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La campaña de refuerzo frente a la meningitis en la población adolescente de Cantabria (para proteger frente a los nuevos serotipos emergentes) se paró una vez, cuando estalló la pandemia covid, y no se ha completado aún por el mismo motivo -el plan era concluir ... la cobertura antes de finalizar 2021-. De los casi 30.000 adolescentes de 14 a 19 años llamados a ponerse esta vacuna extra (en concreto, 29.560) la han recibido 21.804, el 64%. Hay por tanto más de 7.750 jóvenes que aún están pendientes de este pinchazo indicado por el Ministerio de Sanidad (una única dosis) desde 2019.
Al año siguiente de aquella recomendación, se actualizó el calendario vacunal de los niños para incluir en la revisión de los 12 años la administración de esta vacuna tetravalente (protege frente a los serotipos M, C, Y y A) en sustitución de la que se ponía hasta ese momento, que era la antimeningocócica C. Hasta la fecha se han puesto 14.716 dosis a niños de 12 años, incluyéndose en ese recuento menores de esa edad considerados grupos de riesgo. Antes de eso, la única posibilidad de garantizar esa protección añadida era que las familias compraran por su cuenta en la farmacia la vacuna (Menveo o Nimerix), a un precio de 54,64 euros.
El mandato del Ministerio incluía también una campaña de refuerzo para todos los adolescentes mayores de 12 años, que a esa edad recibieron la vacuna únicamente frente a la meningitis C, de tal forma que toda la población hasta los 19 años estuviera inmunizada frente a las nuevas variantes de la bacteria. Esa repesca en Cantabria empezó el pasado mes de junio, por detrás de la mayoría de las comunidades autónomas, que habían avanzado antes de que estallara la pandemia.
«El periodo de verano, como también se apreció con la vacunación covid en general, supuso una dificultad para el progreso de la campaña de vacunación antimeningocócica tetravalente, coincidiendo además en este mismo con la apertura de la vacunación covid a estos mismos grupos de edad implicados», explican desde Salud Pública. Dada la «necesidad de priorizar la protección frente al covid», en aquel momento, en plena quinta ola, con los jóvenes como principales protagonistas, «se produce una cierta interferencia parcial». Porque también hay que tener en cuenta que entre la administración de ambas vacunas deben transcurrir, por regla general, dos semanas (una como mínimo). «La razón de separarlas tiene como motivo principal el de no interferir con la interpretación del origen de posibles efectos secundarios de una sobre otra, si bien no es de esperar en estas edades y con las vacunas utilizadas representen unos cuadros relevantes», indican desde Sanidad. «No obstante, se debe mantener siempre una actitud de cautela», siendo de preferencia la vacuna frente al covid la primera en ser administrada.
Así las cosas, «la campaña se ha ido desarrollando dentro de unos cauces calificables de normalidad, si bien, los brotes y la elevadísima incidencia de covid en población joven durante el periodo final del año 2021 y la extrema sobrecarga asistencial generada por el exponencial crecimiento de casos, ha hecho que el avance de esta vacunación se haya visto afectada de manera importante».
Una vez superada la situación generada por la sexta ola, «se está reiniciando a buen ritmo la vacunación de repesca de vacuna tetrameningocócica con el fin de concluir en los primeros meses del presente año».
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