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NACHO GONZÁLEZ UCELAY
SANTANDER.
Jueves, 4 de abril 2019, 07:10
Los ayuntamientos de Meruelo y Ribamontán al Mar, a sólo 13 kilómetros el uno del otro, han experimentado enormes cambios en los últimos cuarenta años. ... Han cambiado sus poblaciones, sus fisonomías, sus infraestructuras, sus equipamientos, sus servicios y, en mayor o en menor medida, han cambiado incluso hasta su forma de sobrevivir.
Pero hay algo que no han cambiado y que les distingue de los demás. El alcalde. Los dos tienen el mismo desde que en el año 1979 se celebraran las primeras elecciones municipales de la democracia.
Supervivientes en sus cargos, Evaristo Domínguez y Francisco Asón son dos de los 30 regidores del país que han gobernado sus municipios encadenando victoria tras victoria durante diez legislaturas.
Evaristo Domínguez, alcalde de Meruelo (PP)
Alcalde de Meruelo las diez legislaturas de la Democracia, a la que ha visto nacer, crecer y madurar con la vara entre sus manos, Evaristo Domínguez Dosal (Argoños, 1948) prepara su inesperado asalto a la undécima incumpliendo la palabra que le dio a su esposa. «Me había hecho prometer que no me presentaría más», pero un proceso judicial promovido por los regionalistas (que le acusan a él y a su hijo de haber cometido sendos delitos de prevaricación y malversación de fondos relacionados con una operación de compraventa de una nave) «me ha obligado a presentarme otra vez».
Dice que no quiere irse así. Con su honor mancillado. Que ese no es el final que merece una trayectoria política de la que sólo pueden presumir treinta alcaldes españoles y uno cántabro como él, con el que además de logro comparte ideario.
«El único secreto que existe para mantenerse en la alcaldía de un ayuntamiento es el trato con los vecinos y el interés por sus problemas». Eso, la consagración a la política y la indulgencia familiar, que en su caso concreto «ha sido ilimitada».
Con fuerzas suficientes, Domínguez, que ha gober-nado su municipio 40 años a golpe de mayoría absoluta, afronta otra batalla electoral ilusionado con nuevos proyectos que sigan ayudando a la transformación de una localidad irreconocible.
«Siempre digo lo mismo. Miren fotografías del Meruelo del año 1979 y compárenlas con el Meruelo de 2019. Verán lo que ha cambiado», sugiere el veterano regidor, alcalde por azar.
«Soy natural de Argoños, pero me vine a vivir aquí cuando me casé con mi mujer», explica Domínguez, que, instalado en Meruelo, intimó con un grupo de jóvenes preocupados por el futuro del municipio con los que formó una agrupación independiente desde la que se encaramó a la alcaldía para no bajarse nunca más.
Francisco Asón, alcalde de Ribamontán al Mar (PRC)
Regidor de Ribamontán al Mar los 40 años de la Democracia, Francisco Asón Pérez (León, 1952) también es cosecha del 79, un año en el que el alcalde, leonés de nacimiento, cántabro de vocación y devoción, agarró el bastón de mando para no soltarlo más.
«A mí se me insinuaron de todos los partidos políticos», recuerda de esa época Asón, que luego de descartar las propuestas de PP y PSOE se incorporó a las listas de la UCD sin más idea que rellenarlas. «Inicialmente iba de cinco, pero los problemas surgidos entre algunos compañeros terminaron por hacerme subir al primero».
Asón, al que verse tan arriba le provocó cierto vértigo, no se achantó y asumió un reto que le llevó derecho al primero de sus diez mandatos consecutivos.
«Estaba más perdido que un pulpo en un garaje», confiesa 40 años después Asón, que entonces se reconocía muy verde para liderar un proyecto político.
Su rodaje en las dos legislaturas posteriores, que gobernó como independiente, le permitieron consolidarse como el piloto de un ayuntamiento que en las siete siguientes, ya ensamblado en la maquinaria regionalista, se transformó de punta a cabo aprovechando su enorme potencial turístico.
«Cuando yo entré aquí éramos unos 2.200 habitantes». Ahora, Ribamontán al Mar tiene más de 4.400. El doble. «Y eso da buena prueba del crecimiento que ha experimentado este municipio», al que los sucesivos gobiernos locales, todos de Asón, han ido dotando de los servicios adecuados para convertirlo no solo en una población residencialmente atractiva «sino en un referente turístico» muy implicado en el sector del surf.
Camino ya de su undécimo mandato, Francisco Asón, para quien el trato directo con sus vecinos es esencial, cederá el bastón de mando «cuando vea abierta una residencia de mayores».
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