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Algunos no tienen una retribución porque la oposición se la ha negado, otros la descartan porque el presupuesto municipal no se lo permite y hay quienes compatibilizan el cargo con su profesión, de la que perciben unos emolumentos.
En febrero del 2022, la regionalista María ... Higuera accedió a la Alcaldía de Medio Cudeyo por primera vez tras la renuncia de su compañero Juan José Perojo. Entonces, el PRC gobernaba en coalición con el PSOE y toda la Corporación, por unanimidad, dio el visto bueno a que la nueva regidora tuviese dedicación exclusiva y un sueldo de unos 37.000 euros, el mismo que su predecesor. Sin embargo, las elecciones del 28M dejaron a Higuera como la lista más votada pero sin mayoría absoluta, lo que no le impidió renovar su cargo de regidora. Lo que no pudo reeditar fue el sueldo que había tenido hasta ese momento porque PP y Vox votaron en contra (el PSOE se abstuvo).
«El argumento que dieron fue que no tenían la información necesaria, aunque creo que es una estrategia para ver si renuncio al cargo, cosa que no voy a hacer», advierte la regidora, que considera que dirigir un ayuntamiento de casi 8.000 habitantes, con un presupuesto de seis millones de euros y con todas las competencias asumidas, «son suficientes razones para tener un sueldo». «Todo el que trabaja tiene que cobrar en función de sus responsabilidades», añade, al tiempo que deja claro que ella está disponible las 24 horas del día. Durante estos dos primeros años de mandato dice que tirará con los ingresos por la prestación por desempleo que tiene y «los dos siguientes los regalaré al municipio, que es mi prioridad». Sin embargo, quizá no tenga que llegar a ese extremo ante el acercamiento del PSOE para revertir la situación.
A sus 34 años de edad, Alan Ruiz (PP) se estrena en política en el cargo de alcalde de Tresviso después de romper la hegemonía de más dos décadas que ostentaba el socialista Javier Campo.
La razón por la que el nuevo regidor no tiene sueldo es «porque el Presupuesto en muy pequeño, teniendo en cuenta que en el municipio somos 53 vecinos». «Mi compañero del PP y yo consideramos que no es oportuno que tenga sueldo dadas las circunstancias». Aun así, Ruiz cree que un alcalde que esté trabajando con dedicación exclusiva o a jornada completa debería tener una remuneración, «porque son muchas horas las que se dedica al cargo, muchas más de las que se ve desde fuera, entre reuniones y llamadas de teléfono». Por no decir la «responsabilidad» que supone un puesto como el de alcalde.
¿Qué ingresos tiene entonces el alcalde de Tresviso? Pues los que lleva percibiendo desde hace dos años como empleado de mantenimiento en la empresa Global Steel Wire (GSW), situada en Santander. «La verdad es que estoy compaginando bien mi trabajo con el cargo de alcalde gracias al apoyo de mi compañero en la Corporación», comenta, al tiempo que apunta que si fuese regidor de un ayuntamiento mayor «pediría una excedencia para poder tener una dedicación exclusiva como otros alcaldes».
–¿Y cobra dietas por asistencia a plenos?
–No, decidimos también renunciar a ello para no reducir el Presupuesto del Ayuntamiento.
Francisco Asón (León, 1952) es uno de los alcaldes más longevos de España al sumar 44 años al frente de la Alcaldía de Ribamontán al Mar. Sin embargo, en ninguna de las once legislaturas en las que ha dirigido el Ayuntamiento ha tenido una dedicación exclusiva, ni siquiera parcial, teniendo en cuenta que durante unos cuantos años compaginó el cargo con su puesto de trabajo en una sucursal bancaria. Esa fue precisamente su principal fuente de ingresos, más allá de las dietas que ha ingresado todos estos años por asistencia a plenos, comisiones y juntas de gobierno. «Al año ingresaré unos 3.000 euros en dietas», apunta.
Aunque no ha tenido una nómina como primer edil, Asón lo tiene muy claro: «Siempre he dicho que un alcalde tiene que cobrar». Pero él no ha predicado con el ejemplo. «Ahora estoy jubilado», aunque asegura que su primer teniente de alcalde sí tiene esa dedicación exclusiva para poder atender al personal. «Si no habría que contratar a alguien. En todos los ayuntamientos tiene que haber algún liberado».
Eso ahora, porque hace años dice que él aprovechaba los días de vacaciones que le correspondían por su trabajo en el banco para atender sus responsabilidades como alcalde. «Solía ir por las tardes al ayuntamiento, pero también lo hacía alguna mañana».
Lo que tiene claro es que un alcalde está 24 horas pendiente de su teléfono y del municipio, en general, sea pequeño o grande. «Esto es como en las farmacias, que estás de servicio todo el día».
El regionalista Eduardo Ortiz cumplirá 25 años de mandato al frente del Ayuntamiento de Campoo de Yuso en 2024 y durante esta dilatada carrera política nunca ha tenido una dedicación exclusiva. Simplemente percibe 250 euros al mes para gastos de representación, además de las dietas por desplazamientos y asistencias a plenos. «Esto ya estaba cuando llegué al Ayuntamiento en el año 1995 y se ha mantenido».
Dos son las razones por las que este alcalde ha renunciado a un sueldo: la principal es que no quería renunciar a su puesto de profesor, y, también, porque el Presupuesto municipal, que ronda los 600.000 euros «no da para mucho».
Aunque se podía haber jubilado ya (cumple 64 años el próximo mes de septiembre), va a esperar un curso más para hacerlo. «Lo he demorado porque no quiero dedicarme solo a la política. La enseñanza es mi vocación y disfruto con ella».
Ortiz reconoce el «esfuerzo» que ha supuesto para él todos estos años compaginar su trabajo de profesor con la Alcaldía, «aunque cuento con gente de la zona que me ayuda». «Tengo que acudir en verano, por las tarde, algún día entre semana... Y cuando tienes alguna reunión importante te dan permiso... Pero sarna con gusto no pica», dice. Para él sería «más cómodo» dedicarse solo al Ayuntamiento, pero, además de su vocación por la enseñanza, considera que no se requiere una dedicación plena total. «Hay días que no te viene a ver nadie».
Patricio Martínez (PP) afronta su tercera legislatura como alcalde de Ampuero tras un paréntesis de cuatro años en los que la Alcaldía ha estado en manos del PSOE y seguirá sin tener una remuneración económica al mes tal y como ha hecho en sus mandatos anteriores. «Tengo la posibilidad de mantener el puesto de trabajo, que me permite cierta flexibilidad de horarios, aunque es un sacrificio importante porque, entre otras cosas, no tengo vacaciones», explica este técnico de la empresa pública MARE y profesor de Geología de la Universidad de Cantabria.
Martínez reconoce que, aunque lo más cómodo es tener una dedicación exclusiva, él ha optado por seguir vinculado a su rama profesional «porque sé que la política es algo pasajero, aunque entiendo a aquellos que se dedican a la política porque no tienen otro puesto de trabajo y como medio de vida, o quienes tienen un trabajo que no pueden compatibilizar con el cargo de alcalde».
Aunque no tenga un sueldo al mes, el alcalde de Ampuero, como la mayoría de los de la región, cobra unas dietas por asistencias a plenos, comisiones y juntas de gobierno, «aunque esa una cantidad que no es significativa».
La decisión de Martínez va acompañada de una organización del Gobierno local, que requiere de una liberación exclusiva y otras parciales «para que se pueda atender a los vecinos». «Yo puedo atender a la gente pero con unos horarios más restringidos, y es necesario poder cubrir todas las necesidades».
Con apenas 66 habitantes y un presupuesto que ronda los 135.000 euros, el Ayuntamiento de Pesquera no se puede permitir que su alcalde, Julián Gutiérrez (PSOE), pueda disponer de un sueldo, a pesar de tener una dedicación exclusiva. «Es inviable con un presupuesto que cada vez es más reducido. Si pones un salario a alguien del equipo de gobierno tendrías que recortarlo de los gastos de luz, de mantenimiento...».
Gutiérrez es novel en esto de la política. «No soy alcalde para ponerme un sueldo, lo hago por amor propio, por amor al arte, porque me preocupa el pueblo, me gusta la zona y por intentar mantener y mejorar lo que tenemos», afirma, al tiempo que asegura que tampoco percibe ninguna remuneración en concepto de dietas u otras gastos inherentes a su cargo.
¿De qué vive entonces este alcalde? Pues de la pensión por invalidez total que percibe tras trabajar en Adif como empleado de mantenimiento de sistemas de seguridad. «El cargo de alcalde lo desempeño con todo el amor del mundo y con la mejor intención. Y por eso me planteé dedicarle cuatro años al pueblo, pero con la esperanza de que haya un relevo generacional».
Eso sí, Gutiérrez cree que en casos como el suyo, en los que no hay compensación por los gastos propios del cargo, «el Gobierno de Cantabria tendría que dar una ayuda». «Si tienes que visitar a algún consejero tienes que sufragar los gastos de desplazamiento, por ejemplo. No me quejo porque me he prestado a ello».
Cuando accedió al cargo hace uno par de meses pensó que podía compatibilizar sus dos trabajos –uno en Iberia y otro de profesor de instituto a media jornada– con la Alcaldía de San Pedro del Romeral. Sin embargo, ahora se está planteando la posibilidad de contar con una dedicación parcial «porque estoy perdiendo parte de mi sueldo».
El popular Jesús Mantecón decidió seguir los mismos pasos que la anterior alcaldesa, su compañera Azucena Escudero, al renunciar a un sueldo, entre otras razones, «porque económicamente es inviable». Con un presupuesto de unos 600.000 euros y un municipio tan extenso, con algo más de 450 habitantes, «solo en facturas del luz al mes pagamos 6.000 euros». «Sin industria solo tenemos para el mantenimiento y tenemos que hacer encaje de bolillos», explica. Aun así, Mantecón está estudiando la manera de poder percibir al menos una ayuda económica, de cara al año que viene, para sufragar los gastos propios del cargo. «He renunciado a uno de mis dos trabajos, el de profesor, pero es que estoy perdiendo el sueldo del puesto en Iberia porque estoy asumiendo los gastos de coche cada vez que tengo que reunirme con algún consejero, el parking, etc. Estoy poniendo dinero de mi bolsillo y eso tampoco es».
Ante esta situación algunos ediles le han trasladado que al menos podían cobrar por la asistencia a plenos. «Los anteriores alcaldes si tuvieron algo de sueldo, pero nosotros (el PP) decidimos quitarlo en 2015».
El veterano regionalista Julián Fuentecilla encara la séptima legislatura al frente del Ayuntamiento de Soba. Durante los cinco primeros mandatos tuvo sueldo, pero la pasada legislatura decidió renunciar a él y cobrar la jubilación «para que el Ayuntamiento se ahorrase mi salario y se pudiera dedicar a inversiones».
Lo que sí tiene es una ayuda de unos 400 euros al mes para dietas y gastos de representación. Antes de entrar en el Ayuntamiento, Fuentecilla tuvo un bar, trabajó en un banco y en un supermercado, y fue promotor inmobiliario. «Cuando accedí a la Alcaldía necesitaba una dedicación total y tuve un sueldo moderado, de 1.200 euros al mes, al principio, que luego pasó a entre 1.400 y 1.500. Creo que le he salido barato al municipio».
Al regidor de Soba le «duele» que se ponga en tela de juicio la dedicación y el sueldo de los alcaldes, «cuando también hay representantes sindicales liberados o en Ayuntamientos grandes todos cobran sueldo». Sobre todo se refiere a cuando se critica que cobre un alcalde de un municipio pequeño. «Si tienes que dedicar tu tiempo a los vecinos, a mejorar los servicios y realizar obras, tendrás que cobrar. Hay que compensar a las gente, sobre todo para que se animen los jóvenes a meterse en política».
Además, Fuentecilla cree que tendría que estar estipulado un salario «para que nadie diga que te lo has puesto. Porque tienes derecho a ello». «La política tiene que ser vocación, pero también hay que retribuirla».
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