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Los diputados del Parlamento de Cantabria rindieron hoy, durante el pleno ordinario de los lunes, dos despedidas: una a Miguel Rodríguez y otra al consejero de Sanidad. Hasta que a lo largo de esta semana el presidente Miguel Ángel Revilla firme el decreto de cese, ... ambos son la misma persona, pero los portavoces de los grupos de la oposición, que durante los casi tres años que han transcurrido de legislatura han tenido al socialista como una de las dianas principales de sus críticas, quisieron diferenciarlo. PP, Ciudadanos y Vox celebraron con distinto entusiasmo la salida del responsable de gestionar en la comunidad autónoma la peor crisis sanitaria en un siglo, pero, previamente, los portavoces de todos los grupos cumplieron con la cortesía parlamentaria y se acercaron hasta la bancada del Gobierno para intercambiar con él unas palabras de afecto.
Entre las muestras de cariño, ganaron los abrazos. Todos con mascarilla. Entre los primeros en intercambiar unas palabras con el inminente exconsejero estuvieron Íñigo Fernández (PP) y Félix Álvarez (Cs), dos de los portavoces que más críticas han lanzado contra su gestión y que aprovecharon la última visita de Rodríguez al Parlamento como consejero para recordárselo. Saludó al alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, a la de Comillas, Teresa Noceda, al de Reinosa, José Miguel Barrio, a la diputada naranja Marta García, al popular Vidal de la Peña... A punto estuvo de escapársele alguna lágrima al socialista, que estaba tan emocionado que ni se inmutó cuando se pasó de los abrazos a los reproches cuando el pleno trató la situación de la protonterapia.
Una dimisión que, para el PP y vistos los antecedentes, llega «tarde». Su portavoz en temas sanitarios, César Pascual, le deseó lo mejor en su nueva andadura y afirmó que en estos casi tres años ha intentado «diferenciar en todo momento lo que es la persona de lo que es el personaje». También Álvarez le deseó «toda la suerte del mundo» aunque lamentó que su dimisión «certifica lo que venimos meses denunciando, que Sanidad era un auténtico desastre» y que su salida ha sido la última de una larga lista, pero «era cuestión de tiempo».
Rodríguez estuvo más relajado durante el tiempo que estuvo de pie recibiendo abrazos de diputados de otras formaciones que cuando Joaquín Gómez dio inicio a la sesión y tocó sentarse con los propios. En el asiento de su derecho se encontraba la consejera de Economía, María Sánchez. Durante el momento de los reconocimientos a su compañero, Sánchez permaneció ajena al revuelo de la despedida y también al que generaron las palabras de Rodríguez explicando su dimisión, donde dejó claro que entre los motivos de su salida está la falta de sintonía con algunas decisiones de Economía.
«Yo no veo la Sanidad como un centro de gasto, la veo como una inversión en los ciudadanos y creo que la consejera lo ve de otra forma», dijo Rodríguez en una entrevista en la Ser en la que, pese a las evidentes discrepancias políticas, negó que existan problemas personales entre ellos. Lo trataron de visibilizar con un abrazo –dentro no, pero sí fuera, ya en un clima más relajado– en uno de los recesos que hicieron durante el pleno en el que abandonaron juntos el hemiciclo.
Un gesto al que privaron a diputados como Cristóbal Palacio (Vox), que metió el dedo en la yaga socialista por los conflictos entre Sanidad y Economía, que tuvieron su cenit con las declaraciones de Sánchez sobre los posibles problemas de viabilidad de la terapia de protones por los fallos en la redacción del pliego. Según Vox, ese choque ha dado lugar a una «incapacidad de gestión» que ha impedido avanzar en proyectos como el de la protonterapia. «No se entienden. No son capaces de barrer la casa y no son capaces de avanzar en un proceso de tramitación simple y básico», lamentó.
Más equilibrada que la oposición se mostró la regionalista Ana Obregón, que defendió que Rodríguez «habrá tenido sus aciertos y errores, pero le ha tocado lidiar en una época muy difícil». El mejor resumen de lo que ocurrió en la Cámara. Y como tocaba, la más afectuosa fue la socialista Noelia Cobo, que agradeció «de corazón» el trabajo de su «compañero y amigo»: «Gracias Miguel por el trabajo, sacrificio y por estar siempre y pensar siempre en la salud de los ciudadanos por encima de cualquier cosa».
El vicepresidente Zuloaga confirmó también este lunes que el relevo en la Consejería de Sanidad se producirá esta misma semana, una vez que el presidente Revilla, que se encuentra fuera de Cantabria para participar hoy en un acto en Madrid sobre La Pasiega, firme el decreto y se produzca el cese de Rodríguez –previsiblemente mañana– y el nombramiento de su sucesor, Raúl Pesquera. A partir de ahí también habrá que nombrar a la persona que relevará al frente del Servicio Cántabro de Salud (SCS) a Celia Gómez, que también renunció al cargo la semana pasada.
Sobre las «discrepancias» con la consejera de Economía a las que se ha referido Rodríguez, Zuloaga reconoció que la relación del consejero con otras consejerías en las diferentes etapas de la pandemia «viene marcada por la tensión» a la que se ha visto sometido el Ejecutivo cántabro, como los del resto de España, en la gestión de esta crisis.
Así, reconoció «elementos de fricción» en las consejerías a la hora de gestionar los fondos europeos que llegan a Cantabria, lo que obliga a los equipos y cuadros técnicos del Gobierno «a dar lo mejor» de sí mismos para que dichos fondos se materialicen en proyectos y creación de empleo.
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