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En octubre de 2020 se produjeron las primeras llamadas. Unas ofertas iniciales que se cerraron en falso. Pero en los primeros meses de 2021 sí que llegaron a buen puerto las negociaciones con, al menos, cinco de los en torno a ochenta afectados ... por la presunta estafa de uno de los exempleados de Novo Banco en su antigua oficina de Santander. Sin embargo, con el paso de los meses, en el grueso de los que quedan pendientes de recuperar su dinero no tienen constancia de que se hayan producido nuevos avances. Mientras avanza lentamente el proceso judicial, esos acuerdos parecen parados, aunque la entidad asegura que su «intención» es seguir con ello.
Los únicos acuerdos sellados hasta ahora llegaron con cláusulas de confidencialidad y tras negociaciones individualizadas. Ponían fin a una historia, a un 'modus operandi', que conviene recordar. Los inversores entregaban un dinero a Jacobo Vidal, el exempleado de la desaparecida oficina de Santander, y recibían unos extractos en los que se indicaba el avance de las inversiones. Casi siempre buenas noticias. Pero esos papeles no reflejaban una situación real (según Vidal, por «malas inversiones»). El drama llegó cuando los clientes supieron lo que en realidad tenían. Mucho menos o, directamente, nada.
El tira y afloja está ahora en saber cuánto le tiene que devolver Novo Banco –responsable civil subsidiario– a cada uno. Por eso, la cuantía del agujero varía según a quién se pregunte. Según los documentos que entregó Vidal cuando denunció los hechos, unos cincuenta millones. Según los informes y las conclusiones de la entidad, mucho menos.
«Sin perjuicio de que Novo Banco no considera que exista estafa alguna, sí es cierto que ha alcanzado acuerdos con algunos de los clientes aparentemente afectados por los hechos objeto de instrucción y continúa con esa intención, pues como siempre se ha manifestado, Novo Banco está velando y velará por los intereses de los clientes que se hayan visto efectiva e ilegítimamente afectados por la actuación del investigado», respondieron el pasado martes desde la entidad a este periódico al preguntar por los acuerdos y por el hecho de que no haya avances conocidos. De hecho, en el pasado mes de enero, al preguntarles por los pactos ya cerrados, contestaban de una forma similar. «Confirmamos –afirmaban entonces– que hemos llegado a una solución con un número delimitado de clientes y que seguimos manteniendo conversaciones con otros legítimamente afectados».
Pero las víctimas con las que ha contactado El Diario Montañés confirman que no ha habido más acuerdos. Ni siquiera más ofertas –alguna muy puntual que ha sido rechazada, pero las menos–. Y muestran su extrañeza, tal como va desarrollándose el proceso judicial. Sobre todo, después de que la Agencia Tributaria advirtiera de un posible delito de blanqueo de capitales por imprudencia al examinar si hubo o no control por parte de la entidad financiera de las actividades que se llevaban a cabo en la oficina de Santander.
Fuentes jurídicas indican, de hecho, que a Novo Banco, de cualquier modo, le interesa reducir la lista de personas afectadas en el proceso (reducir los afectados es reducir la cantidad que tendría que pagar, llegado el caso). Como responsable civil subsidiario es mejor alcanzar acuerdos que arriesgarse a lo que pueda determinar una sentencia. Y más aún si de su papel ahora como investigado en la causa (así ha sido citado a declarar en el mes de noviembre) se derivase algún tipo de condena penal (por eso lo dicho por Hacienda tiene un papel relevante). Al dinero que le tocara devolver se sumaría el que pudiera determinar la sentencia (que podría multiplicar el total por tres y hasta por cinco). Por eso, cuanta menos cantidad esté denunciada, mejor, en principio, para la entidad.
La causa
El primer investigado –y el principal– en la causa es Jacobo Vidal. El exempleado que, desde un despacho de la primera planta, ofrecía inversiones a su cartera de clientes. Pero ahora mismo no es el único que ha sido citado a declarar en esa posición. Por el juzgado ya pasaron –como investigados– otros cuatro exempleados de la oficina y el propio banco debe comparecer en noviembre. Precisamente Novo Banco insistió en que se investigara a sus extrabajadores. A esos cuatro. Sin embargo, no al que ejercía como director de la oficina. También fue citado para declarar, pero, en este caso, como testigo.
El Diario también preguntó por esto a la entidad.
–¿Por qué motivo el banco ha pedido que se investigue a cuatro empleados de la antigua sucursal de Santander y no al que fue su director?
–Las acciones penales que ha instado Novo Banco encuentran su base en los indicios que han existido en cada momento. Ello, sin perjuicio de lo que pueda acontecer durante lo que resta de instrucción.
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