Alcaldes y concejales de Cantabria empiezan por subirse sus sueldos

Si bien no conforman una muestra especialmente significativa, las primeras corporaciones municipales que se han puesto un precio (5 de las 102 que hay en la región) lo han hecho dando pistas claras. Exceptuando a Polanco, que ahorra, las cuatro restantes han acordado más sueldos y mejores.

Es el caso, por ejemplo, de Torrelavega, ayuntamiento al que el salario de sus políticos, dietas aparte, le va a suponer 403.159 euros, o sea, un 45% más que en la legislatura anterior (277.846).

Parte de ese dinero se lo va a quedar el alcalde, Javier López Estrada, que cobrará 54.738 euros anuales, la misma cantidad en bruto que percibía su antecesor, Cruz Viadero, cuando cedió el bastón de mando. El resto del dinero, 348.421 euros, se lo van a repartir entre los otros once concejales que están liberados a tiempo completo o tiempo parcial, una condición que crece con los años porque en la legislatura anterior únicamente había siete.

En definitiva, que en Torrelavega, donde lo único que permanece inamovible es el sueldo del alcalde, el dinero destinado a pagar a los políticos se incrementa en un 45% y el número de asalariados aumenta en un 50%.

Algo muy parecido ha ocurrido en el Ayuntamiento de Camargo, donde la manutención del alcalde (alcaldesa, en este caso concreto) y los concejales va a costar a los vecinos el doble de lo que les supuso la legislatura anterior.

Entonces, la regidora, Esther Bolado, cobraba 38.500 euros al año -cantidad que se incrementa un 27% para que pase a ingresar 49.500- y sus cuatro concejales liberados (tres de ellos con dedicación parcial) se repartían los 76.500 euros restantes de la partida destinada a este fin, que, en este caso, ha tenido que doblarse hasta los cerca de 178.000 euros para que de ahí cobren sus soldadas los siete concejales liberados (cinco de ellos con dedicación total) que la corporación camarguesa va a tener a lo largo de la recién estrenada legislatura.

También han decidido subirse el sueldo los gobernantes de Ampuero. 20.900 euros más.

Hace cuatro años, los vecinos pagaron 40.000 euros a sus políticos, dinero del que el alcalde de entonces, el popular Patricio Martínez, no vio un céntimo por estar jubilado y ser esto incompatible con la percepción de cualquier salario. Aquella cantidad se la repartieron los tres concejales que el regidor puso a trabajar para el municipio a tiempo parcial.

Ahora, una legislatura después, los ampuerenses van a tener que aflojar un 35% más. 60.900 euros. Con ellos pagarán el sueldo del nuevo alcalde, Víctor Manuel Gutiérrez, que cobrará 1.900 euros brutos mensuales por su dedicación exclusiva (26.600 euros al año) y los emolumentos de los otros dos ediles que trabajarán a sueldo con dedicaciones parciales.

Claro que esa subida en Ampuero no es nada en comparación con la que van a tener que asumir los vecinos de Miengo, a los que los sueldos de sus gobernantes les va a salir por un ojo de la cara.

Hace cuatro años, en ese municipio había un alcalde que no cobraba (por la misma razón que no lo hacía el regidor de Ampuero) y un concejal que trabajando a tiempo completo se llevaba a casa todo el presupuesto al efecto: 30.000 euros. Ahora, en cambio, hay un alcalde que va a cobrar 23.348 euros por dedicar el 50% de su tiempo a la actividad municipal y otros seis ediles con mayor o con menor implicación que entre todos se van a repartir 100.000 euros más.

No muy lejos de allí, justo al lado, se aprecia el reverso de la moneda. El único, de momento.

Gobernado por la diputada regionalista Rosa Díaz, el Ayuntamiento de Polanco, linde con Miengo, no sólo ha evitado desmanes económicos a la hora de ponerse a repartir dinero público entre sus políticos sino que, además, ha conseguido reducir esa rémora económica de sus vecinos.

Donde antes cobraban dos concejales, que se repartían a medias 30.800 euros por trabajar al 50%, esta legislatura va a cobrar sólo uno, que va a ganar 29.400 euros por trabajar en su caso concreto al 100%. Y vaya, la diferencia no es mucha, pero sí ilustrativa.