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Un total de 7.513 hogares en riesgo de exclusión social reciben en Cantabria alguna de las dos ayudas económicas públicas que existen para combatir la pobreza: la Renta Social Básica (RSB), de carácter autonómico; y el Ingreso Mínimo Vital (IMV), de gestión ... estatal, que entró en vigor en junio de 2020 para ir sustituyendo a la anterior de forma paulatina.
El efecto se nota ya en la estadística, pues la RSB alcanzó su pico de beneficiarios en junio de 2020, en pleno embate de la pandemia; pero a partir de entonces la caída ha sido vertiginosa. Si en aquel pico hubo cerca de 6.000 cántabros que recibían la subvención, a fecha de hoy son menos de la mitad. Con lógica, porque muchos de ellos han pasado a ingresar el IMV.
La curva del descenso fue menos acentuada al principio, porque los requerimientos del IMV son importantes y hubo que esperar a que la información acerca de los mismos y de los trámites para conseguirlo se conocieran bien; pero luego se ha ido acentuando conforme pasaban los meses.
OBJETIVO
4.643unidades familiares cántabras cobran en marzo el Ingreso Mínimo Vital.
CAMBIO
2.870hogares reciben a día de hoy la Renta Social Básica en Cantabria.
CUANTÍAS
La evolución natural llevará a que todos los beneficiarios de la ayuda autonómica terminen por recibir la nacional; pero no es una solución completa a los problemas de pobreza que acucian a muchas familias. «El IMV busca que nadie esté por debajo del umbral de pobreza extrema, pero nosotros queremos que nadie esté por debajo del umbral de pobreza, lo que supone tener ingresos inferiores al 60% de la renta mediana de la población», informa Julio Soto, director General de Políticas Sociales.
Por eso son ahora 437 los cántabros que, aún cobrando la cuantía correspondiente del Ingreso Mínimo Vital, ven completados sus ingresos gracias a la ayuda paralela que el Gobierno cántabro les otorga a través de la Renta Social Básica. «Para entendernos, hay 437 cántabros que cobran la ayuda del Estado pero que se les queda corta y entonces nosotros se la completamos para que tengan un ingreso que les permita vivir dignamente», asegura Soto.
Actualmente hay en la región 2.870 hogares que cobran la subvención autonómica y son 4.643 los que se benefician de la estatal. Las cuantías medias están en los 500 euros para la RSB y en los 550 en el IMV. Lo que ocurre es que la inflación desbocada que impera en estas últimas semanas, con los precios de la energía disparados y el combustible por las nubes, ha obligado a establecer programas especiales para ampliar sus cuantías un 15% en los próximos tres meses. «Al menos hasta saber en qué queda esta situación de precios; pero tenemos que asegurarnos de que todos los que reciben este dinero no pierden poder adquisitivo», remarca Soto.
Por eso aumentará también de forma paralela el complemento de esos 437 receptores que ven completada la cuantía del IMV con la RSB. «Lo que buscamos es alejar a las personas del umbral de la pobreza, por eso acordamos este complemento, que de media supone unos 250 euros», explican desde Políticas Sociales.
Si sobrevive finalmente la subvención autonómica, lo hará de esta forma, «como complemento de las ayudas que vienen de Madrid. La filosofía es que algún día todo el que lo necesite reciba el Ingreso Mínimo y luego pueda ver incrementado ese apoyo con lo que pueda llegar de la región, para que todo el mundo pueda vivir dignamente».
Todas las ayudas autonómicas que pasarán a estar resueltas con la subvención estatal supondrán un gran ahorro para las arcas de Políticas Sociales. «Unos fondos que no se pierden en este sentido, sino que se reinvierten de manera menos directa, en torno al banco de alimentos, la cocina económica, la Cruz Roja, etc», cuenta Soto. «Todo ese dinero que no va a ir destinado a las ayudas se reinvertirá en todo tipo de políticas que se dedican a luchar contra la vulnerabilidad», añade.
La cuantía de la RSB ha ido creciendo exponencialmente en los últimos tres años. En enero de 2019 la subvención media estaba en los 465 euros y ahora, en marzo de 2022, alcanza los 496. El punto máximo fue en mayo de 2020, en plena pandemia, cuando la irrupción del covid dio al traste con buena parte del tejido productivo. Entonces la demanda de ayuda se disparó y la Renta Social Básica alcanzó de media los 520 euros. De forma paralela también lo hizo la presencia en la Cocina Económica y la demanda de ayuda al Banco de Alimentos.
El IMV se mueve en cifras parecidas y oscila mucho, también, dependiendo de las necesidades que presente cada unidad familiar. Actualmente hay en Cantabria 6.559 adultos que lo reciben y 4.523 menores.
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