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nacho gonzález-ucelay
Lunes, 3 de octubre 2016, 07:16
Los servicios de salvamento y socorrismo que este verano han velado por la seguridad de los usuarios de las playas de la región han dado por acabada otra temporada sin sobresaltos en los arenales, donde, un año más, las picaduras de escorpiones, medusas e ... insectos han acaparado el trabajo efectuado bajo las torres de vigilancia y las corrientes fijas y alternas la actividad realizada mar adentro. Aplaudida por los responsables de todos los operativos desplegados, la actitud prudente de los bañistas ha vuelto a resultar determinante a la hora de presentar un balance de óptima lectura.
La organización DYA Cantabria, encargada del servicio de salvamento en las playas de Brazomar, Oriñón, Arenillas, Dícido, Solarium y Ostende (Castro) ha efectuado durante este verano un total de 41 rescates de personas con dificultades para salir del agua por sus propios medios. En su caso, la estadística crece, porque el verano anterior realizó 28 operaciones de este tipo. También crece el número de evacuaciones (de 29 a 30) e igualmente lo hace la cifra de asistencias sanitarias (de 1.211 a 1.477). Con todo, el coordinador del servicio, Rafael Gómez, que interpreta este aumento como el reflejo del incremento de visitantes en un verano que ha batido todos los récords turísticos, asegura que, en líneas generales, «los bañistas se van concienciando del grave peligro que puede suponer ignorar las indicaciones de los socorristas».
«La gente está muy concienciada», afirma convencido el coordinador de Socorrismo y Emergencia de Cruz Roja Cantabria, Agustín Salán. «El 99,9% es respetuosa con los socorristas y con sus indicaciones», y esto, piensa, ha facilitado bastante la labor que la institución ha desempeñado esta temporada en diez de los 22 municipios por los que se reparten los 220 kilómetros playeros de la provincia.
En esa decena de localizaciones (Alfoz de Lloredo, Suances, Miengo, Piélagos, Santa Cruz de Bezana, Santander, Ribamontán al Mar, Bareyo, Santoña y Laredo vistas de oeste a este en el mapa de Cantabria), Cruz Roja ha levantado este verano 58 torres en las que han trabajado 215 profesionales socorristas, médicos, enfermeros y conductores que se han ocupado de la seguridad en 48 de los 85 arenales de la región. En el resto, otros 37, lo han hecho diferentes empresas contratadas por los ayuntamientos respectivos, que, en algún caso puntual, ha llegado a asumir esa función con sus propios recursos.
Las cifras recogidas de esas 48 playas dicen que durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre Cruz Roja rescató a 148 bañistas en riesgo inminente de ahogamiento, lo que significa 73 personas menos que el verano anterior y demuestra que, como dice Salán, los usuarios «están más concienciados del peligro que supone adentrarse en el mar en condiciones adversas».
Casi la mitad de esos rescates, 69, se llevaron a cabo en el mes de agosto, principalmente en las playas de Laredo, Suances y Ribamontán al Mar, donde los socorristas auxiliaron a más de una treintena de bañistas con serios apuros en la mar. En junio fueron socorridas las diez primeras, en julio otras 38 y en septiembre 31 más.
La mayoría de esas actuaciones se efectuaron en las playas de Ribamontán al Mar (50), Suances (30), Laredo (24) y Santander (21), no porque sean especialmente peligrosas, que no lo son, o al menos no todas, sino por una simple combinación de factores que acaban por provocarlas. Somo, Loredo, Los Locos, Merón, Valdearenas, Canallave, Berria... son arenales situados a mar abierto, expuestos a corrientes de retorno que en ocasiones comprometen las buenas condiciones para el baño. Y, a la vez, se encuentran entre los rincones predilectos de los bañistas, que suelen acudir a ellas por miles. Si ha de producirse un rescate, la estadística dice que será ahí.
Además de participar en 148 rescates en el agua, los servicios de salvamento de Cruz Roja organizaron un total de 116 evacuaciones, 38 menos que durante el verano de 2015. Más de la mitad, 66, se efectuaron en el mes de agosto. El resto se llevaron a cabo en junio (6), julio (32) y septiembre (12).
Escorpiones y medusas
Igualmente, los socorristas asignados a las 58 torres de vigía han realizado este verano hasta 8.454 asistencias sanitarias, la inmensa mayoría en julio (2.949) y agosto (3.775). La cifra también cae también con respecto al verano anterior, cuando se prestaron 10.276 servicios de estas características.
Destacan, por encima de todas, las picaduras del salvario (1.621). Más conocido como pez escorpión, el terror de la orilla se ha cebado con los usuarios que han pisado la arena de la playa Salvé de Laredo, donde esta temporada se ha cobrado nada menos que 347 víctimas. Por un picotazo de pez escorpión muy activo en agosto (806 casos) también han tenido que recibir asistencia sanitaria durante este verano 343 usuarios de las playas de Ribamontán al Mar y otros 257 de las de Santander.
Muy por debajo de los índices alcanzados en temporadas anteriores cuando la Carabela Portuguesa arrasó a su paso lento por el litoral, las picaduras de medusa no han tenido este año ningún protagonismo en los informes de Cruz Roja, que apenas ha tenido que atender a 36 bañistas afectados.
Casi todos los casos, 22, se registraron durante el mes de agosto en alguna de las playas de Santander Los Peligros, La Magdalena, Bikinis, El Camello, La Concha, la Primera, la Segunda, Castañeda y Mataleñas, donde a punto de concluir la actual temporada playera han aparecido medusas del tamaño de un balón de baloncesto.
Las picaduras están incluidas dentro de las 8.454 asistencias con las que Cruz Roja ha dado por concluido su servicio por esta temporada y en las que caben, también, las atenciones médicas practicadas a aquellas personas que han sufrido diversos percances que les han ocasionado contusiones, esguinces, luxaciones, fracturas, cortes o quemaduras de más o menos gravedad.
También golpes de calor o insolaciones. Este verano se han registrado 24 casos, 15 de ellos en Laredo (cuatro en junio, ocho en julio y tres en agosto) y el resto en Santander (siete), Ribamontán al Mar y Suances (uno).
De igual manera, en el grueso capítulo de las intervenciones sanitarias aparecen también las prestadas a los menores de edad extraviados, apartado en el que se ha producido un repunte respecto al año 2015. Si aquel verano se perdieron 273 niños, este se han desorientado 337. En julio 124 cuatro al día y en agosto 178 seis.
Llama la atención, en este punto, la ingente cantidad de niños que se perdieron de la vista de sus tutores en la playa Salvé de Laredo (136) así como la cifra de menores perdidos en las playas de Santander (84) y de Suaces (64), pequeños que fueron localizados con la ayuda de los servicios de socorro.
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