Así actúa la Guardia Civil ante un kamikaze

A pesar de la cercanía en el tiempo de ambos sucesos y de que sus conductores comparten un perfil similar, el jefe provincial de Tráfico, José Miguel Tolosa, pone en contexto este tipo de casos: «Ocurren con poca frecuencia en Cantabria y en la mayoría de los casos se debe a despistes de gente de edad avanzada o que tiene algún tipo de patología». Por eso no le gusta utilizar la palabra kamikaze. «Parece que todo el que circula en sentido contrario lo hace de forma voluntaria y y en realidad no es así», señala.

Al margen de si el infractor circula en sentido contrario de forma voluntaria o por un despiste, la Jefatura de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil dispone de un protocolo de actuación en detenciones en carretera, cuya última actualización data de 2018, que incluye este tipo de casos.

Antes de poner en marcha dicho protocolo, hay que tener en cuenta que los agentes se hacen eco de la infracción «gracias a la llamada de ciudadanos, bien al 112 o al 061». Una vez que se tiene constancia del incidente, el primer paso es hacer llegar a la máxima urgencia la novedad al Centro de Gestión de Tráfico, ubicado en La Coruña, para informar al resto de conductores que circulan por la misma vía que el infractor a través de los paneles informativos, «si los hubiera».

Advertidos del peligro, la recomendación que hace a Tolosa a los conductores es que paren su vehículo en el arcén de la derecha, sin salirse de él, y enciendan las luces de emergencia.

Al tiempo que se informa de la incidencia a través de los paneles informativos, la central de la Guardia Civil tiene que dar aviso a las patrullas que se encuentran por la zona.

Fue lo que ocurrió en el caso del kamikaze que circuló durante 55 kilómetros en sentido contrario por la A-8 el pasado jueves. A la una y media de la madrugada un conductor llamó al 112, que su vez alertó a la Benemérita de la presencia de un vehículo circulando en sentido contrario a la altura de Allendelagua (Castro Urdiales). El vehículo viajaba en sentido a Santander, realizándolo por el carril en dirección a Vizcaya.

Tras informar del incidente a través de los paneles informativos, los agentes intentaron detener al infractor a la altura de Laredo, pero el conductor hizo caso omiso a las indicaciones de los efectivos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con sede en la villa pejina. Finalmente, y gracias a la intervención de una patrulla del Usecic (Unidades de Seguridad Ciudadana de la Comandancia), que se encontraba en Maliaño, lograron detener el vehículo en la A-8 a la altura de Heras. La Guardia Civil no ha querido dar más detalles acerca de esta intervención.

No obstante, el protocolo recoge que si el vehículo de la Benemérita circula en el mismo sentido del infractor, pero por los carriles habilitados al efecto, «nunca tratará de seguirle por los carriles de sentido contrario, cometiendo la misma infracción». «Se circulará correctamente intentando hacerlo a su altura, y a través de la mediana, en la medida de lo posible, se le advertirá de que circula de forma antirreglamentaria haciendo uso de la señalización de emergencia, tanto acústica como luminosa». En caso de no poder advertir al conductor de su infracción, el vehículo oficial se adelantará a la siguiente salida.

En ese caso, si los agentes se encuentran circulando ya frente al vehículo que viene en sentido contrario, «se deberá detener la circulación que marcha detrás y se indicará a los conductores y ocupantes de los vehículos detenidos en las primeras líneas que los abandonen, dejándolos con las luces de cruce y emergencia encendidas y que se coloquen fuera de la calzada».

El vehículo de la Guardia Civil se situará unos 400 metros delante de esa línea donde ha sido detenida la circulación, colocándose en el carril central si hubiese tres o en el derecho si la vía cuenta con solo dos, a fin de que constituya un obstáculo para el infractor. Si la patrulla contara con un equipo de bloqueo no letal y existiera tiempo para ello, «lo extenderá en el carril izquierdo detrás del vehículo oficial», mientras un agente efectúa señales de alto.