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El temporal que esta semana azota Cantabria ha dado hoy una tregua a la región. Tras la jornada de ayer, en la que la gran cantidad de lluvia caída provocó inundaciones y desbordamientos de ríos en varios puntos de la región, hoy, aunque el mal ... tiempo persiste, la situación se ha suavizado sensiblemente, a la espera de la jornada de mañana, que también se preusme complicada por las previsiones meteorológicas.
Si la lluvia ha dado hoy un pequeño respiro a Cantabria, no así el mar, donde continúa el fuerte temporal, que ha llevado a decretar la alerta amarilla para la jornada de hoy en la costa regional.
Aviso AMARILLO por #fma COSTEROS 🌊🌊 en CANTABRIA desde las 18:00h. del día 09/11 hasta las 00:00h. del día 10/11. Viento del W o NW fuerza 7.
112 Cantabria (@112Cantabria) November 9, 2019
En cuanto a la jornada de ayer, tan intensos fueron ayer los chaparrones que cayeron aleatoriamente en varios puntos de Cantabria que en ocasiones formaban una espesa cortina que apenas dejaba ver a un metro de distancia. Demasiada agua caída en poco tiempo que desencadenó numerosas inundaciones en zonas que, de forma recurrente, quedan anegadas cuando viene un temporal.
La peor parte se la llevó el barrio Navalín, de Obregón, donde cuatro vecinos quedaron aislados, encerrados en sus casas que se convirtieron en pequeños islotes rodeados de agua. «Estamos hartos de que pase esto todos los años y nadie ponga solución», protestó Rubén Díez, ya acostumbrado a semejante panorama: «Calculo que no voy a poder moverme de aquí al menos hasta dentro de 24 horas», lamentó.
36
litros por metro cuadrado llegaron a caer en una sola hora en uno de los aguaceros más intensos en el aeropuerto Seve Ballesteros.
Su finca es una de las que están junto a la zona de desagüe de todo ese valle, a pocos metros de la entrada a la cueva de Morín. «Es una zona potencialmente inundable porque ahí llega todo el agua que cae de la ladera y, además, desde que hicieron la carretera la situación está peor», explica el alcalde, Constantino Fernández.
Se trata de la CA-142, que ayer permaneció varias horas cortada en un tramo de 500 metros, a partir del kilómetro 6. «Aquí se ha pedido varias veces que se tomen medidas porque nadie nos hace caso», denuncia este vecino. «Yo tengo el agua que me está dando contra las paredes de entrada a la casa y en los coches el gran charco me tapa las ruedas». El Consistorio explica que las posibles soluciones están en fase de estudio, pero por ahora cada vez que llegan los fuertes aguaceros, los mismos vecinos padecen idéntica situación.
Algo parecido, pero con menor intensidad, sucedió en Castro Urdiales. «Aquí lo que pasa es que hay algunos espacios que tienden a llenarse de agua cuando llueve mucho en poco tiempo. Y hoy nos ha pasado en el aparcamiento del pabellón Peru Zaballa, en la gasolinera del barrio Brazomar, en la calle San Francisco y en la zona de Vistalegre», concreta la alcaldesa, la socialista Susana Herrán. Protección Civil de Castro Urdiales movilizó desde primera hora de la tarde los efectivos para atajar las incidencias y a última hora del día todos esos espacios recuperaron la normalidad.
«No estábamos prevenidos porque no nos dieron aviso de que iba a caer tanta agua», se justificaron los responsables de Protección Civil, quienes lamentaron no haber tenido una mayor capacidad de reacción. El mayor trastorno fue el corte momentáneo de la circulación en la calle San Francisco. «Es un vial en el que se han realizado varios trabajos de acondicionamiento precisamente para resolver este problema pero ya veo que no han servido de mucho». El agua llegó a entrar incluso en una pista del pabellón Pero Zaballa; aunque en este caso fue debido a las goteras.
Sarón fue otro de los puntos donde parecieron confluir varias nubes para aliviarse a placer. «Aquí no hay manera de arreglarlo. Sabemos de sobra que los arroyos están sucios, Confederación Hidrográfica no hace nada y tampoco nos deja a nosotros limpiarlo. Entre unos y otros la casa queda sin barrer, y pasa lo que pasa», explicó el alcalde de Santa María de Cayón, el popular Gastón Gómez.
«Hemos movilizado a los bomberos de Los Corrales de Buelna, tres tractores, una pala excavadora y 16 operarios para resolver todos los problemas que hay; porque aquí está visto que las cosas vienen mal hechas por otros y al final es el Ayuntamiento el que tiene que resolverlo», protestó el regidor, que cuando hablaba con este periódico se afanaba, sobre el terreno, en apaciguar a los vecinos de los dos barrios que han quedado más afectados, los de Las Tejas y La Garita.
Menos importancia tuvieron los espacios anegados en Revilla de Camargo, en el barrio del Carmen y en La Sierra. «No es mucho pero al final es un trastorno para los que viven por la zona y para entrar y salir con los coches», describió Raquel Cuerno, de la Junta Vecinal de Revilla de Camargo.
Muy cerca, en Maliaño, hubo unos minutos durante el día en que hasta los coches tuvieron que esperar la cola para acceder al aparcamiento del centro comercial Valle Real por culpa del desbordamiento de las marismas. «He estado esperando más de diez minutos, parado, porque estaba prácticamente imposible», contó uno de los afectados.
En la capital cántabra también hubo grandes balsas y charcos en algunas vías y calles. Especialmente cuando la lluvia arreciaba con mayor virulencia. Y hubo muchos momentos a lo largo del día en que sucedió. «Es lo que conocemos popularmente como aguaceros, producidos por nubes de gran desarrollo vertical que descargan de forma violenta y en muy poco tiempo», concretó José Luis Arteche, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Cantabria. En el aeropuerto Severiano Ballesteros llegaron a caer 36 litros por metro cuadrado en una sola hora. Y en Soba se registró la precipitación acumulada más alta del país, con 94 litros por metro cuadrado.
Todo esa agua estuvo acompañada también de rayos y viento, lo que trajo también pequeños incidentes con la red eléctrica que se dejaron notar sobre todo en Santander y alrededores. «Ha habido por la mañana un rayo muy fuerte que ha caído sobre las 11.00 horas y ha provocado un pico de tensión y luego por la tarde ha sucedido otras dos veces; pero no ha habido ninguna avería reseñable que nos haya obligado a cortar el suministro a nadie», explicaron fuentes de Viesgo. «Sí que algún vecino o empresa ha podido notar que las luces se apagaban y se encendían rápidamente y esto es porque con estos picos lo que suele pasar es que el mismo sistema interno de protección reacciona y produce estos microapagones».
Entre tanto, en las zonas altas la nieve descendió hasta los 900 metros y aunque no hubo cortes en las vías más importantes, como la A-67, sí que hubo que poner cadenas en San Glorio (N-621, a la altura de Vejo) y Brañavieja (CA-183, entre la Lomba y Entrambasaguas). La nieve llegó también con fuerza a la estación de esquí de Alto Campoo. Allí se registró la temperatura mínima del día, por debajo de los -2,5 grados centígrados.
«Unas condiciones idóneas para poner en marcha los cañones de nieve artificial», destacó Joan Font, director de la instalación de Cantur. «Hoy está nevando bastante y la pista va a estar cubierta. No sabemos cuándo podremos abrir, pero el momento está cerca. Necesitamos que caiga algo más, pisarlo con las máquinas y ver cómo queda», avanzó.
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