La Feria del Producto finaliza con una previsión récord de 30.000 visitantes

La XIII Feria del Producto de Cantabria cerró ayer sus puertas con una previsión récord de visitantes para la organización: cerca de 30.000 personas han pasado por el Palacio de Congresos y Exposiciones de Santander entre el viernes y el domingo. A falta de concretar la cifra final de asistentes, los organizadores indican que se ha superado ampliamente la asistencia del pasado año (se contabilizaron 22.000 asistentes en 2015), y que se han cumplido las expectativas puestas en este.

Los cálculos y cifras iniciales invitan al optimismo. Ayer, a falta de un par de horas para echar el cierre, se habían distribuido más de 6.000 bolsas de regalos entre los compradores. Estas bolsas con dulces, menaje del hogar, música se obtenían cuando el cliente superaba los 30 euros de compra, así que, por lo pronto, el cálculo de los organizadores lleva a pensar en un volumen de negocio superior a los 180.000 euros. De hecho, las papeletas en las que se iban anotando las compras se terminaron (se repartieron más de 25.000).

«Ha sido un éxito total», resumen los organizadores, «los productores están satisfechos, consideran que este es un escaparate inmejorable para los productos de Cantabria».

Un hervidero

A media mañana de ayer, la Feria era un hervidero: pasillos llenos, tablas de degustación y platillos en constante renovación, frufrú de bolsas y abrigos. Algunos expositores enfilaban el último día de Feria con las existencias al límite o prácticamente finiquitadas: es el caso de la Cerveza Ibre; Huevos Ecológicos Anero; Conservas Abuela María o Anchoas El Capricho.

En El Andral estaban a punto de colgar el cartel de no hay sobaos a las seis y media de la tarde. Se estrenaban con un expositor en la Feria del Producto y lo vendieron todo. El resumen de José Ángel Sainz Santander, representante de esta granja-obrador de Selaya, era en positivo: «Estamos muy contentos, sorprendidos y contentos. Las ventas han ido muy bien, estamos casi sin nada ahora mismo». Los productos más reclamados en el estand fueron los sobaos, y a la zaga le han ido las quesadas. Además del éxito de ventas, Sainz ha podido establecer contactos con varias tiendas, con un distribuidor a nivel nacional y con otros compradores directos.

Sobaos El Andral volverá en 2017, la experiencia del estreno ha sido provechosa: «Voy a muchas ferias, y con esta estoy muy sorprendido. Todo ha ido muy bien, la gente se ha parado a preguntarnos y ha comprado. Así que tenemos intención de repetir el año que viene».

Ventas y reconocimiento

La misma idea tienen en Orulisa, que estos días ha desplegado su variedad de orujos Los Picos y Justina de Liébana en la Feria. Isabel García, gerente, hace balance: «Ha estado fenomenal. Ha habido muchísima gente y, además, un buen ambiente de compras». Más allá de las ventas directas, la orujera elogia la capacidad divulgadora del cónclave agroalimentario: «La feria te ayuda mucho a venderte como marca, a que la gente te reconozca». Incluso a que te reconzcan 30 años después: ayer visitó el estand de Orulisa un hombre que estuvo en la presentación del orujo Los Picos el primer orujo legal del Valle de Liébana, en Fitur 1987. «Y nos animó a seguir en la brecha.»

Jorge Zorrilla es director de Conservas Juanjo. Es el segundo año consecutivo que acude a la Feria «hay que estar en este tipo de ferias»y el balance es positivo, han realizado incluso algún contacto con distribuidores. A media tarde de ayer tenía la sensación de que las ventas serían similares a las del año pasado, quizá algo inferiores, aunque confiaba en las últimas horas del domingo para seguir sumando. Conservas Juanjo presentaba en la Feria una selección de sus conservas del Cantábrico. El producto estrella fueron, sin duda alguna, las anchoas, sobre todo en formato pandereta. El año que viene quieren repetir.