5.000 protectores faciales impresos en tres dimensiones

Todo comenzó hace una semana cuando la vecina sanitaria de un profesor de Tecnología, que disponía de una impresora 3D en su domicilio, le pidió si le podía hacer una especie de protector facial con la máquina. El profesor accedió sin dudarlo, y fue todo un éxito. La trabajadora sanitaria pidió más máscaras y «se hizo viral». Así lo relata Javier López, jefe de la Unidad Técnica de Formación Profesional y Educación Permanente de Cantabria.

A partir de ahí, la asociación de profesores dio a conocer esta situación a la Consejería de Educación y arrancó la iniciativa. «Se decidió que todas aquellas impresoras que hubiese en los centros de Cantabria, tanto por los departamentos de Tecnología como FP, se pusiesen a trabajar en este proyecto. De manera voluntaria se ofreció a los profesores que quisieran el poder compartir el archivo de la máscara para fabricarlas todos en colaboración».

¿El resultado? 80 profesores imprimiendo sin parar desde el pasado sábado. «Hemos tenido una respuesta brutal. No quedan impresoras libres», cuenta López. Con el listado actual de impresoras, profesores y material, van a conseguir una producción de 5.000 máscaras en diez días. «Cada impresora, imprime unas seis al día». Además, si hubiese necesidad, la producción podría aumentar hasta los 10.000 protectores faciales en veinte días.

Una vez que la impresora termina las piezas y que el profesor acumula un volumen de 15 máscaras, se avisa a la Consejería para que una persona pase a recogerlas por zonas y lleve el material a Talleres Regionales.«Allí se montan y, posteriormente, el 112 las distribuye». Y es que la necesidad es «absoluta». «Guardia Civil, Policía Municipales, sanitarios... Hay muchos agentes sociales que necesitan estás protecciones», explica López.

La Universidad de Cantabria, a través de un grupo de la Facultad de Caminos, también se ha puesto a fabricar estas máscaras a través de la impresión 3D. El Vicerrectorado de Investigación informó a Adrián Yoris, miembro del equipo de impresión, sobre este proyecto. «La Universidad me envío el modelo de viseras, que se compone de una estructura que soporta una protección transparente de acetato y de una goma para colocarlo en la cabeza. Nosotros llevamos desde el lunes imprimiendo el soporte», indica Yoris. La UC les facilita el material y ellos lo ajustan al prototipo que demanda el proyecto.

«Tardo dos horas y media en imprimir una estructura, así que suelo sacar unas cuatro o cinco al día», añadió. A esta iniciativa, hay que sumar el conocimiento en investigación biomédica que la UC está proporcionando a Sanidad. Javier León, vicerrector de Investigación y Transferencia del Conocimiento, asegura que ya se han entregado 3.000 tubos para recogidas de muestras para el coronavirus.