"Tenemos un sistema educativo sólido"

El actual consejero de Educación del Gobierno regional y su antecesor en el cargo reflexionaron, bajo la moderación de Jesús Serrera, subdirector del periódico, sobre los resultados del último Informe Pisa, correspondiente a 2015, que sitúan a Cantabria por encima de la media española, europea y de los países de la OCDE, frente a la mediocridad que había deparado el de 2012. «Son resultados para estar satisfechos porque la educación cántabra ha dado un paso adelante, pero esta evaluación es lo que es, no quiere decir mucho. En cualquier caso es mejor esto que lo contrario», valora Serna.

Ambos coincidieron en dar una «importancia relativa» al informe, válido sobre todo para reflexionar y tomar medidas en aquellos aspectos que se deben corregir. «Es un procedimiento fiable de evaluación educativa en cuanto a que mide unas determinadas competencias básicas Lectura, Matemáticas y Ciencias, pero incompleto, porque hay muchas más competencias, conocimientos y aspectos que no mide; hay que considerarlo un referente parcial», aseguró Ramón Ruiz (PSOE). «El informe PISA no es palabra de Dios, no lo podemos convertir en un ranking y un eslogan mediático, pero tampoco hay que desecharlo, porque nos da una información que hay que analizar, trabajar, para ver los factores que han influido en los resultados y decidir qué y de qué manera hay que mejorar», añadió el consejero de Educación.

Serna, que ostentó este cargo durante el Gobierno del PP entre 2011 y 2015, se mostró «completamente de acuerdo» con la valoración de Ruiz, para destacar que esta evaluación es «válida» en el sentido de que «nos permite plantearnos objetivos y decidir nuevos enfoques y directrices». Por ejemplo, al margen de las mejoras en comprensión lectora y competencias matemáticas y del pequeño retroceso en Ciencias que han experimentado los alumnos cántabros, el informe revela que la variabilidad entre los centros educativos se ha engrandecido, «lo que quiere decir que la equidad del sistema educativo quizás ha disminuido», apuntó Ramón Ruiz. «Tenemos centros que son extraordinarios y otros que no lo están haciendo bien, según PISA, y esto es lo que hay que corregir», añadió Miguel Ángel Serna, partidario de «potenciar» la atención a la diversidad en aquellos centros que, por razones socioeconómicas o culturales, necesitan un «apoyo especial» para ponerles «en un nivel equivalente al resto». Incluso planteó «reducir» las «demasiadas horas» que pasan los profesores en las aulas «para dedicárselas a los alumnos que tienen más dificultades».

El problema de los repetidores

Mejorar esta atención a la diversidad, «tanto por arriba como por abajo», es precisamente una de las tres medidas que prioriza el actual titular de Educación en Cantabria. Las otras dos son «reducir» la tasade repetidores (que en la región alcanza un 33% de los alumnos y en España se dispara hasta el 40%) y «modificar» la metodología y los planteamientos didácticos de algunas áreas: «Ser más globales, hacer pensar más a los alumnos y salir del férreo bloque de contenidos en el que estamos metidos», indica Ruiz. «Todos los estudios internacionales subrayan que repetir no es bueno para el alumno, por lo que todo el esfuerzo que haga la Administración para reducir el número de repetidores estará bien empleado», agradeció Serna reafirmando el clima de concordia que potenciaron ambos pese a sus diferencias políticas. Un clima también reinante entre el PP y el PSOE a nivel nacional, que están dando pasos importantes hacia un pacto educativo perdurable en el tiempo, algo inédito en la historia de la democracia española. «Estamos ante una oportunidad histórica», sentenció Serna.