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Ana Rosa García
Sábado, 31 de diciembre 2016, 18:54
Sin bajar la guardia, porque se avecina una "madrugada movida", y casi con la certeza de que las uvas se comerán "cuando se pueda", no cuando suenen las campanadas desde la Puerta del Sol. Así se presenta la Nochevieja en los servicios de Urgencias hospitalarias de Cantabria. El personal sanitario con experiencia en la cobertura de estos turnos festivos, incluidos los equipos de emergencia del 061, se prepara para dos jornadas "de mucho ajetreo". La del fin de año y su resaca. Con treinta años de trabajo a sus espaldas en Valdecilla, la médico Julia Andrés reconoce que "nos enfrentamos a días muy complicados, de una intensa actividad. Han cambiado las cosas con el paso del tiempo. Recuerdo aquellos primeros años bastante tranquilos, cuando las citas navideñas eran más familiares; de hecho en Nochebuena casi nadie salía de fiesta. Venía la gente que realmente estaba enferma. Ahora aumenta el nivel de ingresos, lo que bloquea aún más el servicio".
Cuando la juerga se conjuga con los excesos, acabar en Urgencias deja de ser un fin de fiesta excepcional. "Recibimos muchos casos de intoxicación etílica y de accidentes, contusiones e incluso agresiones y peleas derivadas del consumo de alcohol", apunta la doctora. Al efecto de los brindis y la sucesión de copas aderezadas con otras sustancias, se unen los sucesos relacionados con la explosión de petardos y tracas. "No es raro que acuda gente con quemaduras e incluso con alguna amputación de dedos", añade.
Sin parar
El ritmo de trabajo que soportan las Urgencias hace "casi imposible" poder compartir la improvisada cena de fin de año con los compañeros. "Antes intentábamos organizarnos por turnos para despedir el año juntos, cada uno traía algo de comida de casa para hacer un menú especial, pero ahora la actividad del servicio no te da lugar a parar. Hoy en día no tenemos ni televisión para ver la retransmisión de las uvas", explica Andrés. Su compañero Luis Prieto recuerda que los tres últimos años se encontraba atendiendo una urgencia grave justo cuando el reloj marcaba las doce. "Un infarto, un edema pulmonar y el año pasado fue el tiroteo ocurrido en La Albericia", rememora.
Esa noche la enfermera Alejandra García también estaba de guardia: "A los del primer turno para cenar nos dio tiempo a picar algo sobre las once de la noche, pero íbamos a dar el relevo cuando se encendió la luz roja de la unidad la señal de que entra un paciente crítico. Era un herido por arma de fuego. Salimos todas pitando". Al poco supieron que era el peor parado (disparos en brazo y pierna) de una disputa entre dos hombres con antecedentes penales. "Nos rompió la noche. No era ni medianoche cuando ocurrió la pelea. Nadie esperaba una Nochevieja tan horrorosa como aquella, suele ser peor el día siguiente", comenta. El caso es que con tanta ida y venida entre boxes y pacientes recién llegados, "¡las uvas las comimos a las dos de la mañana!".
La de este año será una de las pocas Navidades que Alejandra pase fuera de Valdecilla, debido a su avanzado estado de gestación. "Desde que acabé de estudiar, siempre me ha tocado guardia en estas fechas.Al final haces familia con las compañeras", subraya. Más allá de los discretos adornos que han colocado sobre los mostradores del control y algún que otro detalle navideño en las salas de trabajo con marco photocall incluido, el equipo afrontará el maratón de urgencias con poco margen para celebraciones. "Cuando trabajas en un servicio que abre las 24 horas del día los 365 días del año, esto es lo que hay. Funciona por pulsos, pasas de momentos con poca gente a recibir de repente en tres minutos a 30 pacientes", dice Luis Prieto. También Mónica Hernández, médico de Urgencias del Hospital de Laredo, augura "jornadas duras".A nivel personal, reconoce que "se pasa mal, son fechas que te gustaría compartir con tu familia, y enfrentarte a situaciones dramáticas en estas circunstancias te afecta más emocionalmente, porque estás más sensible".
Caixabank dará la bienvenida al primer bebé que nazca en Cantabria en 2017 con la apertura de una Megalibreta que contará con una aportación de 2.000 euros por parte de la entidad, que desarrolla esta iniciativa por segundo año consecutivo en la región para promocionar e incentivar el ahorro infantil y ayudar a las familias en la actual coyuntura económica. El banco abrirá la Megalibreta a nombre del bebé aunque, como es habitual en los productos financieros en los que el titular es un menor, los padres figurarán como representantes. El niño también se beneficiará de las ventajas propias de una libreta infantil, entre las que destacan la exención de comisiones hasta los 25 años. Otra ventaja, subraya la entidad, es que los niños titulares de esta libreta disfrutan periódicamente de promociones especiales de CaixaBank que, por ejemplo, regala una estrella luminiscente al abrir una Libreta infantil a nombre de menores de 3 años. Y, por otro lado, premia el incremento de saldo de los clientes entre 3 y 14 años con el obsequio de un Súper Estuche Top Secret.
A sabiendas de que el plan puede resultar fallido, se intenta despedir el año con el equipo, "pero es prácticamente imposible sentarnos a la mesa. Este año la Nochebuena ha sido muy movida, y aún nos queda lo peor". Las borracheras encabezan el ranking de causas que llevan a Urgencias, aunque "también llega mucho paciente de edad avanzada que ha aguantado los días previos son fechas en las que se agilizan altas para que se disfrute de las fiestas en casa y que al final no tienen más remedio que venir porque se ponen malos de verdad". Y eso que este año, apunta Julia Andrés, "han coincidido las fiestas en fin de semana y han sido menos los días sin médico de cabecera, una circunstancia que también nos repercute mucho".
Poco descanso
Pero si la Nochevieja se sobrelleva a golpe de urgencias, el Año Nuevo tampoco trae un respiro. "Quienes entran de guardia la mañana del día 1 reciben el goteo de ingresos de la noche, que repunta sobre todo desde la una de la madrugada. A partir de esa hora se concentra todo lo que no seha recibido primero, ya que hacia las siete de la tarde suele haber un bajón en la afluencia. La cifra de urgencias no difiere de las de otros días, pero se acumulan en poco tiempo y son complicadas, porque si además de traumatismos hay intoxicación etílica requiere unas horas de seguimiento para comprobar si hay problemas detrás", sostiene Luis Prieto.
Además, el primer día del año es el de "los dolores abdominales", subraya Julia Andrés. La razón: "transgresiones alimentarias" o, lo que es lo mismo, comer más de la cuenta. "Frente a las consultas de los días 24 y 31, centradas sobre todo en accidentes y alcoholemias, el 25 y el 1 se ve más patología médica", aclara el facultativo de Valdecilla. Los cuadros de infecciones respiratorias en esta época tampoco faltan. "Y ahora encima nos llega la epidemia de gripe antes de tiempo", apostilla la enfermera Marisa Rey, otro diagnóstico que disparará las urgencias. "En Navidad fue terrible la gente que vino, pero estamos acostumbradas".
Como veterana ya del hospital, se confiesa "dispuesta a aguantar el temporal", al igual que el resto del personal con quien comparte cartelera, que cumplirá con la tradición, eso sí, de hacerse la fotografía de familia para el álbum de recuerdos. Una costumbre que también se ha adaptado a los nuevos tiempos.Antes se revelaban y se colgaban de una pared y ahora la difusión es instantánea a través de redes sociales.
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