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«Yo no me la quito. Tengo pensamiento de llevarla para largo porque esto no se va a acabar tan pronto», sentencia Irene Diestro. Y añade que lo tiene «clarísimo». Igual que ella, la mayoría de personas que paseaban hoy por el centro de Santander. ... Aunque a partir del jueves no sea obligatorio utilizar la mascarilla en exteriores. De hecho, la estampa en las principales calles de la capital cántabra lo refleja. A Sara Gutiérrez, por ejemplo, le sobran motivos para seguir usándola. «Mis abuelos son mayores y quiero seguir cuidándoles. Además, tengo un negocio y no me puedo permitir cerrarlo durante una semana y media».
En la misma línea se encuentra Miguel Ángel Revilla, que al enterarse de esta nueva medida ha asegurado que él «la seguirá llevando», a pesar de no saber si «es una buena decisión o no». Alberto Nava, vecino de Santander, coincide con el Presidente de Cantabria, y recuerda que «todavía estamos en pandemia». «Tendré que ver cómo evoluciona la situación pero creo que es demasiado pronto».
Este viernes, el Gobierno ha anunciado que el próximo jueves la mascarilla dejará de ser obligatoria en exteriores. La medida entrará en vigor un día después de la publicación en el BOE del Real Decreto, que sería el miércoles. Antes, para el lunes, Darias ha convocado un Consejo Interterritorial extraordinario en el que explicará a los consejeros autonómicos los motivos de una decisión que se ha resistido a tomar pese a la presión de la mitad de las autonomías y a que no existía un criterio científico que la avalase. La ministra ha recordado que el virus «ha aminorado un 30% las últimas semanas».
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Pero como en todo, el debate está servido. Y hay quienes están deseando «respirar aire puro». Es el caso de María Martínez y Noemí López, dos amigas que ya tienen ganas de pasear sin mascarilla. Aunque matizan que no la usarán, «siempre y cuando no haya aglomeraciones». Ricardo Malmierca lo tiene claro. «En exteriores creo que ya no hace falta utilizarla. Esta medida nos va a venir bien a todos para ir normalizando la situación».
«Me sigue dando miedo contagiarme por eso en general la seguiré usando», explica Patricia Quevedo. Aunque, tiene claro que «por la mañana, de camino al trabajo, si voy sola me la quitaré». Igual que Carlos Vascones, que tenía ganas de que llegase este momento. «A mí me gusta pasear y poder respirar, creo que como a todo el mundo».
El Gobierno ha cambiado de idea sobre la necesidad de protegerse con mascarilla en algo menos de 72 horas. Ha pasado de prorrogar en el Congreso el decreto que aprobó en diciembre –lo hizo el martes con 155 votos a favor y 149 en contra– a poner fin a esta medida de contención.
Este cambio de marcha es lo que, de primeras, ha sorprendido a Jesús Mozota, médico de larga trayectoria en Valdecilla y ahora jefe de Medicina Preventiva de la Clínica Mompía. «Me sorprende la variablidad de criterio con tan pocos días de diferencia». Con todo, piensa que es una decisión acertada pero «con matices». ¿Cuáles? Al experto le hubiera parecido más oportuno dar el paso con menos casos diarios –este viernes Sanidad notificó otros 1.084 contagios en la comunidad autónoma–. En cualquier caso, cree que la sociedad se adaptará «bien» a este nuevo escenario siempre que las autoridades sanitarias «justifiquen» y expliquen convenientemente la decisión.
¿Y cómo cree que evoluciona esta sexta ola? La comunidad está en «fase de desescalada». Mozota es optimista, pero también cree que hay que mantener la prudencia y seguir «pendientes» de las nuevas variantes y las sorpresas que depare el coronavirus; seguir pendientes de cómo se comporta la nueva cepa Ómicrón silenciosa, que empieza a evidenciar su presencia en la comunidad.
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