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Ya estaban todos. Habían ido llegando uno detrás de otro y tocaba ponerse en las escalinatas que dan al Puntal para la imagen de familia. Fue entonces cuando alguien de protocolo tuvo que acercarse a la carrera. «Todos sin abrigo, que esta foto es para ... la posteridad». Y eso hicieron. Porque de lo que más se habló en las primeras horas de la cita de La Magdalena fue del frío. La reunión es un catálogo de normas de protocolo y de medidas de seguridad. Eso, y una lista inmensa de medios de comunicación acreditados.
Para hacerse una idea, a las siete menos cuarto de la mañana ya había una cola frente a la puerta del Palacio de Exposiciones, aún con las luces apagadas. Justo cuando se hizo la luz en el interior, dos autobuses aparcaron junto a las taquillas de los Campos de Sport. A partir de ahí, montaje de mesas a la carrera, revisión de documentos de identidad, entrega de acreditaciones… «Tú, ¿en qué hotel estás?», conversaciones entre los periodistas (muchos) llegados de fuera. Sobre todo, Madrid y Barcelona. En total, más de doscientos acreditados. «Vinimos vía Bilbao, llegamos ayer, porque directo a Santander ya no había plazas en el vuelo», comentaban unos. «De Barcelona a Santander solo hay un vuelo diario». Charlas de viajeros por trabajo. Y todos, ya con la acreditación colgada del cuello (con un mensaje de 'Tots a una' junto a la bandera de Valencia), al bus. Y al llegar al Palacio, un perro se encargó de revisar todos los equipos de los medios dentro mismo del vehículo.
Carreras, directos, coger sitio en la zona de prensa y ante la escalera en la que se va a hacer la foto… Y la península, un ir y venir de furgones de la Policía Nacional, unidades móviles y operarios de distintos servicios. Así transcurrieron los minutos previos. El Palacio luce hoy su mejor aspecto, con la torre iluminada de verde desde dentro (eso se veía de noche) y la escalinata del frente que mira a Somo engalanada con las banderas de las comunidades. La de Valencia, junto a la de España, presidiendo.
La primera en llegar fue Eugenia Gómez de Diego, la delegada del Gobierno. A las 08.18. A partir de ahí, en cascada. Para los saludos, etiquetas en el suelo destinadas al punto de ubicación de los anfitriones. Que si tú te tienes que poner aquí, que si en este punto se van a parar, que si por aquí pasan… Hace frío. Buruaga llegó sin abrigo, pero no tardó en ponerse uno. El primer saludo 'largo', con Juan Jesús Vivas, de Ceuta. Coche oficial, parada y paseíllo ante los anfitriones. «Ese es Rioja». Charla rápida y el siguiente. «Ahí viene otro». Pradales, «el vasco». Y así, uno detrás de otro. Con más 'familiaridad' en los saludos con los vecinos. País Vasco, Asturias y Castilla y León. Aunque en esto lo de ser compañero de partido influye. El runrún y el mayor ruido de flashes, con Mazón y Díaz Ayuso. Los ministros, unos se pararon a saludar y otros continuaron. El presidente canario, por ejemplo, llegó con mochila al hombro. También el catalán. Otro de los que provocó alboroto entre los medios. Curiosidades. «Solo falta Melilla, ¿no? Venga, cuenta». Y no es que faltara. Es que en lugar de venir el presidente vino el vicepresidente y pasó más desapercibido.
A las 09.27 asomó una comitiva grande. «Tiene pinta de ser Sánchez». Justo. Y justo en ese momento, tras la llegada del presidente, salieron del edificio los representantes de todas las comunidades que esperaban dentro. La fila del saludo oficial se hizo más larga para esperar al Rey. Sánchez, los presidentes del Congreso y del Senado y los que estaban desde el principio como anfitriones. Protocolo. Sánchez hablaba y sonreía con Armengol (Congreso) y Buruaga con Rollán (Senado). Cada uno, con los de su partido. Juntos, pero no revueltos.
Así, hasta que Sánchez se acercó hasta el coche que traía al Rey. Todo fue rápido. Dos filas de bienvenidas. Una con los anfitriones y otra con el resto. En ese paseíllo, un saludo educado, pero sin alardes, entre Mazón y Pedro Sánchez. El presidente valenciano pareció darle las gracias al Rey por su última visita a Valencia. Mientras, García Page le daba una palmadita en la espalda a 'su jefe' en el PSOE. Después, la foto. Con los abrigos fuera y un paseo posterior de unos cincuenta metros para entrar al Palacio. El Rey, con Sánchez. Dialogando. Igual que Mazón con Garcia Page, Ayuso con Juanma Moreno (pesos pesados del PP) y Buruaga con Alfonso Rueda. Toda una jornada por delante.
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