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Ana Rosa García
Martes, 13 de junio 2017, 07:13
«He tenido mucha suerte en la vida ¿sabe? He trabajado mucho, en algo que empezaba con nosotros mismos. Eso es algo maravilloso. Íbamos creando la cirugía según la íbamos practicando. Siempre con retos nuevos, siempre pensando, siempre buscando soluciones». Así hablaba el doctor ... Carlos Gómez-Durán en la última entrevista publicada por este periódico hace siete años, con motivo del acto celebrado en Valdecilla de la hazaña médica de la que él fue la cara más visible: el primer trasplante cardiaco.
Aquel 18 de diciembre de 1984 que quedará marcado para siempre en la historia del hospital cántabro ha perdido a su principal protagonista. Ayer, Gómez-Durán falleció en Bilbao a los 83 años, aunque la enfermedad de Alzheimer ya se había encargado de borrar de su memoria que fue «la persona que revolucionó la cirugía en Valdecilla», maestro de varias generaciones de médicos, «a los que contagió con su entusiasmo y su apuesta por la investigación», y «una de las figuras indiscutibles de la cirugía mundial», como recuerdan quienes compartieron quirófano e ilusión a su lado durante los 14 años que desarrolló su carrera en Santander.
Según Julio pascual, gerente
«Es el profesional que sin duda ha dejado mayor impronta en la cirugía de Valdecilla»
Hijo único, de padre general médico y madre belga, nació en Tetuán (Marruecos) en 1932. Su trayectoria profesional ocupa más de 140 folios de estudios, trabajos, publicaciones y honores. Estudió en Madrid, donde se doctoró en Medicina, y continuó su formación en París, especializándose en Cirugía General y Torácica. También se doctoró en Filosofía en la Universidad de Oxford, en 1966. Antes de llegar a Valdecilla, trabajó como profesor en la Universidad de Navarra.
«Siempre contaba lo bueno de aquellos años en los compatibilizó su estancia entre Oxford y París, una época clave en el desarrollo de la cirugía cardiaca, en la que él se movía con las principales figuras en ese terreno, estaba en la cresta de la ola», señala el cirujano Juan Francisco Nistal, quien a finales de los setenta, siendo alumno en prácticas, quedó impresionado por aquel médico que acababa de poner en marcha el servicio de Cirugía Cardiovascular de Valdecilla (1974) y el primer programa de trasplante cardiaco. «Tenía una personalidad tremendamente atractiva, arrastraba a la gente detrás de él por su entusiasmo. Nos marcó la carrera, yo elegí la especialidad gracias a él. Tengo un recuerdo imborrable, es de los maestros que generan una deuda que no se puede pagar de otra forma que compartiendo su conocimiento».
según josé manuel revuelta, catedrático
"Fue un privilegio trabajar al lado de uno de los padres de la cirugía cardiaca a nivel mundial"
Al frente del equipo de Cirugía Cardiovascular llevó a Valdecilla al más alto nivel, como destaca el gerente Julio Pascual: «Es el profesional que sin duda ha dejado mayor impronta en la cirugía de Valdecilla en sus casi 90 años de existencia. Llevó a cabo una auténtica revolución en la forma de trabajar en esta especialidad y en general de la cirugía de Valdecilla. Fruto de su extraordinario empuje, el hospital se colocó entre los centros pioneros y más prestigiosos del mundo en cirugía conservadora de las válvulas cardíacas y en trasplante cardíaco».
Hace siete años, al repasar el hito de aquel primer trasplante que alargó la vida de un marinero gallego, Gómez-Durán se acordaba del equipo que como una piña participó en la intervención, «del primero al último, todos fueron importantes». Pero había recuerdos que se le escapaban, como los detalles de la celebración posterior. Paradójicamente, la enfermedad iría difuminando el resto más tarde fue diagnosticado hace apenas dos años.
según francisco nistal, cirujano
«Fue de esos maestros que generan una deuda que no se puede pagar. Nos marcó la carrera»
Estudioso incansable, fue jefe de servicio hasta 1988. Solo cuatro años después de aquel trasplante histórico que ocupó las portadas de la prensa, Gómez-Durán cambió Valdecilla por el hospital estatal Rey Faisal, de Riad, capital de Arabia Saudí, decidido por sus «frustraciones profesionales», como reconoció él mismo entonces. Pascual resalta que, «aunque nos dejó antes de lo que hubiéramos deseado por aquella oferta millonaria, Valdecilla siempre le estará agradecido por el espíritu innovador que supo transmitir a esa generación de cirujanos jóvenes que aprendió con él y que siempre le recuerdan con admiración».
Retiro a Montana
En 1995 se retiró de la actividad quirúrgica en Montana (Estados Unidos), donde fundó el The International Heart Institute of Montana. Desde allí, recordaba sus años en Santander como «una etapa irrepetible, inolvidable». «Apasionante» porque «se trataba de hacer algo nuevo y eso lleva a la gente a un estado de excitación permanente que contagiaba a todos». Así lo recuerda también el cardiólogo José Manuel Revuelta, compañero durante diez años. «Fue un privilegio trabajar al lado de uno de los padres de la cirugía cardiaca a nivel internacional. Uno de los primeros que introdujo el recambio de válvulas aórticas. Él hizo que nuestro grupo en Valdecilla fuera respetado. Y fuimos uno de los pioneros en trasplante de corazón, pero lo que le caracterizó fue que era un gran comunicador, un cirujano brillante, que supo vender España en el mundo», señala.
De su faceta investigadora, «muy productiva y con una repercusión tremenda», añade Nistal, su principal campo de trabajo fue la cirugía reparadora de válvulas, sobre todo de la válvula mitral. «Las válvulas que hoy se colocan por todo el mundo son una aportación de Gómez-Durán», destaca Revuelta.
«Es una pena que le haya llevado una enfermedad que te mata en vida como es la enfermedad de Alzheimer, lo que ha impedido haberle hecho el homenaje que se merecía», afirma el gerente de Valdecilla, «decidido a que su figura quede ligada para siempre a nuestro hospital. Si fuera un futbolista o un torero estoy convencido de que tendría una estatua». Es por eso que la Dirección ha visto con buenos ojos la petición formal que le han transmitido personas representativas del hospital solicitando que el salón de actos de las Tres Torres lleve su nombre. Nistal, uno de los impulsores de la iniciativa, no tiene duda: «Si hubiera que elegir a un referente español de proyección internacional en el campo de la cirugía el número uno es Carlos Gómez-Durán».
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