Gorostiaga insiste en una urgente reforma de la Constitución «con rigor y altura de miras»

Hace exactamente un año, en su primer aniversario de la Constitución como presidenta del Parlamento cántabro, Dolores Gorostiaga apremió a reformar la Carta Magna «sin miedo, con esperanza y diálogo». Desde entonces han pasado tantas cosas en España que, paradójicamente, nada se ha movido. La doble cita electoral y la interinidad del Gobierno central han llevado el debate político por otros derroteros y es ahora cuando se ha vuelto a retomar la discusión sobre el cambio constitucional. «Con valentía, generosidad, rigor y altura de miras, debemos ajustarla a las nuevas circunstancias, sin disminuir ninguno de los derechos fundamentales que consagra», señaló ayer Gorostiaga, durante los actos de su 38 aniversario celebrados en el Parlamento regional.

Esa urgencia por modernizar la Carta Magna también se respira en Madrid, donde el PP es el único partido que frena el entusiasmo del resto de partidos, cada uno con sus propias prioridades para retocar o dar la vuelta, en algún caso, a un documento al que un 91,8% de los españoles dio el sí en 1978. Por eso, Gorostiaga mandó un mensaje, sin citarlos, a los populares cuando habló de que «los más reacios también reconocen que necesita una amplia actualización». «Este proceso nos afecta a todos y nadie puede excluirse del mismo», subrayó la presidenta del Parlamento.

La dirigente socialista alertó, eso sí, sobre el peligro de los «populismos», que proponen «soluciones maniqueas y prometen un futuro de color de rosa para todos, mensaje que es aceptado sin crítica por los ciudadanos descontentos». Un mensaje que enmarcó en los últimos acontecimientos políticos en el extranjero, como el sí al Brexit, el no a la reforma constitucional en Italia y el avance de los radicalismos de derechas en algunos países del entorno.

«El miedo, la vuelta a la autarquía y la desconfianza ante lo diferente avanza con fuerza ante la falta de respuesta efectiva de los poderes públicos», avisó, y por eso considera «necesaria» una reforma que exigen las nuevas generaciones. Si no lo hacemos, advirtió, los jóvenes acabarán relegando la Carta Magna a «un documento histórico del pasado que no es más que papel mojado».

El debate se centra en qué y cuánto hay que tocar la Constitución. Gorostiaga aportó ayer algunas claves de por dónde pueden ir esos cambios. «Se deben reflejar los derechos sociales que hemos conquistado en estos años y que deben consagrarse en la ley, como la atención a los dependientes o la universalidad de la atención sanitaria, para evitar tentaciones coyunturales de vaciarlos de contenido», aconsejó.

Protesta de ciudadanos

Precisamente, un grupo de ciudadanos asistió a los actos del Parlamento con camisetas que reivindicaban el cumplimiento del articulo 47, el que habla de que todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna. «Si no conseguimos entre todos dar una respuesta satisfactoria a las nuevas demandas ciudadanas, nos abocamos a otra época de tensiones de final incierto», destacó la que fuera líder de los socialistas cántabros durante ocho años.

Gorostiaga no rehusó hablar de los nacionalismos durante su intervención. Mientras en Cataluña retan la legitimidad de la Carta Magna Rubí fue la única localidad en la que se conmemoró ayer el aniversario y varias decenas de ayuntamientos abrieron a pesar de ser festivo, la presidenta del Parlamento cántabro abogó por «resolver las tensiones autonómicas» dentro del proceso de reforma constitucional. «Sería interesante que reflejara la actual estructura autonómica, con sus peculiaridades, dentro del Estado español, al igual que nuestra pertenencia a Europa», señaló.

En estos momentos de «incertidumbre nacional e internacional», en palabras de Gorostiaga, «todos debemos hacer un esfuerzo mayor en reivindicar la función esencial de la Constitución mientras afrontamos, con tranquilidad y consenso, su necesaria actualización».