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Que no pueden pasarse los días resolviendo el papeleo y dejar desantendidas las granjas; que un país «que no alimenta a su país, no es país». Los agricultores y ganaderos de Cantabria plantearán estas y otras reivindicaciones en la tractorada que protagonizarán en los ... próximos días -las organizaciones agrarias convocantes, UGAM-COAG, Asaja y UPA, trabajan en concretar la fecha- para protestar por las nuevas exigencias de la Política Agraria Común (PAC), documento que rige el funcionamiento del sector primario en Europa. Los trabajadores del sector en la región se unen a los productores lusos que iniciaron las protestas en Francia hace dos semanas y que se están extendiendo por varios países de Europa.
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Son numerosas las causas que les llevan a movilizarse -algunas ya muy repetidas-, pero en esta ocasión los agricultores ponen especial énfasis en la dureza y el aumento de la condicionalidad que caracteriza la actualización de la PAC. Esto quiere decir que «para cobrar las ayudas, los productores tenemos que cumplir una serie de condiciones específicas, que requieren una cantidad ingente de papeleo y burocracia», explica Luis Pérez Portilla, secretario general de la UGAM-COAG. Tanto es así, que si uno pretende cumplimentar todos los requisitos y exigencias que establece la normativa, «tiene que dejar de atender a los animales y pasarse el día en la gestoría». Un ejemplo: «Tenemos que presentar el libro de explotación», lo que a priori, puede interpretarse como la realización de un informe acerca de la actividad. Sin embargo, es algo más sesudo, «ya que existen varios libros que detallan las características del negocio (altas y bajas, seguridad alimentaria...) y suma y sigue». Todo esto hace que «tengamos que dedicar más tiempo a la tarea administrativa que al trabajo diario». Lo absurdo de la burocracia -que diría Kafka-. Por eso, Pérez Portilla pide «una menor carga administrativa y que se agilice la tramitación de las ayudas».
«La nueva PAC ha traído recortes económicos y mayor presión sobre los compromisos que debemos adquirir, lo que nos hace la vida imposible», señala a su vez Alberto Pérez, que dirige la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). Tajante, Pérez apunta directamente contra «la política demasiado verde de Europa, que nos obliga a hacer frente a unos costes inasumibles cuando ya tenemos una economía muy ajustada». A este paso, dice, «vamos a tener que contratar a una persona que se ocupe del papeleo». Además, «son controles que no tienen mucha lógica, cuando en Europa entran productos de terceros países que no pasan tantos filtros». «Estamos siendo muy vulnerables», declara. De hecho, Pérez asegura que es urgente «cambiar la política que hay de la granja a la mesa» para producir alimentos en «condiciones normales». El sector, advierte, «está en parada cardiaca, porque no somos capaces de cuadrar los números». Para reanimarlo harían falta más cosas, «como que el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA) realice inspecciones de oficio, sin que medie una denuncia, para evitar señalamientos».
Y por supuesto, el lobo, la gran amenaza de los ganaderos. Son las quejas que los agricultores cántabros llevarán a las calles de nuevo. «Hace dos años metimos 500 tractores en Santander para protestar por el precio de la leche y logramos que se crease una nueva hoja de ruta». El titular de Asaja, Raúl Guillarón, adelantó ayer que «el ruido que hemos hecho al plantear la movilización ya ha tenido su efecto».
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