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José Antonio Sánchez Raba (Santander, 1956) debutó en las aulas en 1978. Cuando cruzó el umbral de aquella clase de Infantil del colegio de Ibio, se encontró con un puñado de niños que lloraba desconsoladamente. Ahora evoca ese primer día con ternura, pero lo cierto ... es que entonces se sintió algo abrumado y una verdad universal se reveló ante sus ojos: el aprendizaje teórico no le iba a dar todas las claves para ejercer la enseñanza. Allí, ante aquel grupito de niños llorosos, comenzó a hacerse maestro.
«Era la inexperiencia de los inicios», sintetiza hoy Sánchez Raba. Cuarenta y cuatro años y miles de horas lectivas después, su vocación es sólida como una roca. «Ha ido en aumento. Si te gusta, como es mi caso, esto engancha. Y al final se ha convertido en una ilusión. Es mi vida», resume con sencillez el hasta ahora director del Colegio Cisneros de Santander. Porque le toca hacer un punto y aparte: él es uno de los trece responsables de centros educativos cántabros que se jubila del cargo.
Sánchez Raba se despide de la dirección del Cisneros después de 35 años. Y Silvino Corada (Polientes, 1957) dice adiós al cargo en el emblemático IES Santa Clara de la capital después de 28. Corada recuerda con precisión el inicio de su carrera: el 6 de octubre de 1980. La entonces Dirección Provincial de Educación de Santander le propuso trabajar en el instituto Ataúlfo Argenta de Castro Urdiales. Allí se trasladó e impartió materias variopintas: Inglés -su especialidad-, pero también Latín y Filosofía. Después se sacó las oposiciones, ocupó cargos de responsabilidad y al Santa Clara llegó casi por una carambola administrativa; «por error», evoca entre risas.
José Nicasio Gutiérrez | Director del IES Marqués de Santillana (Torrelavega)
Sin embargo, fue poner un pie en el edificio y sentir que llegaba al «instituto de mi vida». Así ha sido. Al poco aceptó «el reto» de llevar las riendas de una institución con 150 años de historia -«una responsabilidad añadida»- en una etapa en la que la educación y la sociedad española seguían en transición. «Los primeros años fueron complicados porque era un instituto diferente al que es hoy, quizá producto de la época, y había que cambiar muchas cosas y llevar adelante el proyecto educativo de lo que hoy es el Santa Clara. Me dio mucha tranquilidad el respaldo en mi primera elección. Aquello era mi sueño y hoy es una realidad gracias a mucha gente».
José Antonio Sánchez Raba | Director del Colegio Cisneros (Santander)
Corada y Sánchez llegaron al cargo con un proyecto en mente. «Los primeros años trabajas muchísimo y cuando ves que vas consiguiendo objetivos, que el proyecto se asienta, entonces te vas animando. Y hasta hoy», dice el director del Cisneros, un centro que basa su modelo en la sostenibilidad, los derechos humanos, la «coherencia» -su proyecto homónimo fue premiado por Atresmedia- o las competencias digitales bien entendidas. En esto último el centro fue «pionero». Empezó a formar a sus profesores en 1986, entonces con pesados aparatos y una conexión a internet algo rudimentaria. «En aquellos años la gente pensaba que era un capricho, pero fui casi un visionario», cuenta Sánchez Raba. Para muchos alumnos de los noventa el primer contacto con un ordenador fue en su colegio público de la calle Cisneros.
José Nicasio Gutiérrez (La Hayuela, Udías, 1959) también llegó a la dirección del IES Marqués de Santillana de Torrelavega con ánimos de renovación. Su amplia formación en Pedagogía y Psicología le empujó «a la intervención e innovación educativa. Y la mejor forma de llevarlo a cabo era desde la dirección de los centros educativos», resume. Ha estado 17 años al frente de un centro de «larga tradición» que bajo su batuta ha recibido varios premios autonómicos y nacionales, y ha logrado implantar, entre otras cosas, el Bachillerato Internacional (programa del que también dispone el Santa Clara). Se despide entre «felicitaciones» de compañeros, alumnos y familias, y con la satisfacción de que el instituto sea uno de los más demandado de Cantabria.
Gutiérrez ha sido testigo de distintas transformaciones educativas a lo largo de los años, entre ellas, el paso de esa enseñanza entendida como una labor solitaria a otra basada en el «trabajo en equipo»; o el salto del «pizarrín» de las escuelas unitarias del Pas a los dispositivos interactivos con los que ahora se trabaja en las aulas del instituto. Y está la pandemia. La tarde del 14 de marzo de 2020 se cerraron los centros educativos cántabros a causa de un virus del que poco se sabía entonces. «La mañana del viernes preparamos el programa de intervención. El sábado, el profesorado envió actividades por internet y el lunes todo el alumnado tenía tareas para realizar», recuerda Gutiérrez.
En apenas tres días, muchos centros se adaptaron a la realidad covid. «Podíamos habernos limitado a las medidas sanitarias, pero en el Cisneros pensamos: tenemos que hacer educación. Ha sido una labor brutal, el profesorado ha trabajado como bestias, el equipo ha estado cohesionado, el alumnado se ha portado de cine y las familias han respetado los protocolos. Hemos hecho proyectos alternativos. Han sido los mejores años para mí», comparte Sánchez Raba.
Silvino Corada | Director del IES Santa Clara (Santander)
«Estoy orgulloso de las decisiones que tomamos para volver a las aulas. Fue un momento duro, pero creo que estuvimos en lo cierto», dice Corada, que apunta otros dos cambios históricos para los centros de Secundaria: el asiento de la FP y el aumento de la edad de escolarización obligatoria hasta los 16 años, algo que «cambió totalmente el esquema» de los institutos, obligados a trazar otras dinámicas de socialización. El IES Santa Clara cambió de marcha y «hoy es un centro integrador, plural y abierto, que intenta romper las desigualdades sociales».
Preguntados por las cualidades que ha de tener un director, coinciden en la flexibilidad, la capacidad de trabajo, la escucha o la defensa del bien común por encima del individual. ¿Y el futuro? Dejan la «primera fila» y celebran la idea de dejar paso a nuevos profesionales que lo «harán muy bien, mejor incluso», dice Corada. Sánchez Raba seguirá en los Consejos Escolar y de Desarrollo Sostenible, probablemente escriba sobre teoría de la educación y devuelva «tiempo» a su familia. Gutiérrez, por su parte, seguirá como profesor-tutor de la UNED, presidirá la Sociedad Coral de Torrelavega y participará en alguna asociación educativa en ciernes.
¿Y que depara la Lomloe a la educación? Más allá de los vaivenes legislativos que, como dice Corada, darían para una pieza del gran Miguel Gila, que una ley se asiente precisa mucho trabajo previo y formativo con la comunidad educativa, incluso un «cambio de la cultura del centro», comparte Gutiérrez. «La verdadera transformación se hace día a día, sin cambios bruscos. La educación se mueve desde abajo, no desde el Boletín Oficial. La hacemos docentes, alumnos y familias», resuelve Sánchez Raba. «Tienen que atreverse a dar el paso: hoy en día la educación obligatoria tiene que llegar un poco más lejos, a los 18 años. Es lo que demanda la sociedad», confía Corada.
Otros diez directores se han despedido a la finalización del curso: Paz Agudo (IES Miguel Herrero), Aniceto Álvarez (IES Alisal), Manuel Hoz (Ntra. Sra. de Los Remedios), Ángel M. Ríos (IES Ricardo Bernardo), Emilio J. González (IES Augusto González de Linares), Ana Isabel Antón (CEIP Casimiro Sainz), María Ascensión Gómez (Los Torreones), María Yolanda Gutiérrez (IES José María Pereda), M. Reyes Mantilla (CEPA de Reinosa) y Víctor María Ortiz (CEIP San Pedro Apóstol).
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