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Hace tres meses que las familias vulnerables que accedieron a las tarjetas monedero –sistema de ayuda para comprar productos básicos en supermercados– no pueden utilizarlas. ... Con la entrada de 2025, la competencia para gestionar este programa pasó del Ejecutivo central al Gobierno de Cantabria. Un traspaso que ha dejado a 2.495 personas sin poder utilizar sus tarjetas, pero también sin poder acceder a la recogida de alimentos tradicional en alguna de las entidades que operan en Cantabria, ya que eran ayudas incompatibles. En esa situación se encuentra, por ejemplo, una mujer soltera con cuatro hijos a su cargo y residente en Cazoña que explica, en declaraciones a este periódico, que el inicio de año está «siendo duro sin los 220 euros que recibíamos, que nos venían muy bien». Ahora, «tenemos que recurrir a otras formas de ayuda para poder subsistir», pero «hay que ser positivos». En el momento en que se resuelva el proceso que ahora está paralizado, el cobro tendrá carácter retroactivo. Pero, mientras tanto, admite que el día a día es complicado.
Cabe recordar que en julio de 2024 se agotó en Cantabria el importe previsto para las tarjetas monedero, que ascendía a 912.866 euros. Una gestión que realizaba el Gobierno de España, a través de una subvención nominal a Cruz Roja, para implementar este nuevo subsidio en todas las comunidades autónomas. La puesta en marcha del programa no estuvo exento de polémica, al dejar fuera al grueso de las personas en situación de vulnerabilidad.
Desde enero de 2025 el sistema de recarga de tarjetas para comprar alimentos frescos, productos infantiles o de higiene pasó a ser competencia de Cantabria. Pero ese proceso tenía una dificultad añadida: la obligación de licitarlo para determinar vía concurso público qué entidad se encarga de gestionar esas ayudas. La orden salió a la luz el 7 de enero y han sido varias las aspirantes presentadas. Sin embargo, «hasta principios de abril no vamos a poder resolverla, a pesar de que se hará con carácter retroactivo desde el 1 de enero», asegura el director general de Dependencia, Atención Sociosanitario y Soledad No Deseada, Eduardo Rubalcaba.
Hasta entonces, «las tarjetas no funcionan» y sus beneficiarios tampoco pueden utilizar los métodos tradicionales de recogida de alimentos del sistema público al estar en el otro programa, quedando a expensas de la solidaridad ciudadana. Como explica Óscar Boo, responsable de Almacén Solidario de Alimentos de Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (Fecav), «estamos ayudando a las familias que podemos, pero no hay una solución a corto plazo».
En su contexto
2.495 personas fueron beneficiarias en 2024 del sistema de tarjetas monedero.
El presupuesto destinado a este nuevo modelo el año pasado suponía que «el 85% de las familias vulnerables quedan fuera del sistema».
Es la cuantía que recibe una familia de Cazoña formada por una mujer y cuatro hijos a su cargo.
El Gobierno de Cantabria compensó y complementó las ayudas a personas vulnerables con una subvención de 110.00 euros al Banco de Alimentos.
Un total de 670 núcleos familiares, con alrededor de 2.495 personas, se encuentran «con la tarjeta en un cajón, sin poder utilizarla», añade. Unos 18.000 residentes en Cantabria están en situación de vulnerabilidad, según datos de entidades como Cáritas, Cruz Roja y el Banco de Alimentos. «Con las cifras del año pasado, el 85% de las familias en situación de pobreza quedaron fuera del nuevo sistema monedero», detalla Rubalcaba.
La orden para este año recoge una cantidad de 1.071.441 euros, cien mil euros más que el presupuesto de 2024. Pero una cuantía aún «insuficiente» a ojos del director general del área. «El año pasado, en tan solo un mes, se agotó el importe destinado a las tarjetas» y en esta ocasión –vaticina– «va a volver a ocurrir lo mismo». El director general valora como excluyente el programa que, «no tiene en cuenta casos como personas mayores en soledad o parejas sin hijos a su cargo».
La iniciativa, para el área del Gobierno regional, tiene «pocos recursos y muchos requisitos». Una de las cuestiones que generó conflicto de este nuevo método fue que «la iniciativa excluía a las personas sin menores a su cargo». Para compensar ese vacío, desde el Ejecutivo «sacamos una subvención de 110.000 euros para complementarlo a través del Banco de Alimentos». En esta ocasión, asegura, «lo tendremos que volver a hacer». De hecho, las personas que no se encontraban dentro del programa, continuaron accediendo a recogidas tradicionales en las entidades de la Comunidad. Otro de los requisitos «excluyentes» es no superar el 40% del último dato de la mediana de ingresos nacional. El de 2023 –que es el último disponible y se utilizará para la nueva licitación– es de 18.316 euros al año, por lo que los núcleos familiares beneficiarios no podrán superar los 7.326 euros al año.
La iniciativa de las tarjetas monedero se enmarca en el Fondo Social Europeo Plus (FSE+) y tiene como objetivo evitar la cola del hambre. Pero cuenta con un inconveniente añadido, dada la orografía de Cantabria. En 2024, las superficies adheridas al programa eran Carrefour, Eroski y Alcampo. Algo que, según Boo, «suponía un gasto extra en transporte para las personas que vivieran alejadas de los núcleos principales». Por ejemplo, alguien que vive en Potes, tendría que desplazarse hasta Torrelavega para poder hacer uso de esas tarjetas.
El sistema de tarjetas monedero ha sido cuestionado, tanto por parte de la Administración como de entidades de reparto, desde su implantación en junio de 2024. Llegó a cargo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 con el objetivo de eliminar o minimizar el impacto de la cola del hambre. Sin embargo, en Cantabria, la ha alargado. Con casi 2.500 personas que en 2025 no pueden usar sus tarjetas, pero, además, con el 85% de las personas vulnerables de la Comunidad, que no cumplen los requisitos del programa. Antonio Soler, miembro de la Junta Directiva del Banco de Alimentos, explica que «el programa es bueno porque simplifica la ayuda», pero cuenta con inconvenientes. Por ejemplo, quienes no cumplían los requisitos para las tarjetas «siguen apuntados en una de las 150 entidades de reparto de Cantabria». Es «mucha gente» los usuarios que mensualmente recurren al Banco de Alimentos. Y es que, «como sistema complementario es útil, pero falta inversión para abordar el número de personas vulnerables de Cantabria», sostiene.
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