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Gloria está «abrumada». El teléfono no deja de sonar y su agenda se ha convertido en un croquis en el que cuadrar peticiones de periódicos, televisiones y radios para contar su historia. A sus 58 años, esta torrelaveguense se ha convertido en la primera abuela ... a la que la Justicia le ha reconocido el derecho a cambiar su horario laboral para cuidar a su nieta. El Real Decreto-Ley 5/2023 por el que se incluyen otros cuidadores de hasta segundo grado de consanguinidad, además de madres y padres, en el artículo 34.8 del Estatuto de los Trabajadores fue aprobado en 2023, pero lo novedoso es su aplicación por primera vez en un caso. Al preguntarle si la sentencia, dictada en el Juzgado de lo Social Nº2 de Santander, llega tarde, a Gloria María Lobeto Ruiz se le escapa una carcajada: «En concreto, siglos tarde, nos la merecemos como mujeres, como cuidadoras y como sociedad. Los gobiernos tienen que tomar medidas porque hay un gran problema con los horarios. En la mayoría de casos es imposible conciliar la vida familiar y laboral».
Esta comercial de la empresa Telyco (filial de tiendas de Telefónica España) en el centro comercial de El Alisal solicitó hasta tres veces un cambio, desde mayo de 2023 hasta mayo de 2024, para compatibilizar sus horarios con los estudios de su hija y el cuidado de su nieta Laila, de 19 meses y perteneciente a una familia monomarental. «Intenté negociarlo como dice la ley, llegar a un consenso con la empresa, pero fue imposible, así que en mayo de este año puse la denuncia», admite al tiempo que reconoce que en los últimos meses (el juicio se celebró en noviembre, seis meses más tarde) han hecho «auténticos malabares» en la familia para cuidar a la pequeña: «Hemos vivido a la carrera, mi hija se llevaba a la niña al módulo de prácticas del grado medio que tenía por las tardes porque no quedaba otra opción y mi otra hija, de 19 años, también nos echaba una mano, pero era muy complejo».
Se amplían las personas que pueden adaptar su jornada por cuidados a aquellos con hijos o hijas mayores de 12 años, el cónyuge o pareja de hecho, y familiares por consanguinidad hasta el segundo grado, así como de otras personas dependientes que convivan en el mismo domicilio, y que por razones de edad, accidente o enfermedad no puedan valerse por sí mismos.
Fundamento de la petición Deben justificarse las circunstancias en las que fundamenta la petición.
Plazo de negociación El decreto establece 15 días para negociar la adaptación de jornada por cuidados.
Justificación La empresa debe justificar las razones tanto de la propuesta alternativa de conciliación como de su negativa.
Ese «malestar», «incomprensión» y «agobio» que sirvió a Gloria como revulsivo para denunciar la situación se ha transformado en «tranquilidad», «alivio» y una «felicidad» desbordante que se percibe en su tono de voz al hablar del tema. «La verdad es que sí soy reivindicativa, apoyo que defendamos a lo que tenemos derecho, aunque a veces cueste, pero es que lo dice la ley y hay que ponerlo sobre la mesa», comenta orgullosa a la vez que confía en que esta sentencia sirva de precedente para otras tantas mujeres y hombres cuidadores. «Es más, es algo que también conviene a las empresas, que los trabajadores puedan compatibilizar su vida y estar tranquilos, es bueno para todos», sostiene.
«Tribu» es la palabra con la que define su modelo de familia para defender que «necesitamos cuidarnos entre todos», mientras reconoce el trabajo del movimiento feminista y los avances sociales para llegar hasta aquí: «No cabe duda de que cada vez tenemos más voz y, cuanto más unidas estemos, más cosas conseguiremos», reconoce.
Una demanda que se hará realidad en un puñado de días, ya que tras la sentencia del pasado 18 de noviembre, contra la que no cabe recurso, la empresa tiene un plazo máximo de veinte días para modificar la jornada. «Yo pedía no librar el lunes al mes que nos corresponde y, como alternativa, utilizar ese tiempo para trabajar menos horas el resto de días y conciliar mejor», aclara Gloria, quien asegura que ahora saldrá de trabajar a las 16.30 horas, a lo que hay que sumar los 45 minutos de tren desde Adarzo, y podrá llegar a casa antes de que su hija tenga que marchar a las formaciones a las que asiste por la tarde. El nuevo horario permite a esta abuela cumplir con la rutina de tarde de la pequeña: baño a las 19.00 horas, cena, y a dormir a las 21.00 h. «Todo es mucho más fácil y más con un bebé tan pequeño...», insiste. Como tantas abuelas, además de cuidar, Gloria aprovecha las horas con Laila para pasear, hacer la compra y demás tareas y recados necesarios en su núcleo familiar más cercano, formado por sus dos hijas y su nieta, con las que vive en Torrelavega.
Antes de despedirse, Gloria lanza un último mensaje para recordar la memoria de generaciones y generaciones de mujeres dedicadas a los cuidados: «Todas lo hemos tenido difícil, los cuidados de las mujeres a hijos, nietos, padres, madres y personas dependientes no se han valorado y han pasado factura, física y mental durante décadas. Es hora de que la realidad cambie, las mujeres lo hemos pasado muy mal».
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