Adiós a la pirámide acristalada de Raos

El negocio de la noche y el ocio dará paso al de la industria naval. El destino final de la antigua discoteca ha pasado por numerosas vicisitudes hasta que los nuevos propietarios, la empresa Commercial Marine North Coast, adquirieran el inmueble en subasta al Gobierno regional. Los trabajados de derribo interior se iniciaron a mediados de febrero, y la limpieza del interior del edificio ha sido laboriosa por la existencia de muchos residuos que se han tenido que eliminar. La adjudicataria de las obras de derribo es el Grupo Tirso.

Ayer la pala excavadora abordó las obras exteriores en una parte del edificio de hormigón. Las labores se deben realizar con mucho cuidado para evitar posibles percances. Fuentes de la empresa propietaria señalaron que los trabajos de derribo durarán todavía, al menos, un mes. El proyecto de construcción del nuevo astillero aún no se ha redactado ya que es una actuación «que hay que analizar con detenimiento». Lo más urgente es abordar el derribo del inmueble, que se encontraba en estado de abandono y en semirruina. Quedará así el solar listo para acometer el nuevo proyecto, para el que todavía no hay fecha.

La nueva edificación consistirá en una nave industrial con destino a la construcción de buques. Metaltec Naval, el único astillero de Cantabria en barcos de aluminio ubicado en Raos, forma parte de la corporación que adquirió el centro de ocio al Gobierno regional.

Commercial Marine North Coast compró en septiembre la antigua discoteca por 221.040 euros. La sala de fiestas salió a subasta pública por quinta vez en siete años, y en esta ocasión el Ejecutivo regional, conocedor de que había al menos un interesado, encareció la venta un 65%, con un precio de salida de 305.939 euros.

El inmueble que ahora se derriba disponía de 7.000 metros cuadrados de superficie y en su día tenía capacidad para 4.500 personas. La estructura es de hormigón armado y hierro y el cerramiento cuenta con láminas de policarbonato. En sus buenos momentos Aqua tuvo una piscina interior, jardines, un pub con zona VIP, cafetería, cocina, lavandería, varias barras de bar y discoteca, así como un escenario para espectáculos con sus correspondientes camerinos.

La Seguridad Social sacó a subasta el edificio en 780.00 euros en 2011 por deudas del último propietario. Nadie pujó por la discoteca. Ese mismo año el edificio fue adjudicado a la comunidad autónoma de Cantabria en pago de la deuda con la Agencia Tributaria por parte del concesionario.

Su estado era tal que ni la propia Administración regional quiso invertir en el edificio para convertirlo en oficinas o almacenes, ya que la restauración necesitaba una gran inversión. Mientras tanto el Ejecutivo tuvo que hacer frente a los pagos derivados de la propiedad, ubicada en terrenos pertenecientes a la Autoridad Portuaria. Entre los gastos que debía afrontar el Gobierno cántabro estaba la ocupación del suelo por 20.000 euros al año, además de otro tanto del Impuesto de Bienes Inmuebles a pagar al Ayuntamiento de Camargo. La vigilancia del edificio sumaba 25.000 euros.

En total, más de 65.000 euros anuales. En 2015, tras la entrada en vigor de una reforma legal en el reglamento de Puertos, la concesión de ocupación del terreno se amplió hasta 2065, lo que supone un aliciente más para el nuevo propietario.