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La Audiencia Provincial de Cantabria impondrá una condena de ocho años de prisión a un hombre que agredió sexualmente a una menor de 15 años ... en octubre de 2021. Además de una medida de libertad vigilada tras la finalización de la pena privativa de libertad de cinco años, le prohibirá acercarse a la víctima durante diez años y estará inhabilitado para la patria potestad y la custodia y guarda de menores durante cinco. Tampoco podrá desempeñar actividades o trabajos relacionados con menores durante 12 años.
El acusado, que tenía 21 años cuando ocurrieron los hechos, ha reconocido lo sucedido y ha aceptado una pena de ocho años de cárcel, frente a los 13 que solicitaba inicialmente la Fiscalía de Cantabria. Además, ha abonado 6.000 euros como responsabilidad civil y reparación de daños. «Le pido perdón, no lo he hecho bien. Estaba en un mundo de drogas y no tomé las mejores decisiones», ha argumentado en su declaración. En la vista celebrada este jueves en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, el Gobierno de Cantabria, que ha ejercido la acusación particular, se ha adherido a la petición de pena de la Fiscalía, al igual que la defensa.
Según el escrito de la acusación, el acusado mantenía una relación de amistad con la menor y concertó una cita con ella para verse en la Plaza de Pombo y consumir alguna sustancia. Asimismo, decidió acudir a buscarla antes a la salida del colegio y le pidió que le acompañara hasta la Plaza de Cañadío. Ella, «en la creencia de que iban a adquirir las sustancias para consumir», entró con el acusado en un portal y ambos subieron por las escaleras hasta la penúltima planta.
Allí, «sin que la menor tuviera escapatoria alguna dado el lugar, el acusado se abalanzó sobre ella y teniéndola sujeta contra la pared y por los brazos comenzó a besarla sin que ella lo consintiera». «Cuando le pidió que parara, su agresor contestó aplastando más fuertemente su cuerpo contra el de la menor».
La chica pudo zafarse, pero el acusado la alcanzó una planta más abajo «cogiéndole de la cabeza, y aunque ella repetía que no quería, que no podía, que tenía novio, le obligó a hacerle una felación». Inmediatamente después, «rompiéndole los pantalones y tirándola contra la barandilla la penetró vaginalmente, hasta que eyaculó dentro de ella».
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