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Víctor Puente
Viernes, 16 de diciembre 2016, 07:18
Entre diez y veinte minutos en los primeros cursos de Primaria; entre treinta y sesenta minutos para los últimos cursos de dicho ciclo, y entre sesenta y noventa para los estudiantes de Secundaria. Estos son los tiempos que la Consejería de Educación considera que deben dedicar los alumnos cántabros a los deberes escolares que tienen que realizar en casa.
Establecer "un tiempo máximo" que dedicar a estas "tareas complementarias" es uno de los objetivos que persiguen las instrucciones que esta semana ha enviado la Consejería de Educación a todos los centros escolares de la región en forma de pautas de actuación.
Con estas pautas de actuación, que son las mismas que se enviaron a principio de curso a los centros pero con algunas correcciones, la Consejería vuelve a poner en la palestra un asunto, el de los deberes, que tiene dividida a la comunidad educativa. Pero no solo la de Cantabria.
Los deberes escolares que los estudiantes deben realizar en casa se han convertido en un nuevo motivo de discordia entre padres de familias, profesores y la administración educativa en este inicio de curso. Y Cantabria no es ajena a lo que sucede en el resto de España. Y es que los datos obligan al debate. Los niños y adolescentes de este país dedican dos horas y media semanales más a los deberes que la media de los países de la OCDE (seis horas y media frente a cuatro).
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En el caso cántabro, las cifras no están desglosadas pero el desacuerdo está muy claro.
Las asociaciones de padres de los colegios públicos se muestran a favor de la eliminación total de los deberes porque consideran que dificultan la conciliación familiar y reducen a la mínima expresión el tiempo libre de los niños.
Entre los profesores hay opiniones para todos los gustos, desde los partidarios de los mismos hasta los detractores.
Y la Consejería de Educación apuesta por el mantenimiento de las tareas porque «forman parte del proceso de aprendizaje», pero de una manera «racional, coherente a las edades y los proyectos de los centros y complementaria a lo que se realiza en clase».
De ahí el tipo de instrucciones que ha vuelto a enviar a los centros.
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Álvaro Machín | Santander
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