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Desde el inicio de la 'desescalada' las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están desempeñando un papel fundamental para que la ciudadanía cumpla de la mejor manera posible todas las recomendaciones e indicaciones del Ministerio de Sanidad. A medida que van transcurriendo las ... distintas fases, vamos recuperando aquellas actividades que el Covid-19 cortó de raíz, pero no todo el mundo sigue a rajatabla ese 'desconfinamiento' progresivo. Algunos quieren volver a la normalidad de golpe, y eso puede tener consecuencias.
Cantabria entró la semana pasada en la fase dos lo que permite realizar ciertas actividades como tomar el sol y bañarse. Teniendo en cuenta que el buen tiempo nos acompaña desde hace unos días, era de esperar que las playas de la región fuesen uno de los lugares escogidos para disfrutar del tiempo de ocio. Pero para hacer uso de esos espacios también hay una serie de recomendaciones, sobre todo de distanciamiento social (dos metros entre personas y cuatro entre sombrillas).
Y han sido los agentes los encargados de recordar a los bañistas estas limitaciones. «Pero no se puede estar constantemente informando, avisando y educando», lamenta el jefe de la Policía Local de Castro Urdiales, Domingo García. Hasta que llega un momento en el que «la gota colma el vaso». Y ese momento se produjo el pasado viernes en Castro.
recomendaciones
La rampa de San Guillén y el muelle de Don Luis son dos de los lugares más frecuentados por los jóvenes castreños para disfrutar del sol y el baño. Pero este año, las obras de refuerzo del rompeolas han provocado que San Guillén quede inhabilitado temporalmente. Esto ha supuesto que los castreños se concentren estos días en el muelle de Don Luis. Allí se produjo el pasado viernes una aglomeración de jóvenes que obligó a intervenir a las fuerzas de seguridad.
Según comenta el jefe de la Policía Local, durante toda la semana pasada observaron que había concentraciones de personas en ese lugar «por encima de lo que parecía razonable». «Estuvimos avisando e informando durante toda la semana, incluso entregando mascarillas al que no la tenía. Pero el viernes, sobre las siete y media de la tarde, se produjo un tumulto que era incontrolable». De ahí que pidieran refuerzos a la Guardia Civil para proceder al desalojo del muelle y del solárium, que posteriormente fueron precintados.
domingo garcía, jefe de la policía local de castro
«Había cerca de mil personas y en las condiciones que estaba era imposible mantener una mínima profilaxis para evitar contagios. Desalojamos todo», comenta García, quien detalla que interpusieron tres sanciones, a las que hay que sumar otras diez de la Guardia Civil de Castro. «Al ver la gente que estábamos poniendo sanciones, puede servir como ejemplo». De hecho, el jefe de la Policía Local de Castro asegura que a raíz de ese «incidente aislado», que se difundió a través de las redes sociales, durante el fin de semana no se ha repetido ninguna escena parecida. «La gente ya sabe que esa zona está muy vigilada y las cosas han ido a mejor. Sigue habiendo jóvenes, pero se respeta más», apunta García, al tiempo que confirma que en los dos arenales urbanos (Ostende y Brazomar) «se ha hecho un uso responsable».
Un día antes de este incidente, el espigón de La Magdalena, en Santander, fue el escenario de otra concentración de jóvenes que también acabó con un desalojo, aunque en este caso no hubo sanciones. En un vídeo que también circula por las redes sociales, se aprecia no solo varios grupos de jóvenes en la playa incumpliendo el distanciamiento social establecido, sino una aglomeración de adolescentes en la punta del espigón, lanzándose al agua, que fue disuelta por cuatro agentes de la Policía Nacional. Tras esta intervención no se ha producido ninguna similar en las playas santanderinas ni el sábado ni el domingo, según confirmó ayer Delegación del Gobierno.
Durante el pasado fin de semana, miembros de la Policía Local de Santander establecieron once controles, formulándose 102 denuncias por consumo de alcohol en la vía pública. Además, realizaron 18 pruebas de alcoholemia y drogas, resultando cuatro de ellas positivas en alcohol (todas ellas administrativas) y dos en sustancias estupefacientes (ambas en cocaína). Por otro lado, los agentes interpusieron cuatro denuncias por ruidos en viviendas, otras tres por ruidos en la vía pública, y diez a establecimientos hosteleros por irregularidades en sus terrazas, entre otros motivos. Asimismo, la Policía Local de Santander detuvo a dos personas por un delito contra la seguridad vial y a una tercera por un siniestro bajo la influencia del alcohol.
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