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Pedro Álvarez
Domingo, 11 de septiembre 2016, 16:32
Jesús Cicero, el vecino de Pesaguero que llevaba desaparecido de su domicilio familiar desde el martes, fue localizado ayer con vida por un ganadero de Lerones, Lino Félix Escandón, que subía hacia la zona alta del pueblo en compañía de su madre y de su hija pequeña a supervisar a su ganado. Cicero, de 62 años, se encontraba semiinconsciente a unos dos kilómetros de Lerones, por lo que el ganadero que le halló se desplazó a pedir ayuda a varios vecinos. Viendo el estado en que se encontraba el hombre, optaron por llamar al 112.
La búsqueda de cinco días concluyó, por tanto, felizmente a primeras horas de la tarde de un domingo en que ya estaba previsto abandonar todo el operativo que se había mantenido desde el miércoles. Cicero estaba tendido en el suelo en un lugar expuesto al sol, junto al bebedero de El Piergu, en la zona denominada Las Cabañas, cerca de una tenada para guardar ganado. En un primer momento, los vecinos le trasladaron a la sombra, donde esperaron a que llegara la atención sanitaria y efectivos de la Guardia Civil. Entre su casa de Avellanedo y Lerones hay unos seis kilómetros de distancia por carretera.
Vicente Vélez, alcalde de Pesaguero, que nada más conocer la noticia subió hasta el lugar en cuestión, explicó que Cicero «estaba totalmente desorientado y deshidratado, probablemente por no haberse alimentado y bebido durante estos días». El personal sanitario decidió pedir el helicóptero del 112, por lo que se movió al hombre en camilla hasta un lugar accesible, para que pudiera ser evacuado con facilidad. Cuando llegó el helicóptero, se le trasladó al aeropuerto Severiano Ballesteros, de Santander, donde le esperaba una UVI móvil del 061 que le trasladó al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. José Ramón Almirante, vecino de Lerones, reconoció que ayer un grupo le estuvo buscando por toda la zona en la que finalmente apareció «y, después de ver cabañas y recorrer el terreno, habíamos decidido volver a intentarlo hoy de nuevo».
Almirante, uno de los muchos amigos de Jesús Cicero en la comarca lebaniega, comentó emocionado que «estábamos comiendo cuando nos dieron la grata noticia de que había aparecido. Fue una gran impresión y una enorme alegría. Es una persona muy querida y muy servicial, y no nos hacíamos a la idea de que no apareciese».
El lunes, última señal
El lunes pasado, Cicero había estado por la mañana en la villa de Potes, aprovechando el lunes de mercado, y posteriormente, cenó en el restaurante La Hornera, del cruce de Piasca, desde donde uno de los responsables le acercó hasta su domicilio a última hora de la noche.
El martes durante todo el día los vecinos constataron extrañados que no andaba por el pueblo, y el miércoles, Vicente Vélez, el alcalde, se decidió a informar de su desaparición en el cuartel de la Guardia Civil. Desde ese día se le buscó por todo el área sin descanso. Pero las comprobaciones no dieron ni un solo resultado. En las labores de localización participaron voluntarios de las Agrupaciones de Protección Civil de Camaleño, Vega de Liébana y Santander, estos últimos con perros; miembros de la Guardia Civil, que desplazó a agentes de Seguridad Ciudadana, Seprona, GREIM y del Servicio Cinológico; personal de las direcciones generales de Protección Civil y Emergencias, y de Medio Natural del Gobierno de Cantabria, el helicóptero del Ejecutivo autonómico, y el 112. También colaboraron en las tareas lebaniegos de los pueblos de alrededor, que fueron finalmente quienes le hallaron.
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