Valdecilla cuenta con ocho geriatras en plantilla y que lo que pretende es potenciar la atención geriátrica, pero no como una parcela independiente, sino «integrada y coordinada con otras especialidades» que cada vez precisan más de su respaldo, como son Traumatología y Ortopedia y Cirugía General.

Atención geriátrica

En ese contexto, y con la colaboración también de la red de Atención Primaria, se pondrá en marcha en las próximas semanas la Unidad de Frágiles, destinada a acoger a los pacientes crónicos propensos a recaídas e ingresos reiterados para facilitarles una asistencia más rápida y reducir sus estancias hospitalarias.

Con ello, de paso, se intentará frenar el millonario desembolso que supone la cobertura de los enfermos pluripatológicos, cuyo número crece año tras año en proporción al envejecimiento poblacional. a atención a este colectivo, que en Cantabria suma 46.500 personas, representa el 80% del gasto sanitario.

Cuando los últimos pacientes de Geriatría se acaben de acomodar en las Tres Torres, el hospital de Liencres será un gigante sólo habitado en su planta baja, que es donde se ubican las consultas de Oftalmología (a las que se acceden por el hall principal de la cara norte del edificio), así como el área de salud bucodental, dependiente del Servicio Cántabro de Salud, y las dos consultas del Servicio de Maxilofacial derivadas desde Valdecilla para aligerar la lista de espera acumulada por muelas del juicio (ambas con entrada por la cara sur del hospital).

Una planta más abajo, en el sótano-1 se encuentra el Banco de Sangre y Tejidos, que procesa anualmente 25.000 muestras. Aunque se especuló con su posible reubicación en el edificio de las Tres Torres, lo cierto es que la Fundación Valdecilla, que es la entidad de la que depende, ha dado por descartada esta posibilidad hasta que las condiciones presupuestarias de laAdministración lo permitan. Las mismas razones que impiden acondicionar el local reservado en el nuevoValdecilla para la sede del Banco del pabellón 13, que se queda donde está.

Con ese nivel de ocupación, es evidente que el equipo de Sanidad aún tiene por delante mucho debate para definir la manera de dar un empuje a Liencres y librarle de que acabe siendo un hospital fantasma