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Sitúense en la piel de un alumno que quiere sacarse el carné de conducir en Cantabria. Se ha matriculado, ha aprobado el examen teórico y ... tiene por delante un largo tiempo de espera hasta examinarse de la parte práctica. «Pueden pasar de 2 a 6 meses desde que apruebe la teoría -y las maniobras en caso de los permisos de moto, camión y autobús- hasta que realice el ejercicio de circulación», estima el presidente de la Asociación Cántabra de Escuelas de Conductores (ACEC), Alberto Santamaría. ¿A qué es debido? A la falta de examinadores en la región, un problema que impide agilizar el proceso de obtención del carné. «Hay 10 en total pero uno de ellos se jubila este año», apunta Santamaría. Además, apoyado en el ratio nacional, que indica que corresponde un examinador por cada 50.000 habitantes, reclama que en Cantabria hacen falta casi 12 profesionales.
En 2024 en la región, según los datos de la Delegación del Gobierno, las pruebas teóricas aumentaron un 8,8%, mientras que las de circulación alcanzaron los 14.626 exámenes, la cifra más alta de los últimos nueve años. Pese a ello, el presidente de la ACEC considera que «no son suficientes, porque llevamos muchos años sin bajar el número de alumnos en bolsa». 4.300 alumnos, con el apartado teórico aprobado, están a la espera de empezar a realizar su formación al volante. «No comenzamos a formarles porque no tienen opción de realizar el examen», explica.
«Entre las jubilaciones, vacaciones y quienes están de baja, hay jornadas en las que únicamente disponemos de 5 examinadores». Es el sistema CATA de la DGT quien decide, en base de la bolsa de estudiantes y de la capacidad de cada examen, cuántos alumnos realizan la prueba. Santamaría pone un ejemplo. En la autoescuela que lleva su nombre, con varias sedes repartidas por la región, en la última prueba presentaron un total de 35 alumnos mientras que en la próxima únicamente serán 24, once menos.
«No nos quejamos a la Jefatura de Tráfico de Santander sino a la DGT», precisa Santamaría, que insiste en su demanda de más examinadores: «Se jubilan año a año y no hay capacidad de reposición». De hecho, elogia la labor de la Jefatura y destaca que «el personal administrativo se encarga de realizar los exámenes teóricos». Se trata de un problema que trasciende a la población en Cantabria. Por ejemplo, en Madrid hay más de 47.000 alumno a la espera.
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