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Con los brazos en alto y cantando acompañados al ritmo del teclado. Hasta alguna lágrima de emoción caía por encima de la mascarilla de varios ... asistentes al culto celebrado ayer en la Iglesia protestante Nueva Vida de Peñacastillo. Nada fuera de lo habitual en una ceremonia de este tipo. Sin embargo, esas cuatro paredes acogieron ayer a personas de diferentes comunidades. Católicos y protestantes se reunían así para poner en común su fe en un culto enmarcado dentro de la Semana de la Oración por la Unidad de los Cristianos. Una imagen que puede resultar curiosa, pero que año tras año repiten ambas confesiones en Santander. Con la diferencia de que esta vez la elección del lugar no fue casualidad. Y es que la iglesia que fue testigo del encuentro ecuménico de algo más de 20 personas fue la misma que el día de Navidad sufrió amenazas con bolsas de ratas muertas con mensajes como «fuera ratas protestantes y luteranas», «Dios no murió en la cruz para alimentar a traidores como tú» y «España católica, apostólica y romana».
«Otros años hacemos un encuentro en alguna parroquia, pero esta vez decidimos acudir a uno de los cultos que ellos suelen tener como forma de apoyo, para demostrar de una manera más contundente nuestro rechazo como católicos al ataque que sufrieron», explican desde la Diócesis de Santander.
El pastor del templo Nueva Vida, Julio García Celorrio, recordó durante la celebración el apoyo que recibió por parte de la comunidad católica: «Cuando tuvimos el incidente en la iglesia, Daniel, delegado diocesano, fue la segunda persona que me llamó y le agradezco muchísimo ese gesto para solidarizarse con nosotros». De hecho, Daniel Gutiérrez Jordán acudió al acto en representación de la comunidad católica para mostrar su apoyo en un culto con muchos menos fieles de lo habitual tras la reducción del aforo a un tercio por la situación sanitaria.
Durante el salmo, se remarcó la importancia de la armonía entre las comunidades. Y el pastor realizó un símil sobre la convivencia de las diferentes confesiones como una orquesta en la que cada instrumento da su nota pero en la que en conjunto suenan en perfecta armonía. «Lo que entendemos como uniformidad no existe, debemos convivir con respeto».
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