Una academia para un futuro oficial

Es como un centro de enseñanza y un barco pesquero a partes iguales. Se trata del buque escuela de la Armada española 'Intermares' (A-41), una de las naves al servicio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) que, desde el año pasado, se ha incorporado a los servicios de las fuerzas navales para formar a los marinos del futuro. Uno se da cuenta de esta nueva faceta nada más subir a bordo, cuando los oficiales y suboficiales realizan el saludo naval al toque de un silbato.

Su vida ha cambiado por completo. El 'Intermares' ha pasado de estar amarrado en un muelle durante siete años a formar parte de la Marina en cuestión de meses. Por esto todavía necesita poner al día algunos aspectos esenciales de cara a su integración en el cuerpo. Tanto el MAPA como la Armada, que comparten cotitularidad de la nave, han de asegurarse de que su «habitabilidad, motores y equipos que han estado parados» se adapten lo mejor posible a la nueva vida, como sostuvo ayer el capitán corbeta Juan Carlos Muñoz-Delgado Pérez, comandante del buque de escuela y cooperación pesquera.

El superior explicó las dos facetas que ambos departamentos han acordado para la embarcación. «Funciona seis meses al servicio del Ejército y otros seis como buque del Ministerio de Pesca. Se trata de un acuerdo de cotitularidad y explotación para actividades, firmado el pasado julio». ¿Pero cuál es la formación que los jóvenes alumnos pueden aprender a bordo? Desde que asumió esta travesía, en julio de 2018, la embarcación sirve para entrenar a los marinos, alumnos que se instruirán en todo lo relacionado con el día a día en la mar. Esto incluye todo lo básico para la formación de cualquier tripulante, desde tareas marineras, maniobras, navegación, hasta mantenimiento y guardia en la máquina, seguridad interior, etc. Todo ello se desarrolla tanto en el puerto como en alta mar.

El comandante del 'Intermares' insistió en esta idea: «Los marineros, suboficiales y oficiales alumnos tienen la posibilidad de realizar actividades teóricas en las aulas que conforman el buque, en plena mar, además de las actividades que van a llevar a cabo cuando finalicen su formación». Para cumplir todas estas funciones la nave cuenta con cinco pisos de aulas, talleres y hasta salas de conferencias para poder coordinar completamente la formación teórica y práctica durante los embarques. «Tiene capacidad para instruir a 40 marineros, 48 si hacemos un esfuerzo», agregó el comandante Muñoz-Delgado.

El buque tiene 79 metros de eslora, 15 de manga y 2.500 toneladas a bordo. Esos son algunos de los datos de la nave que vino a descansar al puerto de Maliaño. Un buque polifacético que se construyó en los astilleros Armón, de Vigo, en 2009, año en el que se entregó a la Secretaría General de Pesca como buque de cooperación en esta área. Estuvo activo durante dos años, pero «por diferentes razones», como apuntó el militar, tuvo que detener su actividad en 2011 durante otros siete.

El lavado de cara que atraviesa en la actualidad incluye también la dotación de armas:«Este es otro de los procesos de navalización y adaptación a la Armada, donde todo buque necesita herramientas de autodefensa. La embarcación está pendiente de añadir ciertas armas de protección, incorporaciones para las que todavía faltan algunas obras, que se finalizarán en los próximos meses.

La travesía hasta Santander, desarrollada por el mar Cantábrico y la costa noroeste peninsular, es el primer viaje de la nave como buque escuela, con 30 sargentos alumnos de la Escuela de Especialidades de la Estación Naval de La Graña, en Ferrol, a bordo. Hoy a las 17.30 horas, el 'Intermares' zarpará del puerto cántabro.