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efe
Miércoles, 7 de septiembre 2016, 13:25
Se repite la historia seis años después. La secretaria general y portavoz de Sanidad del PP, María José Sáenz de Buruaga, defiende la supervivencia del psiquiátrico de Parayas y exige y acusa al Gobierno PRC/PSOE de encubrir, «tras el desmantelamiento de Liencres, el primer ... cierre de un hospital público de la región».
Una decisión que, aunque fue desvelada por la Consejería de Sanidad la semana pasada «sorpresivamente», «en realidad estaba tomada hace seis años», cuando el anterior Gobierno bipartito hizo el amago de clausurar la instalación.
«Cuatro años después, regionalistas y socialistas han vuelto con las mismas estrategias y los mismos argumentos y han hecho lo que hicieron en 2010, desmantelar deliberadamente Liencres para poder justificar el cierre de Parayas que entonces no consiguieron materializar», ha afirmado Sáenz de Buruaga.
A su juicio, «estamos ante una maniobra premeditada, que no tiene nada de improvisado. No se cierra Parayas y se traslada su actividad asistencial a Liencres porque Liencres se queda vacío, sino que se ha vaciado Liencres para poder cerrar Parayas».
De esta forma, interpreta la exconsejera de Sanidad, «el bipartito ha abortado el proyecto asistencial que el Gobierno del PP había puesto en marcha en Liencres porque ya tenía el suyo propio, y durante el último año ha estado preparando el terreno, urdiendo esa estrategia al socaire de la reorganización derivada de la terminación del nuevo Valdecilla».
Sin embargo, Sáenz de Buruaga sostiene que «el vaciado de Liencres no tiene relación ni es consecuencia de la terminación de Valdecilla, sino una decisión política de los actuales responsables sanitarios que desde el minuto optaron por abortar el proyecto del PP de convertir Liencres en el referente público de atención a la cronicidad».
Y por eso, continúa, «se han desmantelando sin prisa pero sin pausa proyectos asistenciales llamados a consolidarse, como la unidad de Medicina Interna para crónicos reagudizados o la unidad de Geriatría que supuso un antes y un después en el desarrollo de la especialidad y que ha sido definitivamente laminada». Desde el PP, defienden «la validez de ese proyecto asistencial puesto en marcha en el hospital de Liencres», razón por la que Buruaga opina que es «un grave error» abandonarlo, ya que conlleva «un serio retroceso asistencial».
«No se mejora la calidad de la atención en contra del criterio de los profesionales, cerrando plantas de hospital, restando especialización y quitando camas para nuestros mayores, mientras estos se agolpan horas o incluso días en un box de urgencias esperando un ingreso», sostiene. Por eso, el PP ha exigido que «Parayas no se cierre, que se garantice la supervivencia del centro como un recurso de titularidad pública destinado a la atención a la salud mental y se emprenda su transformación integral».
Sáenz de Buruaga reconoce que «no se puede negar que el centro es una instalación antigua, obsoleta, que presenta múltiples deficiencias». Recuerda que antes incluso de la polémica de 2010 se hallaba en una encrucijada con solo dos salidas posibles: la rehabilitación integral o el cierre.
Sin embargo, apunta que «el Gobierno del PP apostó por modernizar Parayas, mientras PRC y PSOE, aguerridos defensores de la sanidad pública al menos en sus discursos, deciden su cierre, un recorte sin precedentes de la sanidad pública a manos del Gobierno de Revilla».
Para el PP, Parayas es un recurso público «idóneo» para acoger recursos especializados y garantizar los recursos que demanda la sociedad y que articula el plan de salud mental aprobado la pasada legislatura: «unas renovadas y modernas de hospitalización de media y larga estancia y fundamentalmente, para responder a la necesidad ed ampliar los recursos residenciales para atener a pacientes con enfermedad mental crónica (pisos tutelados y miniresidencias) de los que somos deficitarios».
Sáenz de Buruaga, que ha exigido también que se garantice el empleo y las condiciones laborales (99 trabajadores), «porque la Gerencia ya ha reconocido el exceso de profesioanles que deberán ser recolocados en otros servicios del hospital», lamenta «la incoherencia del Gobierno de Revilla»: «Por mucho que nos empeñemos en llamar a los cierres traslados y a los recortes ahorros, la realidad es que en año y medio de legislatura no conocemos un solo avance asistencial, no hay un solo proyecto nuevo en el horizonte, más que el primer cierre de un centro hospitalario público que Canatbria fue capaz de mantener a flote durante su peor crisis».
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