«O actuamos rápidamente, o podemos tener consecuencias irreversibles»

Desde Mónaco, donde este miércoles participó en la presentación del informe, Losada alerta de la necesidad de actuar «rápidamente» ante la amenaza cada vez más manifiesta del cambio climático. «O lo hacemos, o podemos tener consecuencias irreversibles, sobre todo sobre algunos ecosistemas», advierte. «Esto no es una cuestión de creencias, es ciencia: las conclusiones del informe están basadas en miles de datos extraídos del análisis realizado de manera rigurosa durante dos años sobre 7.000 artículos científicos por parte de más de un centenar de expertos en los efectos del cambio climático en los océanos y la criosfera», manifiesta. «Se ha trabajado más que nada en cuantificar cómo han evolucionado las observaciones en los últimos años y en intentar proyectar hacia el futuro lo que puede pasar en distintos escenarios, desde el más optimista al pésimo», añade.

La conclusión más importante del estudio es que se ha producido «una aceleración notable» de todos los procesos: «la tasa de calentamiento de los océanos desde 1993 se ha multiplicado por dos; el aumento medio del nivel del mar se ha multiplicado por 2,5; los océanos han absorbido entre el 20 y el 30% del CO2 originado por el hombre y casi el 90% del calor por el calentamiento global; se está produciendo una pérdida importante de la criosfera, de masas de hielo en glaciares...», resume Losada.

¿Es inevitable? «Pues depende de cómo actuemos. Los distintos modelos estudiados ponen de manifiesto que una reducción importante de la emisión de gases de efecto invernadero puede tener todavía una repercusión importante sobre los cambios físicos y sobre las consecuencias en los ecosistemas y en la sociedad en general», contesta el experto. «Si los países son capaces de mantenerse en un modelo de bajas emisiones, muchos comportamientos naturales seguirán teniendo consecuencias parecidas a las que estamos observando hasta mitad de siglo, pero luego empezarán a disminuir», incide.

Urge, por tanto, actuar. De manera contundente y coordinada. «Una de las conclusiones diferenciales del informe es que cada vez hay menos tiempo. Estamos sistemáticamente dando mensajes, cada vez más claros y concisos, con menos márgenes de incertidumbre, tenemos unas ideas comunes y un acuerdo general, pero no estamos implementando las acciones necesarias para ponerlo en marcha. Y cada vez el tema se va complicando más», expresa. El catedrático no deja de poner ejemplos para que la sociedad se «haga una idea» de lo que se avecina. «Las proyecciones de aumento medio del nivel del mar que durante el siglo XX han estado en el entorno de los 2,3 milímetros al año, en esta última década ya están entre tres y cuatro milímetros, pero si nos colocamos en el peor de los escenarios analizados, estamos hablando de 15 milímetros al año de crecimiento. Esto indica que no sólo el nivel del mar aumenta, sino que lo hace muy rápido, por lo que la capacidad de adaptación se va a haber muy limitada. De hecho hay partes del mundo que ya tienen problemas serios con este fenómeno y cada vez lo van a tener más», reflexiona.

Un problema global frente al que hay que actual de forma global «en distintas esferas», según refleja Íñigo Losada. «Los océanos y la criosfera suponen el 80% de la superficie del planeta, es un componente esencial del ciclo integral del agua, la sangre de la vida de un planeta. Es decir, todo está hiperconectado, no podemos pensar en que acciones que no tengan una visión integrada, global, con un acuerdo general, van a causar un efecto relevante. El cambio climático requiere de un compromiso de todo el planeta, es la única manera de poder abordarlo». «Esto no quita -continúa- para que, en primera línea, todo lo que reduzcamos cada uno de nosotros las emisiones sume para conseguir ese objetivo que nos estamos planteando».

De la mitigación a la adaptación las nuevas condiciones. «Hay comunidades indígenas, ciertas sociedades, que son capaces de adaptarse a cambios en aspectos de agricultura, recursos hídricos, etc, pero en general, los que vivimos en unas sociedades más desarrolladas, dependemos mucho de los decisiones que toman las distintas administraciones, a nivel municipal, regional o nacional, a la hora de implantar medias de adaptación», detalla el prestigioso investigador.