Acaba la temporada de la gripe en Cantabria con un balance de 13.250 casos y 25 fallecidos

La Consejería de Sanidad ha dado por finalizada la temporada de la gripe estacional en Cantabria con un balance provisional de 13.250 casos- 55,86 por cada 100.00 habitantes- 240 ingresos, 126 de ellos graves, y 25 fallecidos.

El 71 por ciento de los casos graves este año han sido de pacientes sin vacunar y tampoco se había vacunado el 60 por ciento de las personas fallecidas, a pesar de pertenecer a grupos de riesgo.

Ante esos datos, Sanidad recuerda que, según la evidencia científica, la única medida preventiva frente a la gripe y, sobre todo, frente a las complicaciones que produce, es la vacuna, cuya efectividad aumenta con la administración continuada todos los años, subraya en su nota de prensa de balance.

La onde epidémica de gripe ha llegado esta temporada mucho antes y además con uno de los niveles más altos de incidencia en el pico máximo de la enfermedad. Así, durante la tercera semana de enero se alcanzaron 532,5 casos por 100.000 habitantes, un nivel epidémico muy alto.

Cantabria ha sido, sin embargo, la comunidad autónoma donde más pronto se ha extinguido la onda, con un descenso casi absoluto de circulación viral.

Del total de 240 ingresos en los que se ha constatado cuadro gripal, aunque en muchos casos asociados a otras patologías, 126 han sido casos graves y 46 han precisado ingreso en cuidados especiales. La mayor parte de los ingresos se han producido en Valdecilla (67%) y Sierrallana (24%).

Los sectores de población más afectados han sido la primera infancia, fundamentalmente menores de 5 años, por la ausencia o la menor experiencia inmunitaria al no haber estado en contacto con el virus gripal, y el tramo de edad comprendido entre los 35 y 45 años.

Como en años anteriores, el segmento menos afectado es el de los mayores de 65 años, por los mayores niveles de vacunación y la mayor experiencia inmunitaria.

El virus que ha circulado en Cantabria, al igual que en el resto de España, ha sido del tipo A, durante la primera parte de la onda epidémica en su variante AH1N1, aumentando el subtipo AH3N2 a medida que avanzaba la onda.