«Estamos alerta, pero se debe mantener la calma ante esta hepatitis infantil rara»

Las alarmas saltaron tras la aparición de decenas de casos en Reino Unido -hasta 74, según la nota emitida la semana pasada por la Agencia de Seguridad Sanitaria británica-, algunos de los cuales han precisado incluso un trasplante de hígado (así ha ocurrido con uno de los menores españoles afectados). «La gravedad viene dada por la rápida evolución hacia la insuficiencia hepática. No sabemos la causa, el estudio serológico da negativo en el virus que provoca la hepatitis, ni siquiera sabemos si el origen es otro virus o puede ser también un agente infeccioso no viral, pero da la impresión de que quizás pueda ser una variante más patógena de un virus habitual», añade Crespo, quien descarta de forma tajante el vínculo de estos casos con la vacuna del covid. «Esto es muy importante, porque a esta edad los niños ni siquiera están vacunados». Asimismo, considera «altamente improbable» que sea el SARS-CoV-2 el desencadenante, aunque algunos de los niños afectados dieron positivo en PCR. Pero otros lo fueron en adenovirus, otro grupo de virus que también causan enfermedades respiratorias. «En Inglaterra se ha visto un incremento de infecciones por adenovirus, que coincide en el tiempo con este brote de hepatitis, pero no hay una relación causal clara», matiza el jefe de Digestivo.

Aunque el origen de esta nueva enfermedad infantil sea un misterio aún, algunos síntomas coinciden con las hepatitis conocidas (A, B, C, D y E). «Los más llamativos son la ictericia, el color amarillento de la piel, que afecta también a las mucosas, así como la orina muy oscura. Después hay otras señales, como el cansancio, el malestar general o la febrícula, que puede haberlas o no», aclara del digestólogo. Lo mismo que la diarrea o los vómitos. En todo caso, al tratarse de una enfermedad transmisible, las medidas de precaución pasan por «el lavado frecuente de manos y fortalecer la higiene personal».